Los tiempos del fin: los 1os. 4 sellos. Ap. 6:1-8


Introducción:
                En los capítulos 4 y 5 Juan nos ha descrito esta gran visión que tuvo del Trono de Dios. El capítulo 4 nos presentó la adoración celestial que Dios recibe por todas las criaturas celestes: seres vivientes, veinticuatro ancianos se unen en adoración a Dios por sus atributos y por su obra creadora y sustentadora. El Capítulo cinco nos presenta un rollo escrito por dentro y por fuera. Este rollo representa y contiene los planes de Dios para su creación, el curso de la historia hasta su desenlace final. Sin embargo este rollo está completamente sellado con siete sellos. Nadie es digno de abrir este rollo y poner en marcha el Plan de Dios. Sin embargo a Juan se le anuncia que sí existe un ser digno. Entonces se nos ha presentado al Cordero de Dios quien, por su obra de Salvación a través de su muerte, es digno de dar acceso al rollo y poner en marcha los planes de Dios. Toda la creación termina adorando a Dios y al Cordero.

                Al entrar al capítulo 6, el Cordero que es digno, va a  empezar a romper uno por uno cada sello del rollo. Literariamente estos 7 sellos, están agrupados en dos grupos: 4 primeros sellos y los últimos tres (se seguirá el mismo patrón con las trompetas, cps. 8-9, y con las copas, cp.16. [Para Keener, los sellos cubren el mismo lapso de tiempo que las trompetas y que las copas, ya que las tres series de juicios culminan con el fin de la era]). Debemos entender que con la apertura de cada sello no se obtiene acceso al contenido del libro o rollo (¡son 7 sellos!). Recordemos lo que hemos  dicho tocante a este rollo.   Todo apunta a que el rollo contiene la revelación del Plan de Dios, el desenlace  de los tiempos con los eventos redentores pero también judiciales de Dios sobre la humanidad. De manera que, los eventos o situación a los que dan paso la apertura de estos sellos, debemos entender que son eventos preliminares, o, más bien situaciones y realidades  históricas que caracterizan el tiempo previo o que precede a los eventos que darán fin a la historia humana ([así Keener] ver esquema en Power Point). Se puede decir que marcan el comienzo de los eventos finales del tiempo del fin (Osborne). Pero estos eventos a veces son juicios divinos resultantes del pecado humano. Otras veces son actos redentores o salvíficos de Dios a favor de los suyos. No hay que olvidar que es el Cordero quien da paso a estas realidades como Señor de la historia. Soberanamente Dios permite que el círculo del pecado humano gire sobre sí mismo llevándolo hacia la autodestrucción (Osborne). Muchos estudiosos están de acuerdo en que en que Juan sigue aquí (en el arreglo de los 6 primeros sellos) el esquema del discurso escatológico de Jesús en los evangelios sinópticos. Así que los eventos que a que dan paso la apertura de los sellos correspondería a lo que Jesús llamó “principio de dolores”, pero que, dijo además, “aún no es el fin” (Mr. 13:7-8 [Mounce, 207, Stam, II, 24]).  Más bien, como en Marcos, los juicios que surgen con la apertura de los sellos, “son aquellos que caracterizan el tiempo presente” (Keener).

Vayamos juntos, entonces, y respondamos en los primero 8 versículos del capítulo 6 a la pregunta: ¿cómo será el mundo antes del establecimiento del Reino de Dios?  Vemos en primer lugar que…


