Sardis: apariencia de vivo, pero muerto (Apocalipsis 3:1-6)
Introducción
En
cierta ocasión cuando era niño, mi padre descubrió uno de esos animalitos
peludos y feos que sueles salir a cazar por las noches, especialmente a las
gallinas… ¿Saben de qué animal hablo? ¡Exacto: era un tacuazín! Mi padre golpeó
varias veces con un algo al desagradable animalito hasta dejarlo aparentemente
bien muerto… creo que hasta la lengua tenía por fuera… Todos nos fuimos a la
cama, y mi papá dijo: “mañana enterraremos al tacuazín”. Pero a la mañana
siguiente, para sorpresa de todos, ¡el vapuleado animal había desaparecido!
¡Ese pícaro animal se había hecho el muerto… pero vaya que estaba bien vivo! Con
las iglesias y con los cristianos a veces sucede, pero el caso contrario que
con el tacuazín. A veces los cristianos y las iglesias podemos aparentar una
gran vitalidad, siendo muy activos y exhibiendo grandes obras y grandes
capacidades, “gran trabajo”, y aún así a los ojos del Señor estar al borde de
la muerte espiritual.
La
iglesia que estudiaremos esta mañana es la iglesia de Sardis. Es ya la 5ª
iglesia que estudiamos. Esta iglesia, junto con la de Laodisea (la última a la
que Jesús se dirigirá con estos mensajes, en 3:14-22), son las dos más
duramente condenadas por el Señor. Interesantemente, de las siete ciudades
donde se ubicaban las iglesias de Asia, estas son únicas dos que en la
actualidad están completamente deshabitadas (Keener, CCCB, 760). La ciudad era muy antigua (fundada unos 1200 años a.C.)
y había logrado su apogeo, como capital del reino lidio en tiempos de Creso (560 a. C., Stam,
127-28). Era una ciudad rica y opulenta. Como cualquier otra ciudad de este
período y región era sede de muchos cultos paganos (Artemisa, Cíbeles, Deméter
y Coré. Keener, CCCB, ibid.). Algo
interesante es que, a pesar del carácter pagano de la ciudad, la iglesia de
Sardis, parece no haber enfrentado ningún tipo de persecución (Ibid). Los creyentes de Sardis parecen
haber coexistido pacíficamente con la comunidad judía y con toda la ciudad.
Algunos piensan que la iglesia se había adaptado a los dirigentes de la
sinagoga para evitar el conflicto (Keener, CBA:
Apocalípsis). Tristemente, esa comodidad y pacífica convivencia tenía como
alto precio su misma muerte espiritual. Esto nos recuerda una verdad bíblica
bastante clara: que no puede haber cristianismo verdadero y comodidad con el
mundo a la vez. Veamos lo que el
Espíritu nos dice a nosotros en el siglo XXI por medio de este mensaje a la
iglesia de Sardis. Notemos en primer lugar que…
I. El
Señor nos advierte que sabe cuando una iglesia está más muerta que viva (vr. 1)
A.
El mensaje es dirigido al ángel de
la iglesia en la ciudad de Sardis (1ª): como en el caso de las anteriores
iglesias, el ángel ya sabemos que representa en algún sentido a la iglesia de
Sardis y probablemente sea una referencia al pastor o líder principal de la
iglesia. [Para Aune, es una ficción o creación literaria del autor (109), los
ángeles en términos prácticos equivalen a las iglesias. Aune parece apoyar esta
postura, ya que le dedica gran espacio y fuertes argumentos. Así que mantenemos
la postura, que estos “ángeles” son, ya sea los obispos o líderes de cada una
de las siete comunidades o como permite Aune, “representan al liderazgo local
de las comunidades sin especificación de un tipo de líder en particular”. Aune, excursus “los ángeles de las siete iglesias”].
B.
El Señor se identifica como el que
“tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas” (1ª).
1.
