Tiatira: Cuando “negocios son negocios” significa idolatría

Tiatira: Cuando “negocios son negocios” significa idolatría[1]
(Apocalípsis 2:18-29)

Introducción
                Quizá hay pocos temas o aspectos de nuestra vida que sean tan sensibles como lo es el tema del dinero: “Dios puede decirme cómo manejar cualquier área de mi vida, pero mi dinero, esto que yo genero con el sudor de mi frente es cosa mía”. Sin embargo, si Dios es Dios y si es como se presenta en la Biblia, es de esperar que este Dios también se tome y exija el derecho de gobernar también sobre esta área de la vida.
La iglesia de Tiatira, al igual que la de Pérgamo, se enfrentaba a la tentación de acomodarse a las características propias de su cultura y circunstancias particulares con miras a evitar el castigo ya sea de las autoridades civiles o el rechazo de la sociedad. La falta que se les reprocha a estas iglesias es su tolerancia de personas que les llevan a aceptar el involucramiento en los cultos paganos de las ciudades como algo inofensivo. En Pérgamo eran los Balaamitas y los Nicolaítas, ahora  en Tiatira se trataba de una influyente mujer la que instigaba a la iglesia a volver a convivir con la cultura religiosa de la ciudad. A diferencia de los hermanos de Pérgamo, que peligraban de ser acusados como anti-Roma al negarse adorar a Cesar, los de Tiatira temían ser excluidos de los bien conocidos gremios comerciales que constituían el centro de la vida económica y la prosperidad de la ciudad. Era casi imposible para un ciudadano participar en el comercio o la industria sin una membrecía en el gremio apropiado (Ladd). Los bolsillos peligraban si dejaban de asistir e involucrarse en las celebraciones religiosas de los gremios, que incluía la participación de las comidas ofrecidas a los ídolos (en estos cultos se sobreentendía que la deidad bajaba y compartía la comida con el celebrante) o en libertinajes desenfrenados (Ladd).

                ¿Hasta dónde el cuidado de la fuente de nuestro sustento puede llevarnos a comprometer nuestra fe o convicciones cristianas para no poner en riesgo nuestro pan? ¿Es válido hacer ciertas concesiones a la ética cristiana con el fin de ser aceptados en los círculos empresariales, profesionales o laborales donde nos movemos? ¿Podemos hacer algo trivial o poco serio de nuestra relación con Jesucristo, al punto que creamos insignificante hacernos concesiones para poder encajar en esos círculos? Veamos cómo el mensaje de Jesús a la iglesia de Tiatira responde a estas preguntas. En primer lugar, el Señor nos dice que…