I. El mundo se caracterizará por un espíritu militarista de conquista (vrs. 1-2).
   
   A.      Juan ve al Cordero abrir el primer sello y escucha una invitación (vr. 1)
1)      Hay que recordar: en el capítulo 5, Juan ha visto un rollo sellado con siete sellos que impiden la apertura del rollo. El rollo contiene la revelación del plan de Dios para la humanidad desde Juan hasta la llegada del reino de Dios, pero no se encuentra a nadie digno de romper los sellos y abrir el rollo. La apertura del rollo no solo implica tener acceso al plan de Dios, sino también poner en marcha ese plan. Ante el llanto de Juan se le anuncia que el Cordero que fue inmolado es digno de romper los sellos y abrir le rollo. Ahora el Cordero, el Cristo exaltado abre el primero de los sellos.
2)      Juan también escucha a uno de los 4 seres vivientes decir “ven”
a) Recordemos que los 4 Seres vivientes son seres de alta jerarquía angelical que rodean el trono de de Dios, que probablemente representa a todos los seres vivos.
b)   Uno de ellos, con vos de trueno da la orden “ven”: el trueno es característico del trono de Dios (4:5). Aquí implica una voz ponente, poderosa procedente del trono de Dios, es decir Dios es quien conduce lo que sucede. La expresión “ven y mira” de la RV60 (y otras versiones), es producto de copistas que entendieron el mandamiento como una invitación a Juan (Mounce, 207, Metzger, Textual Commentary NT). El texto simplemente diría “ven” (NVI, BLA, RVA, CAB). Por esta razón debemos entender que la invitación no se dirige a Juan, sino más bien es una orden a alguien más. A continuación vemos que alguien responde a la orden “ven”.
        B.      Juan ve emerger un caballo blanco jineteado por un “arquero” vencedor (vr. 2)
1)      “Un caballo blanco y su jinete con arco”: los colores, por lo que se verá, va a ocupar un lugar importante en la simbología de esta visión. La imagen, sin duda provoca la idea de un guerrero. Por un lado los caballos fueron ampliamente usados en la guerra. Quien lo monta es un victorioso guerreo armado con su arco (Morris). El arco era ampliamente usado en Grecia, Anatolia y el cercano oriente, especialmente en Partia (Aune). Los partos eran bien conocidos por ser arqueros a caballo. Eran el único grupo conocido de arqueros montados en el mundo mediterráneo antiguo. Además, el blanco era el color sagrado de los partos (Keener, Mounce, 210). El jinete es referido  literalmente como “el sentado”, la misma expresión que se usa para Dios en su trono en 4:2 (Osborne). ¿A quien representará? ¿A caso a la humanidad entronada en lugar de Dios?
2)      “le fue dad una corona”: no se dice quién le da la corona (una guirnalda de victoria, según Morris). En estos casos normalmente  se indica que es Dios quien realiza la acción (pasivo divino, Osborne y todos). Esto indica que es Dios mismo quien está en el control de lo que sucede. Sea lo que sea, Dios está en control. En Apocalipsis la expresión “se le dio” mayormente indica el permiso divino a los poderes maléficos para realizar sus fechorías (Foulkes, Mounce 209).
3)      “salió venciendo y para vencer”: la frase enfatiza que la suprema actividad y propósito de esta figura es la conquista militar (Osborne). La pregunta es ¿quién es o qué representa este primer jinete en su caballo blanco? Algunos lo interpretan en un sentido positivo y otros en sentido negativo:
a) En sentido positivo las dos propuestas más importantes son: 1) Cristo mismo (Hendriksen, Hodge). El argumento tiene como base la comparación  de este jinete con el que aparece  en 19:11-16, el cuál es Cristo sin duda (“El Verbo de Dios”). Pero hay considerables diferencias entre ambos jinetes si se presta atención (uno lleva una guirnalda de victoria, el otro diademas, uno lleva arco, el otro una espada de dos filos que sale de su boca. Otra objeción es que si el Cordero es quien está abriendo los sellos, no puede ser a la vez el jinete que sale al romper el primer sello (Aune). Por otro lado, al ver el arreglo del libro como un todo, el desenlace de la historia con la venida de Cristo en el capítulo 19 hace preguntarse por qué tendría que aparecer en esta sección del libro. Parecería fuera de contexto (Ladd). 2) La proclamación y triunfo del evangelio (Ladd, Stam) por la mención de la predicación del evangelio a todas las naciones en el discurso de Jesús (Mr. 13:19 y Mt. 24:14). Pero no hay nada en el contexto que apoye esta idea. Además es dudoso que estando tan íntimamente relacionados estos jinetes, el primero sea tan distinto a los otros tres (Osborne).
b)   En sentido negativo: algunos han visto aquí al anticristo o una figura satánica (se basan en el discurso escatológico de Jesús, que inicia con una advertencia sobre los que tratarán de extraviar a los creyentes, Mr. 13:5-6). Pero la más probable interpretación es que este Jinete en su caballo representa el espíritu militarista de conquista que caracterizará la presente era (Aune, Keener, Mounce, Morris, Foulkes). Estas son las principales evidencias: 1) La imagen (caballo blanco, el arco, la corona, y la expresión “venciendo y para vencer” indican este espíritu conquistador, guerrero, el hambre de victoria que impera (Aune. Osbrone dice que la expresión enfatiza que la suprema actividad y propósito de esta figura es la conquista militar). 2) La descripción de este jinete como un “arquero” sin duda se inspira en los temidos Partos. Estos eran los únicos guerreros montados del mundo antiguo que habían perfeccionado el uso del arco (Osborne) y el blanco era su color sagrado (Keener). Eran quizá el único ejército temido por las fuerzas romanas, pues los habían derrotado es dos ocasiones recientes (55 a. C y 62 AD, Osborne). Además se alude probablemente  a ellos más adelante en 9:14 y 16:12, Keener). 3) Los lectores de Juan en Asia Menor fácilmente habrían identificado a los partos en esta alusión (Keener). 4) Esta interpretación encaja mejor con los siguientes sellos que se abrirán como una unidad que describe una situación negativa (con el contexto inmediato): al espíritu conquistador le siguen la guerra, el hambre y las plagas, Aune). Conclusión: el primer jinete representa el espíritu de conquista imperante en la presente era. Los Partos se usan como figura representativa de este espíritu. Se trata de la propensión generalizada del la humanidad caída a desear la conquista, el dominio (Osborne). Los imperios caerán, incluso el invencible romano, y surgirán otros que también caerán… hasta que se imponga uno invencible… (Keener).