El Cristo exaltado tiene (en su mano derecha por analogía con “las
estrellas” que ya mencionó en 1:16, 20) “los siete espíritus de Dios”: seguimos
la explicación que se dio en 1:4, cuando se hace referencia a “los siete
espíritus que están delante del trono” en el contexto del saludo de “gracia”
que Juan hace a las iglesias. Donde se
dice que esta gracia proviene de tres fuentes: “el que era, el que es y el que
ha de venir”, “de los siete espíritus que están
delante del trono” y de Cristo. Como se dijo, los siete espíritus deben ser una referencia a la
plenitud de la presencia del Espíritu de Dios (Ladd). Es decir, “representan al Espíritu en toda su
plenitud” (E. Achweitzer, pneuma, Compendio del Diccionario Teológico del
Nuevo Testamento, 871). Estos siete espíritus están de nuevo
alrededor del trono de Dios, representados por siete lámparas en 4:5 y son
también los siete ojos del Cordero inmolado (¡Cristo!) en 5:6. Además, en la
enseñanza Juanina, hay una relación estrecha entre el Espíritu Santo y el
Cordero: en Juan 1:33 Cristo es “el que bautiza con el E. S.” Esta forma de
expresión puede denotar que Cristo es quien da el Espíritu (Morris). En Hechos
5:3 y 9 Lucas dice que el E.S. es el Espíritu del Señor. En 16:7 el Espíritu de Jesús no permite a Pablo ir a
Bitinia. Pablo, en 2 Corintios 3:17 dice que “El Señor es el Espíritu”,
refiriéndose a Cristo. En Gálatas 4:6 es el Espíritu de su Hijo el que Dios
envía a los corazones. Según Pedro (1 P. 1:11), fue el Espíritu de Cristo por
el que profetizaron los profetas. En conclusión, Cristo posee en sus manos la
plenitud de poder del Espíritu que da vida, y es lo que esta iglesia necesita
urgentemente, como veremos.
2.
“Las siete
estrellas”: Jesucristo ya ha aclarado que las siete estrellas son los ángeles
de las siete iglesias. Y hemos explicado que los ángeles son los líderes
principales de las iglesias o representan al liderazgo de estas. Así que, de
nuevo, Cristo se presenta como el que tiene en sus manos a las iglesias y entre
ellas esta iglesia en particular. Pero también, él tiene al Espíritu de Dios
como instrumento para ayudar a una iglesia con un gran problema como el que
tiene la iglesia de Sardis. ¿Cuál es ese problema?
C.
Jesús confronta a la iglesia de
Sardis señalándoles su desastroso estado de muerte espiritual (vr. 1c).
1.
“Conozco tus obras”: a todas las
iglesias les dice esto y luego (quizá con excepción de Esmirna), el Señor hace
una especie de resumen de las obras de cada iglesia, sean obras loables o sean
reprochables. El punto es que el Señor conoce el estado de sus iglesias. En el
caso de la iglesia de Sardis, sus obras se resumen en muerte espiritual.
2.
“…que tienes nombre de que vives,
y estás muerto”: ¡este
señalamiento debe ser el más fuerte que el Señor ha hecho!
a.
“tienes nombre de que vives”: el
nombre es la reputación de una persona (Aune). La reputación de esta iglesia
era de vida, de gran vitalidad a los ojos de la gente y la sociedad. Como dicen
algunos, tenía “buena prensa” y “gran popularidad” (Stam). La descripción puede
indicar que la iglesia “era grande, respetable y de moda, bien llevada, sin
polémicas y admirada por su aparente
vitalidad” (Stott, citado por Stam). Pero la penetrante mirada del Cordero que
tiene siete ojos que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la
tierra (4:6) no puede ser burlada por las apariencias. Él les dice
b.
“pero estás muerto”: lo que
tenemos con Sardis es un contraste entre
nombre y realidad. Es un buen ejemplo de
“cristianismo nominal” (Ladd), en nuestras palabras, esta iglesia era cristiana
“sólo de nombre” (Mounce). La iglesia parecía exteriormente próspera, ocupada
con las cosas externas de la actividad religiosa, pero carente de vida
espiritual y poder (Ladd).
