Las trompetas I: Oración y juicio Apocalipsis 8:1-12



Introducción

               La oración ha sido siempre una parte central en la espiritualidad cristiana. Los cristianos sabemos que debemos orar, y lo hacemos, está muy presente parece en nuestras vidas. Decimos que debemos orar al iniciar el día, antes de la comida, cuando salimos o viajamos, al acostarnos, en el servicio de oración de la iglesia y en todos los cultos, en los días de ayuno y oración. Todo esto lo sabemos y lo practicamos unos más, otros menos, tristemente quizá los menos son muchos más. Oramos por todo, por las necesidades, salud sobre todo y trabajo, por no decir dinero (lo cual refleja quizá lo enferma y pobre que es nuestra sociedad). Como buenos cristianos oramos por la iglesia y sus necesidades, sus planes, sus líderes, sus problemas, por las misiones y por nuestro país que tanto necesita. Pero esta mañana quisiera que descubriéramos que nuestra oración oración  tiene alcances mucho mayores de los que hemos imaginado. Abran sus Biblias en Apocalipsis capítulo 8, y descubramos de qué se trata.

I.     La oración de los creyentes juega gran importancia en el avance del programa cósmico de Dios (vrs. 1-5).
A.   A la apertura del séptimo (y último) sello se produce un silencio en el cielo (vr. 1)
1)   “…el Cordero abrió el 7º sello” (1ª): debemos recordar que es el Cordero inmolado, nuestro Señor, quien está desatando los sellos. Estos sellos no permiten la apertura del libro que contiene el desenlace final del plan divino. Así que con la apertura del último sello se nos dice que el final se acerca aún más. Así que el contenido del libro es probable que sea lo que se encuentra desde 8:2 hasta el fin de apocalípsis (Aune). También hay que recordar que los sellos han introducido primeramente una descripción del mundo hostil a Dios con las consecuencias de sus acciones (sellos 1-4), también se ha visto a los santos mártires que claman por su vindicación (sello 5), finalmente el sexto sello condujo al juicio final representado como un terremoto cósmico. Luego hemos tenido un paréntesis donde se nos ha mostrado a los redimidos, tanto en la tierra como en el cielo (cap. 7). Ahora veremos lo que sucede cuando se abra el séptimo y último sello.
2)   “hubo silencio en el cielo” (1b):  sorprende el tema del silencio al llegar el séptimo y último sello, porque lo que esperaríamos después de lo visto sería una catástrofe final! (Keener, CBANVI). El “silencio” puede tener muchas explicaciones (ver Keener, CCCB, 772). Más probablemente puede ser una especie de “pausa dramática, que hace que los juicios que van a caer sobre la tierra sean aún más impresionantes” (Mounce, 245). Un silencio que produce temor, maravilla y anticipación (Fee) Pero también, el contexto de oración, sugiere que se trata del silencio que se hacía en ciertos momentos del culto (Hab. 2:20) y hay evidencias de que en el templo de Jerusalén el incienso se ofrecía en silencio (con los sacerdotes y el pueblo orando en silencio mientras se quemaba) y en el mundo griego el silencio precedía a la oración (Aune, Stam). Así que silencio, sin duda tiene que ver con la presentación de las oraciones, ¡hasta el cielo calla cuando los santos oran! (Stam, Osborne).
B.   Se les dan trompetas a los siete ángeles (vr. 2)
1)   “Los siete ángeles”: estos parecen ser ángeles bien conocidos entre las huestes celestiales, pues se habla de “los siete”, con artículo definido (Fee). En el judaísmo tardío eran bien conocidos los “siete arcángeles” y aún son nombrados en 1 Enoc 20. Ellos se encargan de presentar las oraciones delante del trono, según Tob. 12:15 (Osborne).