Aplicaciones: 1) La visión de Juan se ha realizado indefectiblemente en 20 siglos de historia. Este espíritu de conquista y deseo por la guerra, el militarismo ha caracterizado y sique caracterizando a la raza humana. ¡Podemos confiar en su Palabra! 2) Pero no descuidemos que es Dios quien autoriza esta situación. Es del Trono divino (los seres angélicos de Dios) que se llama a este nefasto jinete. Es Dios quien le da la guirnalda de la victoria. Así que Dios está en el control soberano de los procesos históricos. ¡Podemos confiar en su soberano control! 3) En un nivel personal y ministerial, los creyentes debemos cuidarnos de no ser dominados por este espíritu de lucha, de dominio, de conquista del propio del mundo sin Dios. Cuando queremos estar sobre los demás pisoteando a mi prójimo, cuando sentimos un gusto especial por el poder sobre los demás, cuando no soy capaz de someterme s otros… entonces ese espíritu del mundo, el primer jinete de Apocalipsis me ha vencido. 4) No debemos sentir orgullo o confianza en los imperios humanos, todos caerán un día, como lo fue Roma. No debemos acomodarnos a este mundo que no es nuestro hogar.

… Este espíritu militarista de conquista tendrá serias consecuencias para la humanidad. Los jinetes que aparecerán a continuación son las secuelas de este primero. Veamos una segunda realidad que caracterizará al mundo antes de la venida del reino de Dios…

II. La guerra será el tono característico de la historia humana (vrs. 3-4).

…Si el hombre será dominado por el espíritu de conquista militar, la guerra es el resultado inevitable…