Aplicación: 1) A veces las iglesias se esfuerzan por conseguir una “buena fama”,
un “buen nombre” o reputación. La iglesia de Sardis tenía la fama de ser una
iglesia muy viva. Tristemente, ni ellos ni los demás se daban cuenta de que en
realidad estaba muerta. Una iglesia puede parecer muy activa, trabajadora,
grande y fuerte, pero con todo y eso estar muerta espiritualmente. Es bien
probable que esta iglesia había logrado evitar el conflicto con los judíos y
con el gobierno que otras iglesias tenía, pero a costa de comprometer el
mensaje recibido y a costa de acomodarse al estilo de vida de la ciudad. Ellos
tenían buena reputación delante de la sociedad, pero para Cristo estaban
muertos. Una iglesia que hace a un lado la palabra de Dios para agradar a la
gente, está en peligro de morir espiritualmente, ¡aunque tenga gran nombre!
Como alguien ha dicho (Caird): una iglesia a la que le falta un cristianismo
agresivo y positivo, contenta con la mediocridad y la profunda convicción que
provoca intolerancia es demasiada inofensiva
para ser digna de persecución. 2)
Muchos evangélicos de hoy van de una congregación a otra como si fueran
cafeterías (¡o pupuserías!) tras la última atracción eclesial: la buena música,
el gran espectáculo que manejan, el gran predicador o el famoso pastor, o el
gran tamaño y fama de la iglesia, aun cuando no parece una iglesia con un
compromiso serio con la palabra de Dios. ¿Somos de los creyentes que fácilmente
pensamos en cambiar de iglesia porque oímos de la fama de otra iglesia o porque
quiero un predicador que no sea tan drástico? 3) ¿Podríamos nosotros aparentar
una vida cristiana llena de activismo y participación eclesiástica pero en
realidad estar bien muertos espiritualmente? Cuando nos adaptamos al mundo, cuando
nos acomodamos a su estilo, de tal manera que ya no hay diferencia entre él y
nosotros, cuando la vida cristiana está reducida a practicar los ritos pero
carentes de la ética del evangelio, debemos saber que ya no hay vida espiritual
en nosotros. Delante de Cristo ya estamos bien muertos. El buen testimonio
consiste en seguir a Cristo hasta el vituperio y aún la muerte. Dios no nos
pide ni éxito ni fama ante los hombres, nos pide fidelidad. Cuando el pastor de
una mega iglesia (en Latinoamérica) fue descubierto en pecado, su constante
respuesta a toda pregunta era: “no olviden que soy el pastor de la iglesia más
grande de este país”. No nos equivoquemos, la fama y “éxito” no equivale a fidelidad
a Dios.
Pero… ¿habrá esperanza para una iglesia o un
creyente que parecen ya muertos? Veamos en 2º lugar lo que el Jesús nos tiene
que decir.
II. El
Señor nos amonesta a arreglar lo malo con prontitud para no sufrir su
disciplina (vrs. 2-3).
A. Jesús
llama a la iglesia a tomar medidas para recuperarse de su estado moribundo
(vrs. 2-3ª). (Parece que la iglesia no había llegado a una muerte espiritual,
pero iba en camino).
1.
Tiene que fortalecer las cosas
buenas que están a punto de morir (vr. 2)
a)
“Sé vigilante”: la idea es la de
ponerse alerta en cuanto a algo. Aquí la razón es su gravedad espiritual.
También puede traducirse “ponte en vela” (BLA) o “alerta” (CAB). En Sardis
todos conocían la historia de cómo en dos ocasiones (en 549 por Ciro y en 216
a.C. bajo Antíoco el Grande), la ciudad había caído por la falta de vigilancia,
confiados en lo impenetrable de su acrópolis. Pero la orden principal es lo que
sigue…
b)
“fortalece las cosas (ta. loipa.) que están a punto de morir”: no todo estaba
muerto en la iglesia. “Las cosas” puede referirse a personas (Aune) o a
aspectos de la vida de la iglesia que eran correctos, pero que estaban peligrosamente
al borde de morir.
c)
El Señor no ha hallado las obras
de la iglesia “perfectas” (peplhrwme,na): “perfecto” se refiere
aquí a la idea de “completo” (BDAG):
“completar lo que se ha comenzado”, “terminar”, “finalizar”. Parece que la
iglesia dejaba a medias todo.
2.