I. El Señor  reconoce cuando progresamos como  iglesia (vrs. 18-19)

A.   Jesús se presenta como el poderoso y verdadero “Hijo de Dios” (vr. 18):
1.    “Escribe al ángel…”: Jesús inicia el mensaje a esta nueva iglesia de la misma manera en que lo ha venido haciendo, es decir encomendando a Juan dirigir el mensaje al “ángel de la iglesia. Hay que recordar que el ángel es una referencia al pastor o ministro principal de la iglesia. Y, como hemos dicho, el representante de ante el Señor de la esta iglesia local.
2.    “Hijo de Dios”: Es la única vez que se usa este título para Jesús en Apocalípsis (de 46 veces en al NT, Aune). El título podía implicar un desafío directo al culto imperial en el siglo I (Keener). Hay que recordar que los emperadores romanos reclamaban ser los hijos de sus predecesores que habían sido deificados (Aune). Por otro lado, una de las divinidades protectoras  de Tiatira era Apolo, el hijo de Zeus,  quien según se creía se encarnaba en los emperadores romanos. De manera que tanto el emperador como Apolo eran aclamados como hijos de Dios, de Zeus. Pero Jesús le dice a la iglesia que el verdadero Hijo de Dios no es  el emperador y tampoco  la deidad guardiana de Tiatira, sino el Cristo resucitado (Kistemaker).
3.    “Ojos como llama de fuego”: esta auto-descripción de Jesús tiene conexiones con el culto al dios Apolo, que se veneraba como el Dios del sol en Tiatira y al cual muchos hermanos estaban siendo seducidos a adorar. Pero la imagen habla del poder de Cristo de escudriñar la mente y el corazón como dirá en versículo 23 (Stam, Mounce). Pero también Cristo le dice a los hermanos: “¡vamos! Yo  soy el Dios, ni cesar, ni Apolo, el Cristo exaltado.
4.    “Pies como broce bruñido”: Habla de la fortaleza, poder y esplendor de Jesús  para aplastar a quien quiera atente contra su iglesia (Mounce). Pero también, ya que en la ciudad hubo un importante gremio de metalurgia que trabajaba el broce y del cual muchos creyentes eran parte, esta imagen  apuntaba poderosamente al que debía ser el verdadero “patrón” de ese gremio: El Hijo de Dios (Malina, Satam).
B.    El Señor reconoce progreso de la iglesia de Tiatira (vr. 19)
1.    “Conozco tus obras”: esta es la alabanza que Jesús da a la iglesia. No solo es un comentario frio, es un reconocimiento (ver esta acepción en BDAG, para este verbo, aunque no se cita este pasaje). Las cuatro cosas que se mencionan: amor, fe, servicio y paciencia, son precisamente las obras de esta iglesia. Las primeras dos son las fuerzas motivadoras en la vida cristiana, mientras que las otras dos son los resultados de estas (Mounce). La fe puede entenderse como “fidelidad” (Aune) o como confianza (Kistemaker). El “servicio” (diakonía), se refiere un rango amplio de actividades hechas a favor o beneficio de otros. El rango va desde los actividades más serviles como siervos, camareros, mensajeros, etc…, hasta funciones privilegiadas como sacerdotes, clérigos, comerciantes y hombre de estado (Aune). “Pacienci”, mejor debemos entenderla como “perseverancia”, “constancia” (RVA, NVI, BLA, CAB). Pero eso no es todo…
2.    “Tus obras… son más quelas primeras”: ¡la iglesia ha crecido en su ministerio! Parece que el Señor está muy endiente del desarrollo de la iglesia y reconoce su avance. A diferencia la iglesia de Éfeso que ha perdido su amor y necesitaba volver a sus primeros obras (2:4-5), esta iglesia ha crecido. Aparentemente esta es una iglesia más que ejemplar, digna de imitar. ¿Habrá algo que reprochar a una iglesia como esta? Por el momento digamos lo siguiente:

Aplicaciones: 1) ¿Cómo es el Jesús en quien tú has creído? ¿Es el poderoso y divino Hijo de Dios, omnipotente, invencible, de cuya flameante mirada nadie puede esconderse? O, ¿es el inocente niñito, dependiente y manipulable en los brazos de su dulce madre? Cuando Daniel tuvo la visión de este mismo Hijo de Dios, cayó rostro en tierra, sin fuerzas, mudo y temblando (Dn. 10:5-11). Cuando el Cristo en el que creemos es equivocado, también nuestro cristianismo es equivocado. Sólo podemos temer, amar,  servir y adorar  al Cristo de la Biblia,  pero cuando es un “cristito” fabricado por nosotros mismos, a nuestra conveniencia, lo único que queremos más bien es que él nos sirva a nosotros. 2. ¿Cómo andamos como iglesia, y como creyentes? ¿Estamos creciendo en amor, en servicio, es confianza y perseverancia? ¿Nos estamos volviendo personas más serviciales, más amorosas con la gente, más seguras en Dios y decididas? O ¿vamos para atrás, volviéndonos orgullosos, insensibles, pensando que es Dios quien debe servirnos a nosotros?  ¿Eres tú de los que piensan o sienten que se te debe rogar para que sirvas a la iglesia de este Cristo? ¿Tiene que venir el Hijo de Dios a rogarte una migaja de tu servicio? Si así es, tu fe, tu Cristo, tu evangelio, debo decirte: no es el de la biblia. Es el que tú inventaste. Tienes que arrepentirte.

Pero bien, ¿será sólo elogio que el Señor tiene que decir a esta iglesia? Parece que no, porque en 2º lugar veremos que…