          A.      La apertura del segundo sello da paso otro ser viviente que hace una nueva invitación (vr. 3).
1)    “Cuando abrió el segundo sello”: hay que recordar que el sujeto aquí es Cristo.
2)    “oí al segundo ser viviente”: recordemos que son 4 seres vivientes los que están alrededor del trono de Dios. Estos corresponden a cada uno de los 4 primeros sellos.
3)    “ven”: La orden, como ya explicamos, es simplemente “ven” sin el “y mira” de algunas versiones que interpretan que la orden se le da a Juan. Más bien la orden se le da al segundo jinete que está por emerger. La soberanía y control divino se hace evidente de nuevo aquí. Pero también es posible que Dios está dejando que el círculo de la depravación humana gire: cada jinete parece conducir al siguiente (Osborne).
          B.      Juan ve salir un caballo rojo (bermejo en RV60) con un jinete que quita la paz (vr. 4)
1)    En el color rojo (“rojo fuego” o “ardiente”) de este caballo los lectores verían una alusión a la sangre (Keener), representando sin duda el derramamiento de sangre y matanza traída sobre el mundo (Osborne, Aune).
2)    A este jinete le son dadas tres cosas (vr. 4): notemos aquí que es Dios (pasivo divino, Aune, Osborne)) quien le da estas cosas.
a)        “Quitar la paz de la tierra” (“poder” no está en el texto): Augusto Cesar había pretendido traer una era de paz en el imperio, la famosa “paz romana”. Pero era sólo aparente, el control se establecía por medio de la espada de las legiones romanas (Ladd). Este jinete anuncia que no habrá paz. Y al mencionar “la tierra”, parece que se refiere a un fenómeno universal (Aune).
b)        “que se matasen unos a otros”: el verbo usado aquí (sfa,xousin) cuando se aplica a personas, siempre lleva la connotación de violencia y salvajismo, asesinar con violencia (Aune. “se degollaran” traduce CAB). El espíritu militarista que representa el primer jinete tiene su resultado da paso al inevitable resultado de la guerra (el otro lado de la moneda según Foulkes). Las matanzas violentas son el producto constante de las guerras, ya sean estas internas (civiles) o internacionales (algunos ven aquí la guerra civil, Mounce y Osborne, por ejemplo).
c)         “una gran espada”: la espada es el símbolo que lo que acaba de describir. Representa el poder sobre la vida y la muerte poseída por las autoridades gobernantes (Aune), y era el símbolo del poder militar (Osborne). Esta autoridad, se enfatiza, que le es dada (pasivo divino, Aune). Es probable que este representa la misma realidad que Jesucristo mencionó en Marcos 13:7-7: “guerras y rumores de guerra”. Pero dijo que no era el fin, sino principio de dolores (Osborne).
3)    En conclusión: el segundo caballo con su jinete está representado a la guerra. La raza humana estaría enfrascada en un constante conflicto militar cuyo resultado lógico es la violencia asesina de unos contra otros. Como dice alguien (Ladd): “la guerra y la conquista fueron la política dominante (en Roma), y permanecerá así hasta el regreso del Señor”.