Tiene que recordar lo que recibió
y escuchó y volver a ello (3ª): sin duda le expresión se refiere al evangelio
que recibieron, es decir el contenido, la enseñanza del evangelio que
recibieron en el pasado al convertirse (Mounce). Esto nos da un poco de luz
sobre los problemas en Sardis. En alguna manera ellos no habían retenido el
mensaje recibido. ¿Qué más puede llevar a una iglesia a su muerte espiritual si
no el torcer la pureza del mensaje recibido?
3.
Tiene que obedecer y arrepentirse
(3b): El orden lógico de estos imperativos es el inverso, ellos tiene que
arrepentirse y luego obedecer este evangelio que recibieron. (Aune, dice que
este es un recurso literario frecuente en el libro).
B.
Jesús advierte a la iglesia que de
no rectificar, él la disciplinará sorpresivamente (3c): Tanto en los evangelios
como en Pablo y Pedro (Mt. 24:42-44; Lc. 12:35-40, 1 Ts. 5:2; 2 P. 3:10) se usó
la figura del ladrón que viene en la noche de forma inesperada para referirse a
la segunda venida del Señor, sin embargo aquí no se habla eso sino de una
visitación disciplinaria de juicio por parte de Jesús si la iglesia no se arrepiente
y vuelve al camino.
Aplicación: 1) Estos versículos nos muestran que aún
cuando la situación espiritual de una iglesia sea tremendamente grave aún tiene
esperanza de volver a la salud espiritual. Se aplica por igual a la vida
personal del creyente que anda casi muerto espiritualmente. Quizá tú puedes
haber extraviado el camino alejándote de una verdadera relación con Dios que se
puede reflejar en una vida pecaminosa. Quizá tu vibrante fe inicial se llegó a
convertir en una vida de obligaciones religiosas carentes del profundo gozo que
produce una relación estrecha con Cristo. El Señor te dice que puedes volver,
pero hay que pasar por el arrepentimiento y una vuelta a la obediencia. 2) La
advertencia que Jesús hace aquí, nos dice que él no es el diosito que muchos
han inventado, “uno que no castiga” y es todo amor y paciencia. Más bien, Jesús
nos advierte que si no rectificamos una situación espiritual moribunda, él
mismo nos visitará cuando memos lo pensemos con la vara de la disciplina. Esto
tiene el propósito de hacernos temblar y meditar seriamente sobre nuestra
situación. Una advertencia así no debería pasarse por alto.
Pero el
Señor no sólo amonesta a los moribundos, el Señor también anima al que se ha
mantenido fiel y no ha fallado a pesar que la mayoría lo haya hecho… Veamos,
entonces en 3er y último lugar que…
III. El
Señor nos anima a estar entre los fieles
asegurándonos nuestra salvación (vrs. 4-6)
A)
Cristo reconoce a la minoría que se ha mantenido fiel a él (vr. 4)
1)
“Tienes unas pocas personas… que
no han manchado sus vestiduras (4ª):
a) Pueden ser aquellas personas que ha mandado a “fortalecer” o “afirmar”
en el versículo 2.
b) Son “pocas” estas personas (lit. “nombres”). Es la minoría de los
miembros de la iglesia los que han mantenido su lealtad a Cristo (Ladd).
c) “No han manchado sus vestiduras”: el vestido sin manchar representa la
condición moral y espiritual de la persona (Aune). Esta minoría ha sido valiente, porque a pesar
de que el grueso de la iglesia se ha contaminado ellos se han mantenido fieles.
No hay indicios de los pecados específicos de esta iglesia, pero sin duda, la
iglesia había cedido al fuerte entorno religioso que la rodeaba, quizá
participando en cualquiera de los diferentes cultos paganos que se practicaban.
Por un lado, mantenían sus buenas obras y actividades cristianas, pero por otro
se habían adaptado a la lujuria y placeres de su entorno (Ladd). Por ejemplo,
el culto a mistérico de Cibeles
consistía en bailes desenfrenados, la orgía, diversión y auto-mutilación (Foulkes).
2)
A los fieles les promete caminar
con él en vestidos blancos (4b):
a) La vestidura blanca era la apropiada para acercarse a la deidad y habla
de pureza y dignidad (como lo expresa el mismo versículo). En el AT, los
sacerdotes se vestían de blanco. En los cultos paganos era una ofensa
presentarse al culto con vestidos sucios. Los romanos se vestían con togas
blancas el día en que se celebraban en procesiones los triunfos. Hay muchas figuras relacionadas.