II. El Señor nos reprocha cuando toleramos  líderes que nos incitan al error (vrs. 20-23)

           A. Jesús reprocha que Tiatira tolere a la falsa profetiza que los extravía (vr. 20)
1.       “Jesabel” es un apodo peyorativo que Juan pone a esta mujer. La Jesabel original fue uno de los personajes más oscuros y despreciables en la historia de Israel (1 Re. 18 -21; 2 Re. 9). Fue la reina fenicia con la que se casó Acab, rey de Israel (869-850 a. C.). Entre otras cosas aquella Jesabel histórica se recuerda por su campaña para matar a los profetas de Yahweh, su sostén de 450 profetas de Baal y 400 de Asera, fomentando la idolatría en Israel y su intento de matar a Elías. ¡Mala mujer! Con esta “calaña” de mujer compara el Señor a la mujer que toleran los hermanos de Tatira.
2.       Ella “se dice profetiza”: ella se autoproclama profetiza, es decir, una mujer de Dios, por medio de quien Dios habla. Al parecer esta mujer había llegado a tener una influyente posición en la iglesia. Hay bastante evidencia que en este período las mujeres ocupaban importantes posiciones tanto en el judaísmo como en la iglesia cristiana (Aune). Ella, bien pudo ser un tipo de “patrocinadora” o “anfitriona” de alguna de las “iglesias-casa” de la ciudad y de allí su poder.
3.       Ella “enseña” (ojo, como profetiza, cumple funciones de enseñanza en esta iglesia), y ya ha extraviado a algunos hermanos de la iglesia. Ella los ha animado a dos actos condenables: “fornicar” y “comer cosas sacrificadas a los ídolos” (recordemos que era el mismo problema de la iglesia de Pérgamo, con los Balaamitas y los nicolaítas… parece que era una fuerte corriente en las iglesias).
a) En cuanto a “fornicar”: debemos entenderlo en sentido figurado, es decir como fornicación espiritual, es decir como idolatría (Aune, Malina, Stam: “un contubernio con la religión pagana”). Esto lo confirma la siguente acusación.
b)   “Comer lo sacrificado a los ídolos”: en los cultos paganos siempre se sacrificaban animales a las deidades como parte del ritual. Luego esa carne era llevada a los mercados donde la gente compraba. Esto quizá no sería el problema, ya que Pablo había enseñado que esta comida era inofensiva, siempre y cuando no se diera mal testimonio a los hermanos más conservadores que sí lo consideraban como malo (1 Cor. 10:25-28). El problema aquí, más bien tenía que ver con la participación de los hermanos en las celebraciones públicas a las deidades patronales de la ciudad, que giraban en torno a los sacrificios (victimas)  dedicados a dichas deidades, cuya carne luego se comía como parte de la celebración. Esto obviamente implicaba la comunión y culto de esta deidad. Pablo había dicho que tal práctica implicaba “participar de la mesa de los demonios” (1 Cor. 10:21). 
c)  La situación para los hermanos  de Tiatira fue que la participación en estos banquetes era una exigencia social íntimamente relacionada con su economía. Si ellos se negaban a participar en estas festividades levantaban barreras con sus vecinos (Aune). Particularmente en esta ciudad donde los gremios comerciales (de panaderos, orfebres, comerciantes, confeccionistas, curtidores, alfareros etc…) eran la vida económica, excluirse de participar en las celebraciones religiosas de tales gremios (de los cuales los creyentes sin duda formaban parte) significaba algo así como un “suicidio económico y vocacional” (Foulkes y  Stam, Mounce dice: “aislamiento social con las dificultades económicas que acompañantes”). Pero la Jesabel de Tiatira les dice a los hermanos: “¿Qué importa?... ¿Y por qué los cristianos tenemos que separarnos de  nuestros gremios profesionales por un ridículo escrúpulo de conciencia y condenarnos al fracaso económico?” (Foulkes). Sin duda esta mujer tenía un fuerte compromiso con el entorno pagano.
Pero el Señor tratará duramente a esta mujer…
         B.      El Señor castigará a la falsa profetiza y sus seguidores para ejemplo de las iglesias (vrs. 21-23).
1.       “Le he dado tiempo de arrepentirse, pero no quiere” (vr. 21): A esta mujer ya se le ha amonestado (probablemente el apóstol Juan lo había hecho u otro profeta, Aune). ¡La gracia del Señor, siempre dándonos oportunidad de corregirnos!
2.       El Señor tratará duramente a Jesabel y sus seguidores (vrs. 22-23)
a) A ella: “la arrojará en cama”: es muy parecida a nuestra expresión “estar en cama” y naturalmente se refiere a una enfermedad (Aune). Quizá ella abogaba por lo contrario: la liberación de toda enfermedad (el evangelio de la prosperidad, Mounce).
b)   “A los que adulteran con ella”: los arrojará (se debe sobreentender el verbo también, Aune) “en gran tribulación”. Puede referirse también a una enfermedad (por el paralelismo, y no pequeña por cierto). Estos son todos aquellos miembros de la iglesia que han sido arrastrados por la falsa profetiza, sus colaboradores, los que la apoyan (Mounce) y siguen su enseñanza.
c) “A sus hijos heriré de muerte”: se refiere probablemente a los discípulos más cercanos a la falsa profetiza (Aune). Es difícil distinguir entre los dos grupos (quizá no se debe hacer distinción), pero puede ser que los primeros son los que “simpatizan” con su enseñanza y los últimos los que se han entregado plenamente a ella (Mounce). La condena para ellos, interesantemente es más fuerte: ¡la muerte!
3.       El propósito del castigo es que sirva de ejemplo a las iglesias (vr. 23b)
a) “Y todas las iglesias sabrán”: el Señor quiere que las demás iglesias tomen nota de cómo él trata a los que enseñan el error y a sus seguidores.
b)   “Yo soy el que escudriña la mente y el corazón”: la expresión es importantísima tanto porque advierte que al Señor no se le puede engañar. Él  conoce el corazón y  la mente de sus hijos. Pero también es importante porque es una expresión que viene de Jeremías 17:10, en donde es Jehová Dios el que habla. Es una prueba muy fuerte de la Cristología de Juan. ¡Jesucristo tiene las mismas atribuciones que sólo Dios puede tener! Porque él, mismo es Dios.
c) El Señor va a tratar justamente a sus hijos, “según sus obras”.  ¿Interesante! es Jesús el que juzga, otra prueba de su deidad.