Aplicaciones: 1) Los cristianos que conocemos la Biblia no deberíamos extrañarnos de un mundo dominado por los conflictos militares. Esto es parte de la naturaleza caída del hombre. Las guerras continuarán hasta la venida del Príncipe de Paz. El siglo XX se creía que sería “el siglo cristiano”, pero produjo as dos guerras mundiales más destructivas de la historia e infinidad de conflictos internos en diversos países del globo.  Pero no por eso debemos aprobar y ser complacientes con ese espíritu de guerra imperante. La guerra trae muerte, masacres de seres humanos inocentes, guerras fratricidas como la que por experiencia conocemos muy bien los salvadoreños. Los creyentes debemos ponernos en contra de la guerra, de la industria armamentista que se alimenta de las guerras, que muchas veces provocadas y alentadas por los países que producen armas. Al caballo rojo le gusta ver a la gente masacrase entre si. El gerente de una industria armamentista israelí dijo en años recientes: “los israelís que producimos y exportamos armas estamos muy preocupados. La mayor parte de los conflictos en el mundo está terminando y no hay visos de nuevas guerras en el horizonte. Nuestra industria está amenazada por la paz”. 2) En nuestro país se dice que vivimos en una “guerra social” después de superada la guerra civil donde 75,000 salvadoreños se mataron entre sí.  El caballo rojo está muy activo en nuestro terruño, los políticos y militares nos han enseñado que no se puede (ni conviene) vivir en paz. Los intereses económicos no permiten que las fuerzas del país se pongan de acuerdo para acabar con el derramamiento de sangre de entre pandillas y entre ellas y las fuerzas gubernamentales. Los creyentes debemos decirles que ese espíritu es diabólico, demoníaco. Los creyentes protestamos contra ese espíritu. 3. Jesús, y sus seguidores nunca se montan en el caballo rojo (Stam). El patriotismo lo monta, el odio lo jinetea, el prejuicio, el fanatismo el racismo, ideologías políticas lo montan. La tecnología y la  industria de las armas lo monta. A veces la religión lo monta, la mentira también. En fin son Satanás u sus aliados los que andan ahí montados. Pero a Cristo nunca se le verá montado en ese caballo y tampoco a sus discípulos verdaderos, ellos son los que forjan la paz. ¿Montamos el caballo de la guerra en nuestra casa, en nuestro trabajo, en la iglesia? NO vivamos en el espíritu de este mundo mis amados.

Si bien el espíritu de conquista lleva a la guerra, la guerra lleva a su lógica consecuencia. Esta será también parte de la realidad de la historia humana hasta el retorno del Señor… Vemos en 3er lugar que…

III. El hambre será parte de la historia humana hasta el retorno de Cristo (vrs. 5-6)

            A.      La apertura del tercer sello da paso al tercer caballo montado (vr. 5)
1.    El tercer sello es abierto por el Señor.
2.    Un tercer ser viviente lanza una nueva invitación: “ven” (“y mira” no en el gr.).
3.    El vidente Juan ve ahora aparecer un caballo negro. El color negro tenía fuertes connotaciones negativas en la antigüedad. Se asociaba con las tinieblas, el mundo de los muertos y consiguientemente con la muerte (Aune). Por la descripción que sigue, aquí parece que simboliza el hambre, que es frecuentemente asociada con la muerte (Aune). Es natural que en los conflictos bélicos los pueblos conquistados sufre escases , las economías sufren y entonces viene el hambre para los más pobres.
4.    “Una balanza en la mano”: Las balanzas representan raciones restringidas o el cuidado que el vendedor toma, cobrando hasta el último centavo del valor de la comida  (Keener, CCCB). Así que este tercer jinete seguramente tiene algo que ver con la comida, con los alimentos. Lo que sigue aclara el simbolismo de este personaje.
            B.      Juan escucha una voz que le da tres indicaciones al jinete del caballo negro (vr. 6)
1.    “… de en medio de los seres vivientes”: Este detalle probablemente indica que la voz proviene del trono mismo de Dios, indicado que él está en control (Osborne, Aune).
2.    “dos libras de trigo… seis libras de cebada por un denario”: Es una traducción deficiente de RV60. Lo correcto es “una medida  de trigo… y tres medidas de cebada” (NVI, CAB, BLA, RVA). “Una medida” (gr. Joinix) equivale a un litro de hoy (Stam). En resumidas cuentas esta frase está indicando un precio exorbitante en los productos alimenticios básicos (el trigo y la cebada) durante un período de hambre (Aune: cerca de ocho veces del precio normal para el trigo y cinco veces más para la cebada.  Mounce dice “diez a doce veces superiores”.  12 a 15 dice Ladd). Un denario era el salario diario de un trabajador o un esclavo, y una medida (o libra en RV60) de trigo era la ración diaria para una persona y sus animales domésticos. (Aune).  Así que un jornalero promedio bajo estos precios preferiría comprar la cebada (tres medidas por un denario en lugar de una de trigo) raramente usada para hacer pan, excepto por los pobres o esclavos (Aune).  Aun así,  una familia con  varios niños apenas alcanzaría a subsistir, ya que una medida de trigo era la porción diaria para un hombre y su bestia. Al lo salvadoreño la relación sería como si hoy la libra de frijoles costara $ 1.00, y  de repente el precio subiera a $ 10.00!!!
3.    “pero no dañes el aceite ni el vino”. Probablemente indica una limitación natural de la intensidad de la crisis (Mounce). Estos productos menos básicos no serían afectados.” En las guerras mediterráneas de la antigüedad se destruían normalmente, las cosechas de cereal del año, pero no las viñas ni los olivos;  arrasar estos cultivos sería destruir las economías locales durante mucho tiempo , con lo cual la conquista de la tierra perdería sentido” (Keener, CBA NVI). Es posible también que esta expresión represente los intereses de los grande terratenientes que protestan ante la amenaza de sus productos de mayor ganancia (los olivares y las viñas) (Stam).