Pero aquí probablemente la figura de “caminar con el Cristo exaltado” implica
el gozo de participar de una íntima relación con él (Aune. Cp. Ap. 7: 9-10 y
17, donde el cordero conduce a la multitud de los redimidos vestidos de blanco
a manantiales de agua viva. En 14:4, los 144000, siguen al Cordero dondequiera
que va. ).
B)
A los vencedores se les asegura la
vida eterna (vr.5): son tres promesas que en términos prácticos significan lo
mismo: la vida eterna (Stam).
1)
Ahora las vestiduras blancas
(recién referidas) son una promesa para los vencedores (5ª): Están en contraste
con las “vestiduras manchadas” de los
que ya han muerto espiritualmente (4ª).
Ya hemos visto el rango de significados positivos que conlleva esta
figura: pureza, dignidad, victoria, etc. Por todas las imágenes que se muestran
en Apocalipsis de gente vestida de blanco, parece que estas representan el
atuendo apropiado para el estado celestial. Pero es interesante que según 7:14,
las ropas blancas, son blancas porque han sido lavadas en la sangre del Cordero
(Mounce). ¡Es por el sacrificio de Cristo a quien estas personas han sido
fieles (y no por méritos personales) que pueden tener ropas blancas y disfrutar
del estado celestial!
2)
Se les promete que su nombres no
serán borrados del libro de la vida (5b):
a) El trasfondo: el término “el libro de la vida” era muy común entre los
hebreos para señalar el registro de los pobladores de una ciudad (Is. 4:3; cp.
Dt. 25:5). El nombre de una persona se borraba del registro de ciudadanos
cuando moría (Ex. 32:32-33: aquí Moisés le dice a Dios que si no perdona a
Israel, mejor que lo quite del libro que ha escrito, es decir, que lo mate [cp.
Sal. 69:27-28] o en las ciudades griegas, cuando alguien era ejecutado por el
estado (Aune). La idea es que Dios tiene un libro que registra a todos los
seres humanos que viven). También el nombre de alguien era removido del
registro cuando perdía la ciudadanía por castigo (Ez. 13:9) (Mounce, Aune,
Stam). Así, la figura llegó a usarse para referirse a un similar registro celestial
donde están inscritos los salvados, la pertenencia a la ciudadanía celestial (Aune,
Lc. 10:20; Fil. 4:3; Heb. 12:23).
b) Hay que notar que es una promesa de seguridad para los fieles, no una
amenaza de “pérdida de salvación para los infieles”. La expresión es enfática
(un doble negativo en griego (ouv mh.): “jamás borraré su nombre”
(NVI). Entre los evangélicos hay dos corrientes: están los arminianos que creen
que la salvación puede perderse (verían una prueba de ello en este pasaje) y
estamos los calvinistas, que creemos que la salvación no se puede perder, por
lo que, los que no perseveran simplemente
demuestran que nunca se convirtieron. Lo interesante es que ambos
estamos de acuerdo en el resultado final: ¡quienes no perseveran y más bien
retroceden están perdidos! (Keener, CBCA),
¡sea que la perdieron o que nunca la tuvieron! Lo importante es que el texto no
está hablando de perder la salvación sino de lo seguro de la salvación.
c) Aplicación: Hay que enfatizar aquí que en la Biblia no existen los creyentes
genuinos que no perseveran o que vuelven atrás. Las personas que se salvan son
las que perseveran en la fe, son fieles al Señor hasta el final. Ninguno que
retrocede y se vuelve al mundo tiene parte en el reino de Dios, ya bien se haya
bautizado o haya hecho una profesión de fe. ¡No nos equivoquemos! (cp.Mr.
