Vida nueva en el hogar.

Vida nueva en el hogar
Colosenses 3:18-4:1

Introducción:
Hemos venido hablando los últimos domingos sobre la nueva vida que surge por la gracia y poder de Dios en aquella persona que “ha resucitado con Cristo”. Es decir aquel que ha nacido de nuevo al experimentar la conversión a Cristo por medio de poner su confianza en él como su Salvador. En términos de Pablo, el creyente debe “hacer morir” los vicios y pecados (las cosas de la tierra) que eran normales antes de conocer a Cristo. Pero al mismo tiempo, debe abrazar las virtudes y valores propios del evangelio (las cosas de arriba).  Pablo también describe todo este proceso como un “despojarse de” y un “revestirse de”. Pablo nos ha hablado en términos generales sobre este cambio de vida mencionándonos varios ejemplos de los vicios que hay que dejar y de las virtudes que debemos incorporar. En los versículos que vamos a meditar este día, Pablo va a enfocar su atención en las relaciones que se dan dentro del hogar, las relaciones domésticas (como se le ha llamado).  Así que, el hogar, es el lugar en el que la vida nueva que Cristo provee será evidente. En el tiempo de Pablo, muchos filósofos habían elaborado listas parecidas, sin embargo, para el apóstol Pablo, este orden que se va a establecer se debe seguir por razones propiamente cristianas. Por causa de la vinculación o relación de la persona con Cristo.
Pablo se va a dirigir a tres tipos de relaciones que se daban en el hogar del 1er siglo, las relaciones entre esposos, entre padres e hijos y entre siervos y amos. Siempre Pablo va a hablar primero a la parte que le corresponde la sumisión, y secundariamente hablará a la parte que le corresponde el ejercicio de la autoridad. Lo que vamos a ver es que Dios ha establecido un orden de convivencia que espera que sus hijos, en virtud de su relación con Él deben respetar. Entonces, ¿cómo  serán las relaciones domésticas en la vida de los creyentes? Veámoslo a continuación. En primer lugar…

I.      Entre esposos se requiere sumisión voluntaria sobre una base de amor (vrs. 18-19)

A.   Las esposas aceptan gustosas (voluntariamente) el liderazgo de sus esposos (18).
1)    “Estad sujetas”: este verbo tiene dos matices, uno es el de someter a alguien bajo control (voz activa). El otro matiz es el de un “sometimiento voluntario” (pasivo con sentido medio: BDAG, Friberg, NAC). Esta es la idea aquí. Se apela a personas que libremente toman un lugar de sumisión voluntaria, sin prejuicios u obligadamente.
2)    El término “someter” asusta a muchos, pero debe entenderse lo siguiente:
a.    No sugiere de ninguna manera “esclavitud” o “servidumbre”. Además, nunca se le dice al esposo que “someta a su esposa”. Se le habla a ellas. Es muy diferente al término que se usará para los hijos y los siervos (obedecer). Pablo usa el mismo término para referirse a la actitud de Cristo que es señor de todo (1 Cor. 15:28).
b.    No implica que las esposas son inferiores: así se consideraban las mujeres en general en aquellas sociedades, tanto por griegos, como por romanos y aún judíos. El evangelio, por el contrario dignificó el lugar de la mujer (Cristo, Pablo).
c.     No es absoluto: si el esposo le pide algo que va contra su consciencia o contra la Escritura, ella está en el derecho y deber de desobedecer.
d.    Se trata de un asunto de “funcionalidad” y no de valor o dignidad: refleja el plan u orden de Dios para las familias en la tierra. Se trata de una subordinación funcional. En el pan de Dios, el esposo está diseñado para tener la función de líder en el hogar.
e.    Se espera que se de en un contexto de amor propiciado por el esposo, no de tiranía, como lo dirá Pablo.
3)    “Como conviene en el Señor”: es la motivación o razón para esta voluntaria sumisión. La idea es que esto es “lo apropiado como un deber”. Es decir, este es el orden correcto para alguien que tiene a Cristo como su Señor. Es parte del deber cristiano.

B.    Los esposos desplegarán gran amor hacia ellas (19). La contraparte para los esposos es “el amor”.
1)    Pablo no desarrolla el tema aquí, como lo hace en efesios 5:22ss. Pero sabemos, entonces, que se trata del amor sacrificial por parte del esposo. El llamado del esposo es a cuidar, proteger, suplir (como el ejemplo sacrificial de Cristo por su iglesia) a las necesidades de la esposa.
2)    “No seáis ásperos con ellas”: “Áspero”, significa “ser amargo”. Así que habla de no tener una actitud grosera, agresiva o violenta contra las esposas. Otras versiones lo traducen “mal humorados” (CAB) o “duros” (NVI). Pedro (1 P. 3:7): habla de “vivir sabiamente con ellas” y de “dar honor a la mujer como a vaso más frágil”.