2)   “se les dieron 7 trompetas”: se introduce aquí la siguiente serie de sietes, ahora son 7 trompetas en lugar de sellos. Se debe observar que las siete trompetas, en realidad son el contenido del 7º sello. En el AT los anuncios de juicio fueron acompañados por toques de trompetas (Ez. 33:1-5; Zo. 1:14-16). Como he explicado anteriormente, estas series de 7s. debemos verlos como símbolos del juicio que Dios trae sobre la humanidad en rebeldía contra él. Es decir, en el tiempo real no irán unos a continuación de los otros. Más bien representan diferentes facetas del mismo juicio. Lo que sí es notable, es que, con cada serie de 7s. los juicios se van intensificando y variando en algunos aspectos. Por ejemplo, si los juicios de los sellos eran el resultado o consecuencia directa del pecado del hombre, los juicios de las trompetas serán el resultado de la acción directa de Dios (Morris, Mounce). Alguien ha dicho que este nuevo ciclo de juicios “no es una continuación cronológica del primero, sino su re-expresión en un nivel más intenso” (Boring, citado por Mounce, 252).  Ahora, cuando esperamos que los ángeles comiencen a sonar las trompetas, tenemos algo inesperado: otro ángel desarrollando una tarea sacerdotal.
C.   Otro ángel ofrece las oraciones de los santos y lanza brasas sobre la tierra (vrs. 3-5)
1)   En el templo los sacerdotes tomaban brasas del altar del sacrificio y las llevaban al altar del incienso. Aquí parece que sólo se considera este último (Mounce). Así que este ángel cumplir una función sacerdotal (Keener, CCCNT).
2)   “Se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones” (3b). Lo que debemos entender aquí, es que las oraciones son presentadas como incienso (Keener, ibid, Mounce y Bruce: añadirlo, es decir las oraciones de…, el humo… que son las oraciones… en vr. 4. En 5:8, el incienso son las oraciones (Osborne opta por leer que el incienso acompaña a las oraciones). Como sea, esto habla de lo agradable que son las oraciones para Dios, ¡son como un rico aroma!
3)   “Sobre el altar de oro”: es decir, las oraciones son entendidas como una ofrenda, un sacrificio para Dios. El material del que están hechos, tanto el incensario como el altar donde se ofrece (oro), como el hecho de que esté (el altar) “delante del trono” son maneras de enfatizar la importancia y valor de las oraciones de los santos (Morris, Stam).
4)   “subió a la presencia de Dios…”: una imagen muy gráfica de cómo las oraciones llegan a la presencia de Dios como un grato aroma.
5)   “Los santos”, aquí como en el vr. anterior debe referirse a la gran multitud de 7:9 y, dentro de esta, se debe incluir a los mártires que claman por vindicación en 6:9-11 (Osborne). ¡En otras palabras, son las oraciones de la iglesia! ¿Pero qué oran los santos? ¿Cuál es el contenido de sus oraciones? En el vr. 5 tenemos la respuesta en la acción del ángel.
6)   “… lo lleno del fuego del altar y lo arrojó a la tierra…”: el giro es chocante, porque cambia de la aromática subida de las oraciones de los santos hasta el trono de Dios a, el violento lanzamiento de fuego tomado del mismo altar donde se han ofrecido las oraciones. Debemos asumir que esta inesperada acción no es otra cosa que la respuesta misma a la oración (Osborne, Stam, Mounce, Morris, Ladd y todos) y es un “violento retrato de un  acto de juicio” (Osborne). Entonces, las oraciones de los santos mártires de 6:9-11 son finalmente respondidas (Keener, Ibid). Debería sorprendernos profundamente saber lo que estos versículos nos están diciendo: que las oraciones del pueblo de Dios juegan una parte necesaria en el derramamiento de los juicios de Dios (Morris, Mounce). Los truenos, voces, relámpagos y el terremoto que siguen es una señal de que Dios está por responder las oraciones de su pueblo (Mounce), son señales premonitorias de que los juicios de Dios están a punto de caer (Ladd).
7)   “y los ángeles… se dispusieron a tocarlas (las trompetas)” (vr. 7): debemos entender que es en respuesta a las “oraciones de los santos” (vrs. 3-4) es que los 7 ángeles se preparan para sonar las trompetas que traen los juicios de Dios” (Ladd). ¡Sabía hermano que, nuestras oraciones sumadas a las de otros creyentes, ponen en movimiento los juicios de Dios! (Osborne).