Aplicaciones: 1) Parece que este caballo negro con su jinete balanza en mano es bien conocido en nuestro continente. Especialmente en tiempos de conflicto bélicos las economías se caen y los precios suben. Es de conocimiento general el hambre que se sufre en muchos países del áfrica. En tiempos recientes, aquí cerca en Guatemala se han visto casos de desnutrición alarmantes. Ya aún en nuestros campos salvadoreños pueden verse  la precariedad y el hambre en los cuerpitos desnutridos de los niños. Sin duda este jinete cabalga nuestro mundo e historia. La adoración del mercado, el libre mercado, la llamada economía liberal que permite que el mercado haga lo que quiere a su antojo es lo que tenemos hoy día. Las ganancias injustamente repartidas, los salarios paupérrimos (¿Cuánto es lo que quieren aumentar aquí en El Salvador?). La avaricia caracteriza casi a todos… siempre se quiere más y a costa de compartir o distribuir menos y menos. 2) ¿Cómo podernos escapar a este jinete los creyentes? ¿Cómo evitar montarnos en este feo caballo que promueve el hambre en el mundo? Quizá ud. y yo no seamos ricos, pues aún así podemos ser avarientos  y egoístas que no compartimos nada con nadie. Sólo pensamos en tener más y más. Buscamos hacer más plata, no para ayudar a nadie, sino por puro deseo de más y mejores cosas, mejor estatus, mejor carro, mejor casa. Nos endeudamos “para salir adelante”, pero ni siquiera somos responsables con las deudas. El dinero nos domina. No vayamos por ese camino mis hermanos. 2) En un mundo con tanta necesidad el creyente tiene grandes oportunidad de mostrar el amor y gracia de Dios con la gente. Hay que ayudar al necesitado. Hermanos, que las bendiciones que el Señor nos da sirvan para ayudar a los más necesitados. Eso también demuestra el evangelio de Cristo.

El espíritu de conquista militarista lleva a las guerras, estas tren pobreza y hambre y finalmente la muerte. Veamos en último lugar hermanos, otra faceta de nuestro mundo según le fue mostrado a Juan. En cuarto lugar veamos que…

IV. Un mundo de muerte será la realidad antes del reino de Cristo (vrs. 7-8).

           A.      El cuarto sello se abre y un cuarto ser viviente hace la misma invitación (vr. 7): Recordemos        que es Cristo quien está abriendo los sellos y que esta invitación no es hacia Juan sino al jinete que      está por salir.