Aplicaciones: 1) Esposas, mujeres amadas, ¿hemos entendido que es una demanda de Cristo aceptar voluntariamente el liderazgo de tu esposo? ¿Cuál es tu excusa para no hacerlo? 2) Señoritas solteras aún, ¿se te dan cuenta que por qué no pueden equivocarse al elegir a su cónyuge? Una de las preguntas que deben hacerse cuando tengan que elegir es ¿este lindo muchacho me parece que es el líder que la Biblia dice que debe ser para mi hogar? ¿Estaré gustosa de someterme a su liderazgo? ¿Me parece un hombre digno de seguir? 3) Por el otro lado, varones solteros, deberían preguntarse: ¿es esta chica una que puede fácilmente aceptar mi liderazgo? ¿Cómo me trata como novia? ¿Me respeta o se burla de mi, de mis ideas, etc.? También pregúntense ¿es alguien a la podrá amar para toda la vida aún cuando ya no sea tan bonita? Recuerden que “hasta la belleza cansa” y lo que queda es el carácter, el ser de la persona. 4) Hombres, esposos: ¿cómo están haciendo más fácil a sus esposas este gran deber cristiano de la sumisión? ¿Estamos siendo unos amargados con ellas? ¿Por qué no le crees al Señor y tratas de ser dulce, considerado, respetuoso, caballero con ella? ¿Por qué hemos dejado de cuidar de ellas, de sus necesidades, de escucharlas y platicar con ellas? Hay un libro que se llama “los 5 lenguajes del amor” (Gary Chapman): él dice que las personas nos sentimos amados de maneras diferentes: algunos se sienten amados por medio de regalitos, otros  por medio de caricias, otros por el tiempo que se les dedica, tiempo de calidad, o por la palabras de afirmación. ¡Tienes que descubrir cuál es la manera en que tu esposa se siente más amada!

II.    Entres padres e hijos se requiere obediencia pero sin hostigamiento (vrs. 20-21)

A.   Los hijos obedecen a sus padres (20)
1)    “Hijos” (Ta. te,kna): parece referirse específicamente a “niños pequeños”, por el uso de esta palabra en lugar de otra (neaniscos, por ejem. “hombre joven”). También porque en Ef. 6:4 Pablo habló de “criarlos”. Así que estamos hablando de hijos que todavía dependen de sus padres y están en el hogar bajo la supervisión de estos.
2)    “Obedeced”: esta palabra es más fuerte que la usada para las esposas (“someterse”, en forma pasiva, pero con sentido medio, mientras que aquí se usa la voz activa). Esto es enfatizado por lo siguiente que dice Pablo:
3)    “En todo”: no es en sentido absoluto. Cuando  el consejo u orden de un padre está fuera de la clara voluntad de Dios, los hijos no deben obedecer (Hch. 5:29). Sin embargo, la expresión habla de lo imperativo que es que los hijos obedezcan a sus padres.
4)    “Porque esto agrada al Señor”: más bien la traducción correcta es “porque esto es agradable en el Señor” (RVA). El matiz es un poco diferente. Como en el caso de la orden a las mujeres en vr. 18, “lo que Pablo quiere decir es que la obediencia a los padres es conveniente y apropiada en aquel estado de gracia que el cristiano vive ahora”.  Así que, lo hijos  (que se presumen creyentes aquí), tienen una responsabilidad en el orden de la familia cristiana. Para agradar al Señor como cristianos, deben obedecer a sus padres.
B.    Los padres deberán evitar el hostigamiento hacia sus hijos (21).
1)    “Padres” (pateres): abarca tanto a padre como a madre en este contexto.
2)    “No exasperéis”: el término se refiere a “amargar” o “irritar”. Se trata de la acción de fastidiar a una persona. Esto puede darse por el constante señalamiento de faltas o insistencia continua. Los padres amargan a los chicos cuando los critican constantemente, quizá rehusando reconocer sus esfuerzos.
3)    La razón o motivación es: “para que no se desalienten” (BLA) o “desanimen” (RVA). El hecho de que los niños pueden llegar a estar desanimados, debe recordar a los padres que ellos están fallando con sus hijos. El fastidio constante hace pensar y sentir al niño que él nunca pueden complacer a las personas que ama sin importar el esfuerzo que hagan. Ellos pueden sentir que no son valiosos para nadie. Los padres deben recordar que en los ojos de Dios tanto hijos como padres son de igual valor por lo que deben respetar a sus hijos como personas.