4:16-19; Jn. 8:30-32;15:6; Ro. 11:20-22; Gal. 4:19, 5:4; 2 P. 2:20-22)
3) Jesús les promete a los vencedores que él confesará su nombre delante
de su Padre y ángeles (5c). Jesús dijo lo mismo en Mt. 10:32. “Confesar” (o`mologh,sw) aquí significa “hacer un
reconocimiento público de lealtad, de fidelidad” (Friberg’ Lexicom). Jesucristo
se compromete a reconocer a los fieles delante de Dios y los ángeles, al
contrario de lo que hará con los que no perseveraron en seguirle: “Muchos me dirán en aquel día:
'¡Señor, Señor! ¿No profetizamos en tu nombre? ¿En tu nombre no echamos
demonios? ¿Y en tu nombre no hicimos muchas obras poderosas? Entonces yo les
declararé: 'Nunca os he conocido. ¡Apartaos de mí, obradores de maldad!'”(Mt.
7:22-23).
C)
La advertencia final de Jesús es
para todas las iglesias (vr. 6) ¿Tendremos oídos nosotros?
Aplicación: 1) Es triste que en una congregación, sólo
una minoría se mantuviera fiel. Hoy en día los porcentajes de cristianos
evangélicos en nuestro país es elevado (hasta un 40%!), pero, me temo que muy
poco de este porcentaje realmente está viviendo el evangelio de la Biblia, el
que salva. En el tiempo de los Nazis en Alemania, casi toda la iglesia
evangélica sucumbió ante las ofertas del sistema político más genocida que
quizá la humanidad ha conocido, fueron pocos los que se opusieron abiertamente
a tal nefasto sistema. Uno de ellos fue el teólogo Dietrich Bonhoeffer, una voz
minoritaria y solitaria. Bonhoeffer pagó con su vida su fidelidad al Señor.
Hermano, ¿eres tú de esta minoría que tiene tal fe que ha decidido no
contaminar sus ropas con la corriente corrupta del mundo en el que vivimos? 2) ¡No
hay tal figura en la Biblia de personas que se llamaron cristianos, se
bautizaron, hicieron confesión de fe y aún sirvieron en las iglesias, pero a la
vez llevaron una vida de pecado, mundana y que al final por su religiosidad se
le abran las puertas del cielo! Aquél que caminará con Cristo con vestidos
blancos de pureza y victoria, aquel cuyo nombre jamás se borrará del libro de
la vida y aquél a que Jesús reconocerá ante el Padre es el creyente fiel, que
vivió comprometido al Señor, su ética y su obra. ¡Nadie más!
I/C: Dios sabe cuando nos encaminamos a la muerte
espiritual, por lo que nos manda a corregirnos para no sufrir la disciplina y
tener segura nuestra salvación.
Conclusión
Cuando, a finales de la década de 1940, Mickey Cohen,
un famoso gánster de Los Ángeles hizo pública profesión de fe
en Cristo, sus nuevos amigos cristianos estaban
exultantes. Pero con el paso del tiempo comenzaron a preguntarse por
qué no abandonaba su antiguo estilo de vida. Sin embargo, cuando lo
confrontaron al respecto, se quejó diciendo, “nadie me dijo que tuviera
que abandonar mi profesión o mis amigos. Hay actores y actrices
cristianos, atletas cristianos, hombres de negocios cristianos. ¿Por
qué, pues, no puedo yo ser un gánster cristiano? Si tengo que dejar todo esto
(si esto es el cristianismo) no cuenten conmigo”. Gradualmente, Cohen se alejó
de los círculos cristianos y la muerte lo encontró solo y olvidado. Como
observa Chuck Colson: Cohen se hizo eco de millones de cristianos
profesantes que, aunque no están dispuestos a reconocerlo, con
su forma de vida plantean la misma pregunta. No es que quieran ser
gánsters cristianos, sino versiones cristianizadas de lo que ya son, ¡y quieren seguir siendo!
( tomado de Keener, CBCA).
¿Eres tú como uno de estos que piensan que pueden ser
“pícaros cristianos”, “adúlteros cristianos”, “mentirosos cristianos”,
“orgullosos cristianos”, “narco cristiano”? Si hasta aquí has pensado que
puedes llamarte cristiano sin renunciar a la vida de pecado, te enseñaron un
evangelio falso y si te basas en esa creencia, no eres más que un muerto
espiritual. Pero como para los de Sardis, para ti también es el llamado al
arrepentimiento. Puedes venir hoy a los pies del Señor, aceptar tu error y empezar de nuevo con una
verdadera comprensión del evangelio y un verdadero compromiso con Cristo.
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