Aplicaciones: 1. ¡Cuán fáciles somos los creyentes del siglo XXI de impresionar por falsos maestros! Cuando aparecen personas (“Jesabeles” o “Balaanes”) que se dicen ser ya sea “pastores”, ya sean “profetas” o lo más popular de hoy “apóstoles”, siempre y cuando nos impresiones con su gran vida de lujo y prosperidad o con su gran ministerio internacional, vamos como borreguitos siguiéndolos, aún cuando nos incitan a una vida cristiana poco seria, de licencias con el mundo o permisividades con el estilo del mundo. Cuidado hermanos con los predicadores que nos dan la impresión que podemos pecar, que el pecado no es tan serio, que no debemos tomar tan en serio la fe. El Cristo de la Biblia no juega ni payasea con  la ética que espera de sus hijos. Pero ¡qué difícil es involucrarnos en el estudio serio de la Biblia! ¡Por eso creemos cada tontera que escuchamos!2. Jesabel, decía que se podía participar en los ritos paganos a los patrones de la ciudad, aún cuando esto implicaba idolatría, sólo para quedar bien con la gente y evitar problemas económicos. ¿Qué de nosotros cuando admitimos participar en las celebraciones patronales de nuestros pueblos? ¿No estaremos participando en dar culto a “miguel arcángel” o a “santo Tomás”, o a “Santa Rita”… o 3. ¿Qué decir de nuestra disposición a faltar a la ética del evangelio por motivos económicos? ¿Qué de cuando aceptamos participar en engaños, en robos  o trampas para quedar bien con los jefes, o cuando decidimos sobornar al policía para no pagar una multa?

Terminemos hermanos viendo que el Señor nos da grandes motivos para cuidarnos de ser arrastrados por los falsos maestros…. En 3er lugar…