           B.      Juan ve salir un caballo amarillento con la muerte por jinete (vr. 8ª)
1.    “amarillento”: la palabra literalmente significa “verde pálido” o “amarillo verdoso” (Léxico de Friberg, Osborne). El color sin duda representa el color pálido de los muerto y de los enfermos moribundos.
2.    El jinete es la muerte y su compañero Hades: Hades era el dios del inframundo o mundo de los muertos para los griegos (la expresión “ir a la casa de Hades” significaba morir, Aune). Probablemente aquí se refiera a la tumba (Osborne). La imagen es una personificación de la poderosa muerte. Ok. Tenemos una secuencia de guerra, hambre y muerte. Lo que dice a continuación lo confirma.
           C.      El jinete recibe poder para matar a la 4ª parte de la gente (8b).
1.    La muerte “recibe poder” para matar: debemos entender aquí, de nuevo, que es Dios quien da este poder, el que concede este permiso. ¡Qué bueno saber que es Dios quien controla el poder de la muerte! También no perdamos de vista que estos males que afligen a los seres humanos, representados por los jinetes, son juicios que Dios autoriza sobre el mundo en rebeldía contra él. Dios lo permite y autoriza porque el mundo lo merece y es resultado de su mismo pecado.
2.    “La cuarta parte de la tierra”: esto significa la cuarta parte de los habitantes de la tierra. Un estudioso dice que hoy somos 1.5 billones (¿?) de habitantes así que este número en la actualidad equivaldría aún ¡más que todos los muertos de todas la guerras de los últimos 200 años! (Osborne). (Los juicios de las trompetas la 3ª parte y las copas toda)
3.    Los métodos que usará para matar resumen a los primeros tres sellos y agrega dos métodos más: espada resumen al espíritu de conquista y la guerra de los primeros dos sellos, el hambre resume el 3er sello. “Pestilencia” es la misma palabra “muerte”, pero aquí sin duda significa (por metonimia: sustituís una palabra con otra íntimamente relacionada) enfermedad mortal o pestilencia, plaga (Friberg, Mounce). Se agregan las fieras del campo que son utilizadas en Ezequiel 14:21 al lado de espada y hambre. En una tierra diezmada por la guerra y el hambre las bestias salvajes van proliferar (Mounce).

Aplicación: Los juicios que se presagian sobre la humanidad por medio de esta visión se consideraban señales de la ira divina, de una ruptura con los dioses. Estos juicios, que son parte de la historia humana, deben señalar al hombre su pecado, su enemistad contra Dios y la necesidad de una reconciliación con él. Notros también hermanos, cuando vemos la muerte galopando en nuestras calles, debemos pensar y considerar seriamente la ira de Dios sobre nuestros pueblos. El pecado de nuestro pueblo, nuestros dirigentes con su lujuria por el poder político y económico. El mercado avariento, los precios y salarios injustos, la corrupción, todo lo cual trae problemas sociales agudos que terminan en un circulo de muerte, hambre, pobreza y violencia. Pero también debemos considerar nuestro pecado personal: nuestra avaricia personal, nuestra indiferencia a la gente más pobre, nuestro espíritu de guerra y conquista, nuestro gusto por el poder y el dominio. Nuestra falta de solidaridad. Como creyentes vivimos en un mundo así que sin duda se agravará, pero nosotros tenemos el deber de manifestar otro espíritu, el espíritu y carácter de Cristo: el amor, la justicia, la humildad, la paz. ¿Cuál caballo de estos es el que más nos ha gustado montar? ¿El deseo por el poder, la violencia, la avaricia mercadológica, el odio y la muerte? ¿Debemos renunciar a alguno de estos en nuestra vida?

Terminemos diciendo que:

I/C: Nuestro mundo será uno de guerra, hambre y muerte, pero los creyentes reflejaremos la paz, el amor y respeto por la vida que Jesús nos enseñó.


Conclusión

                Los primeros 4 sellos nos dan una radiografía de nuestra historia. La humanidad seguirá en una espiral de decadencia y rebeldía contra Dios. Entre tanto la iglesia deberá ser símbolo y señal de otro reino, el reino que ha venido a nosotros y nos ha conquistado, el reino de Dios. Se nos invita a practicar los valores de este reino. Apocalípsis nos mostrará que es este reino el que al final terminará triunfador sobre los reinos del mundo. Al final Jesucristo regresará y traerá su justicia y paz, pero mientras sucede, sus discípulos seremos, con nuestra ética, con nuestro testimonio, con nuestra acción, y con nuestra denuncia agentes, símbolo y señal de este reino.



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