Aplicaciones: 1) Hijos, ¿cómo anda la obediencia a los padres? Habrán situaciones en tu vida en las que sabes que no cuantas con la aprobación  de tus padres y aún así has continuado haciendo a un lado el consejo o aún las órdenes de tus padres?  ¿Vas a seguir en rebeldía a ellos y a Dios, al Señor Jesús en especial? ¿Qué me dices de esa amiguita o amiguito que tienes y que tus padres te han pedido que abandones esa amistad? ¿Estás justificando de alguna manera tu desobediencia a ellos? ¿Entiendes que Dios dice que la obediencia a los padres es lo que Dios espera del hijo cristiano? 2) ¿Padres, han caído en el hostigamiento de tus hijos? ¿Eres de los padres que son muy buenos para señalar las fallas de los hijos, pero casi nunca reconocer sus triunfos o buenas acciones? A veces los hijos tienen resentimientos muy viejos en sus corazones por las heridas causadas por un padre o una madre que les hostigó hasta el desaliento cuando estaban en casa. Estos padres deberían pedirle perdón a sus hijos. Un padre espiritual entenderá que sus hijos son personas que merecen su respeto y consideración. No los herirá con palabras pesadas, que denigran o rebajan su persona. No se burlará cuando no logran algo, o de su aspecto físico, tampoco de su bajo rendimiento académico. No lo fastidiará comparándolo con otros hermanos o con vecinos.

El último tema que Pablo aborda en cuanto a las relaciones en el hogar es la que existía entre los amos y los esclavos o siervos. Debemos entender que en el mundo del primer siglo los esclavos llegaban a ser de muchas maneras parte de la familia. Es por esto que Pablo los considera en este tratado sobre las relaciones en el hogar. Es exactamente el mismo orden que Pablo siguió cuando expuso el tema en su carta a los efesios: primeros las relaciones esposo-esposa, luego las de hijos y padres, para  terminar con siervos y amos. Estas eran las relaciones cotidianas de una familia. Debemos asumir entonces, que entre los miembros de la iglesia de Colosas había parejas de esposos, había hijos y también personas que tenían esclavos en sus casas entre los creyentes.
Por supuesto, el tema de la “esclavitud” va a levantar inquietudes en nosotros, porque, entre otras cosas: 1) Ya no existe la esclavitud legal hoy día; 2) ¿Cómo es posible que, ciertamente, el Nuevo Testamento  no haya condenado la esclavitud? Otra inquietud sería expresada en la pregunta ¿tiene alguna aplicación a nosotros lo que Pablo ordena aquí en cuanto a siervos y amos? Entonces, antes de considerar lo que dice el apóstol Pablo, permítanme decir unas cuantas cosas sobre la esclavitud en el primer siglo:

1. Los esclavos eran consideradas como personas por naturaleza, pero desde el punto de vista económico eran considerados una propiedad (Craig Keener, Comentario del contexto cultural de la Biblia: Nuevo Teatamento, Filemón, 636).

2. En algunas partes del imperio constituían una parte significativa de la fuerza laboral en la agricultura y competían con los campesinos libres por el mismo trabajo (ibid). 
 
3. En tiempos de guerra poblaciones enteras eran llevadas en esclavitud (Ladd, A Theology of  the New Testament, 264), por lo que muchos de ellos eran gente muy educada y culta, a veces aún más que sus amos (Ibid). De hecho, se encontraban esclavos en todas las profesiones (Keener, ibid.). En esta sociedad cada clase social vivía con el entendimiento de que la guerra podría llevarles a perder todo y ser vendidos a la esclavitud (Melick, NAC 32 Kindle Amazon edition, 7946)

4. Por lo general tenían más oportunidad de avanzar socialmente que los obreros libres (Keener, ibid.).

5. A diferencia de la gran mayoría de los esclavos que hubo en USA y el Caribe, ellos podían trabajar para alcanzar su libertad y algunos llegaron a ser independientemente adinerados (Ibid)