III. El Señor anima a los fieles prometiéndoles autoridad en su futuro reino  (vrs. 24-29)

            A.      Los fieles de Tiatira no recibirán más demandas del Señor (vrs. 24-25)
1.       El Señor se dirige al grupo de creyentes que valientemente han rechazado la doctrina de la profetiza falsa: “Ustedes que no tienen esa doctrina” 
2.       “Las profundidades de Satanás”: Parece que Jesabel y su grupo pretendían tener conocimientos exclusivos “profundos” acerca de Dios, que sólo ellos conocían. Pero el Señor "sarcásticamente” les dice que lo que realmente tienen no son las profundidades de Dios, sino ¡las del Satanás! Así como le llamó a la sinagoga de Esmirna “sinagoga de Satanás”  en 2:9 (Aune, Stam).
3.       No se les exigirá nada más a los fieles, pero deben ser fieles hasta la venida del Señor (vr. 25)
            B.      A los fieles el Señor les promete autoridad en su futuro reino (vrs. 26-28):
1.       “El vencedor”: alude a los que hacen la voluntad de Cristo hasta el fin. Es nuestra fiel adhesión a la causa de  Cristo lo que nos da la victoria a los creyentes en el hostil ambiente de los valores y prácticas paganas donde nos toca vivir (Mounce).
2.       “Autoridad sobre las naciones”: La implicación es que el Mesías compartirá su gobierno con sus seguidores, con los fieles en su gobierno final sobre la tierra en el durante los mil años de 20:6 y por la eternidad en 22:5 (Keener, Mounce).
3.       “las regirá con vara de hierro”: el verbo significa “pastorear”. Hay que entenderlo en el sentido de manejar la vara o garrote del pastor para proteger al rebaño. El garrote podía ser de de roble con punta de hierro (“vara de hierro”). También lleva la idea de “gobernar”. En el pensamiento hebreo, tanto juzgar como pastorear eran sinónimos de “gobernar” (Stam). “Quebradas como vasos de barro”: habla del poder absoluto del Cristo victorioso y de sus seguidores sobre las naciones rebeldes  (Mounce). Aquí se tiene en mente el Salmo 2:8-9, donde se habla de la entronización y triunfo definitivo del rey. Aquí tenemos algo del lenguaje simbólico e hiperbólico oriental. No habla de un gobierno tiránico de Jesús, sino de su segura y aplastante victoria sobre las fuerzas del mal, estableciendo para siempre su reino. No olvidemos que se está hablando de los creyentes que venzan.
4.       Se les promete “la estrella de la mañana”: Este término, se usaba para referirse al planeta Venus. Para la gente del mundo greco romano, la vida estaba gobernada por las estrellas, así que dar autoridad sobre una de las estrellas más poderosas, es otra manea de decir que los fieles del Señor tendrán parte en el gobierno de Cristo sobre la creación (Keener, Foulkes). También, ya que Cristo dice en 22:16 que él es la estrella de la mañana, se implica que el Cristo exaltado comparte su estatus de soberanía con sus seguidores que vencen (Aune).
          C.      Todos los creyentes son llamados a prestar atención a este mensaje (vr. 29)

Aplicaciones: 1) Quizá nuestra adhesión y fidelidad a Cristo pueda traernos problemas, ya sean sociales, ya sean económicos y hasta políticos. Quizá se nos vea como raros en algunos círculos, en nuestras colonias, en los centros de estudio, en los lugares de trabajo. Esto no debe extrañarnos, ya que el hombre pecador, idólatra es el que gobierna para su señor el diablo. Pero debemos alentarnos hermanos, pues el Señor nos pondrá a su lado cuando él regrese con gran autoridad y poder. No desmayemos, seamos contra corriente, no nos adaptemos al sistema sin importar el costo. Porque vale la pena. 2) Pero no olvidemos hermanos, que esta promesa es para el vencedor, para el que guarda las obras del Señor hasta el final como dice el versículo 26. Las obras del Señor son las mencionadas arriba: amor, fe, servicio, perseverancia. Los vencedores son los que practican estas cosas hasta el fin de sus vidas o hasta la venida del Señor. Este es un  llamado a la perseverancia hermanos, al crecimiento en nuestra consagración al Señor.
Concluyamos llevando en nuestro corazón este gran reto:

I/C: Avancemos en nuestra vida cristiana, pero rechacemos con valor a líderes errados, sabiendo que Dios los juzgará a ellos, pero premiará a los fieles.

Conclusión
Las necesidades económicas o materiales pueden llevarnos a comprometer nuestras convicciones cristianas. Puede parecernos aceptable, una mentirilla por aquí, una mordidita allí, una cervecita por aquí (para no quedar mal con los jefes o amigos), una bailadita por allá. Jesabel les decía a los hermanos, “no tiene nada de malo celebrar con el gremio en el templo de Apolo, ya sabemos que es sólo un ídolo… Dios comprenderá que está en juego el pan de tus hijos”. Pero El Señor no toleró esas concesiones, esa aparentemente inocente comunión con prácticas erradas. Si alguna vez practicaste un culto o religión que minimiza a Jesús, o que eleva a otras figuras a la altura de Jesús, o que propone otros caminos para la salvación a parte de la fe en Cristo, ya no puedes participar de dichas prácticas sin volverte culpable del extravío de Jesabel. Sólo Cristo, sólo la fe, sólo la gracia, sólo la Biblia, es lo que un verdadero discípulo de Jesús proclama. Sólo ellos tendrán parte en su reino.  ¿Serás de estos vencedores?



[1] La idea fue tomada de Stam, Apocalipsis, tomo I. 124. 

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