El papá feliz. Salmo 128
El Papá feliz (Salmo 128) Introducción Existi ó un hombre cuya fama y popularidad se extendió por todos los confines de la tierra. La gente lo admiraba; su valor es una referencia a la grandeza siempre. A pesar de algunos terribles hechos en su vida, la gente le admiraba. Era uno de los poetas cuyos poemas y actos de fe son proverbiales. Un día no obstante exclamó “ ¡Absalón, hijo mío Absalón!” (2 S. 18:3) en medio de la desesperación. David había triunfado en la vida como nadie, incluso llegó a ser rey, mató a un gran gigante, pero fracasó como padre. Tristemente esta historia se repite una y otra vez (R. Gil, 561). Sin duda, una de las experiencias más especiales que la vida humana ofrece es la de ser padre. Y es que esa realidad de traer al mundo una nueva vida que por largos años depende...