6. Económica y socialmente, y en cuanto a la libertad para determinar su futuro, estos esclavos (particularmente los esclavos en las casas, que es la única clase de esclavos que trata Pablo), estaban en mejores condiciones que la mayoría de personas en el imperio, que fueron campesinos trabajando para los agricultores que arrendaban tierras de los grandes terratenientes (Ibid)

7. Si bien, Pablo no atacó la institución de la esclavitud como tal, sembró la semilla para acabar con ella desde adentro. Para Pablo, en Cristo “ya no hay siervo ni libre”, como lo acaba de decir en el versículo 11. De manera que la fe cristiana trasciende aún la relación entre esclavos y amos (Ladd, 575). En 1 Corintios 7:21, aunque exhortó al esclavo cristiano a permanecer en su estado y servir desde allí a Cristo, también le aconsejó  buscar hacerse libre si le era posible.

8. Pablo, de manera indirecta y no jurídica, socavó la esclavitud desde la fe, al establecer y promover un cambio en cuanto a la valoración del ser humano a la luz de Cristo, tal nueva valoración hace posible que desde dentro de la sociedad se produzca una renovación de las relaciones sociales (Ridderbos, El pensamiento del apóstol Pablo, 413). Aun aceptando y sometiéndose al derecho jurídico de la época, Pablo socavó el fundamento del derecho romano acerca de la esclavitud, que consistía en el derecho absoluto del amo de disponer de su esclavo (P. J. Verdam, citado por Ridderbos, El pensamiento…, 414-415).

9. En vista de todo lo anterior y puesto que hoy día, en una dimensión muy diferente, tenemos relaciones parecidas a la que existió en el 1er siglo entre amos y esclavos  (me refiero a la relaciones entre patronos y empleados), donde una de las partes tiene un grado importante de autoridad sobre la otra y hay una dependencia mutua en el aspecto económico, muchos creemos que debemos aplicar estos principios de Pablo para la relación amo-esclavo a la relación moderna entre la parte patronal y la parte trabajadora (Melick, 8042).

10. Si bien, y gracias a Dios, ya no tenemos esclavitud institucionalizada hoy día, muchos creen que sí existe un tipo de esclavitud revelada en los tratos injustos y denigrantes que muchas personas reciben hoy día. Recientemente un periódico digital local publicó un artículo al que tituló “Las esclavas del servicio doméstico”, en referencia a las mujeres que los salvadoreños solemos llamar en el más noble de los casos como “las muchachas” y en el más triste como “las sirvientas”. El artículo inicia diciendo que, “El Salvador las llama "las muchachas" y las trata a menudo como hace cuatro siglos a las africanas traídas a América para trabajar de esclavas: con desprecio”. Les presento una parte del video que se incluye en el artículo.

Veamos entonces, en tercer lugar lo que Pablo dijo a los siervos y a los amos…

III.  Entre trabajadores y patrones se requiere responsabilidad sobre una base de justicia (vrs. 22-4:1).

Deberíamos notar que Pablo dice más a los esclavos que a cualquier otra persona en esta sección. Esto probablemente indica el gran número de esclavos que había en la congregación. Por otro lado, sabemos por su carta a Filemón (un miembro de la iglesia a la que Pablo le escribe aquí) que Pablo había acogido (luego de su conversión) a un esclavo fugitivo de esta ciudad (Colosas), a Onésimo. Es posible que muchos esclavos creyentes supieran del exitoso escape de Onésimo y estarían animados a hacer lo mismo. Así que Pablo se proponía promover la armonía  en la iglesia y en el hogar.

A.   Los siervos (trabajadores) trabajan con honesta responsabilidad (22-25)
1)    Se les ordena “obedecer en todo” (22ª): es la misma orden que se las da a los hijos. Como lo hemos dicho la expresión “en todo”, no se debe tomar de manera absoluta. Pero Pablo suaviza la orden diciendo que son solamente amos “terrenales”. Todos los lectores deben recordar que hay un Amo absoluto que está sobre todos, amos y esclavos.
2)    Pero se debe servir genuina y honestamente (22b-23):
a.    La tendencia del esclavo era hacer su trabajo sólo cuando el amo los estaba observando (“sirviendo al ojo”), pero ser irresponsables cuando estaban solos (algún parecido es pura casualidad…). Pero Pablo condena esto.
b.    El servicio o trabajo debe ser hecho con sinceridad, temiendo no al amo terrenal, sino al Amo absoluto: Dios. Así, el trabajados creyente trabaja con una actitud de reverencia a su Amo celestial.
c.     El trabajo se debe hacer “de corazón”, “como para el Señor y no para los hombres” (vr. 23): esto nos recuerda a lo que Pablo acaba de decir en el vr. 17. “De corazón”, literalmente se lee, “desde el alma (gr.  evk yuch/j). El trabajo es un asunto sincero que se hace desde el corazón. El punto es que el trabajo se hace con los sentimientos y las emociones correctas (BDAG, yuch/j).
3)    Pablo da tres motivaciones para el trabajo sincero (vr. 24-25)
a.    “La recompensa de la herencia”: Pablo dice que ellos ya lo saben. Probablemente ellos no tendrán una herencia terrenal de su amo terrenal, pero de su Amo celestial sí tienen una herencia segura como recompensa de su compromiso cristiano como trabajador. La motivación es la fidelidad al Señor en la vida cotidiana.
b.    La soberanía del Señor: en realidad, aún el trabajo material es un servicio al Señor Jesús. El verdadero amo es “Cristo el Señor”. ¡Qué gran motivación! Con nuestro trabajo servimos a Cristo, pero sólo si lo hacemos de corazón y genuinamente. Ellos debían recordar que su Señor, el Cristo era soberano, y por lo tanto él podría sostenerles en sus necesidades materiales. Además, como Señor, él les daba la libertad interior, y podría concederles aún la libertad temporal como lo hará en la eternidad. 
c.     La tercera motivación es el castigo divino por no cumplir con su responsabilidad (vr. 25). Lo que Pablo dice aquí probablemente quiere aplicarlo tanto a los esclavos como a los amos, haciendo la transición a lo que va a decir a estos últimos. Dios no tendrá “favoritismos”, él juzgará la falta que cometa, ya sea el esclavo o el amo. Así que se pasa al deber de los amos.
B.    Los amos (jefes, patrones) serán justos con sus subalternos (4:1):
1)     Si los amos querían evitar el juicio divino, debían preocuparse de ser justos con sus siervos. Aunque como esclavos no recibían un salario, sus necesidades básicas debían ser cumplidas, de acuerdo con el valor  del esfuerzo humano, el valor del tiempo y la vida humana. Una actitud justa y responsable por parte del amo cristiano, sin duda cambiaría radicalmente la actitud de ambas partes.
2)    La motivación para los amos (4:1b): es un recordatorio de que ellos como amos creyentes también son “esclavos”. Hay un  “Amo Celestial” que rige sobre ellos. Su Amo celestial, que todo lo ve y que es justo les tratará de acuerdo como ellos traten a sus siervos. Así, ellos deben tratarlos como les gustaría ser tratados.
Como hemos dicho, el lugar de trabajo en nuestro mundo moderno es el contexto más apropiado para aplicar los principios que Pablo enseña aquí.

Aplicación: 1) Hermanos empleados: ¿eres de los que trabajan para agradar al jefe? O, ¿eres de los que han entendido que cuando trabajamos, como creyentes en Cristo, en realidad  trabajamos para un Señor mucho más superior que el jefecito gruñón que tenemos? Recordemos también lo que dijo el apóstol Pedro en 1 P. 2:18: “Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar”. ¿Cuántas veces hemos perdido un trabajo por irresponsables, o por respondones? 2) Hermanos que Dios les ha permitido tener trabajadores bajo su autoridad, ¿son justos y rectos con ellos? ¿Les tratan con la dignidad que merecen como personas? ¿Qué testimonio les damos como cristianos? ¿Qué tal tratan a las empleadas domésticas que trabajan en sus casas? ¿Les dan un salario digno o les tratamos como la generalidad, como personas inferiores, como “esclavas domésticas”. La idea del apóstol Pablo fue que en Cristo, todos somos iguales, con la misma dignidad y valor. ¡Qué testimonio más grande será para una persona humilde que trabaja en unas casa con un patrón justo, amable y misericordioso!

I/C: La vida nueva de Cristo se notará en la familia cristiana por una sana convivencia, donde se reconoce el orden de autoridad  establecido por Dios, mientras que quien ejerce autoridad ofrece un trato considerado y justo a los demás.

Conclusión:

La obra de Cristo en la vida de las personas, transformará radicalmente la manera en que nos relacionamos. Tanto esposas como esposos, tanto hijos como padres, tanto trabajadores como patrones o jefes, si verdaderamente conocen al Jesús de la Biblia  convivirán de manera diferente a los parámetros que caracterizan  a la sociedad sin Dios. 

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