Aplicaciones: 1) El silencio celestial ante las oraciones de los creyentes nos habla de la reverencia con que nuestras oraciones son recibidas delante de Dios. Por consiguiente, es indicativo de lo importantes que son para Dios. La figura del incienso que representa o acompaña a las oraciones de los santos nos habla de lo deleitosa que son para Dios nuestras oraciones. El oro del incensario y del altar donde se ofrecen nuestras oraciones nos indican el valor que estas tienen. ¿Cómo es entonces que nosotros valoramos tan poco a veces en nuestra vida la oración? ¿Por qué la practicamos tan poco si son tan valiosas para Dios? 2) Al ser ofrecidas en un altar, las oraciones son vistas por Dios como ofrendas o sacrificios que damos a él y ¡cómo le agrada recibirlos! ¡Qué ingratos somos cuando privamos a Dios de algo que le produce tanto deleite! 3) Sobre todo es sorprendente saber que nuestras oraciones tienen gran influencia en el avance de los juicios y planes de Dios sobre el mundo pecador! Quizá estamos tan complacidos con un mundo de maldad y pecado que olvidamos que una de nuestras oraciones debe ser que Dios venga con juicio sobre este mundo rebelde. Pero nosotros preferimos pedir a Dios misericordia por este mundo pecador, quizá porque lo queremos disfrutar, porque nos empalaga y olvidamos que este mundo pasará y que no se compara con el nuevo mundo, la nueva tierra y el nuevo cielo que Jesús traerá. Más bien una de nuestras oraciones, como lo enseñó el Señor debe ser ¡Venga tu reino Señor! Beasley- Murray dijo: parece  que “Dios ha querido que las oraciones de su pueblo formen parte del proceso por el que su reino se hace presente”. Por su parte Eugene Peterson observa: “mientras en el siglo I rugían los conflictos entre el bien y el mal, por todo el imperio romano ascendían las oraciones de devotos grupos de cristianos. Se puso en marcha una enorme maquinaria de persecución y burla. No tenían ni armas, ni votos. Tenían poco dinero y ningún prestigio” …  “Sin embargo”, dice Keener, “si tenían la oración; ¡una oración que tenía el poder de moldear el curso de la historia humana!”. ¿Hemos nosotros entendido y creído lo transcendental que es la oración de la iglesia en los destinos del mundo y el caminar de las historias de nuestros pueblos? ¿Qué papel juegan nuestras oraciones en la historia de nuestro país? El mundo nos dice, no oren, actúen. La Biblia nos dice, oren y actúen con oración.


… Ahora, luego de este silencio, que da lugar a la oración de los santos y presagia el avance de los planes divinos, veremos en 2º lugar que los toques de trompetas mostrarán que …


II.   Los juicios divinos aumentarán, pero el hombre aún tiene oportunidad (vrs. 7-12).

… Como he dicho, las trompetas nos van a mostrar una intensificación de los juicios de Dios sobre este mundo hostil a él. Así que aquí vamos a notar un avance en la fuerza de estos juicios. Vamos a ver que estos juicios traídos por las trompetas son comparables con varias de las plagas que Dios mandó contra Egipto y Faraón en Éxodo. De manera que “si la Iglesia es el nuevo Israel (1:6) y su redención una especia de nuevo éxodo (15:2-3) y si Roma es en lenguaje figurado Egipto, es lógico que antes de la liberación haya plagas (como en Éxodo). Es decir, los desastres presentes no son sino un prefacio (introducción) al gran rescate que Dios llevará a cabo” (Foulkes).

A.   El primer toque de trompeta desata una tormenta que destruye parte de los árboles y la hierba (vr. 7). Esta plaga se compara con la 7ª plaga de Egipto (la del granizo, en Ex. 9:13-35, Osborne).
1)       “hubo granizo y fuego mezclados con sangre” (7ª):  El granizo es un motivo de juicio en el AT. (Jos. 10:11; Job 38:22-23 y varios Salmos). Esta idea inicia, claro está, en el éxodo. Pero la plaga en Egipto fue únicamente de granizo, en esta se mezcla el granizo ¡con fuego y con sangre!... una idea algo grotesca y difícil de visualizar en la mente (Stam). El “fuego” también se menciona como acompañante de la plaga de granizo en Éxodo 9:23 y, al igual que en Apocalípsis, afectan los mismos tres elementos: tierra, árboles y hierba (Stam). Probablemente, en Éxodo, el “fuego” haga alusión a los relámpagos (Stam). Lo que tenemos entonces, es la descripción de una gran tormenta eléctrica (Fee). En Joel 2:30-31 se menciona “sangre” en combinación con fuego, cuando se anuncia la llegada del gran día del Juicio de Jehová sobre el mundo. En conjunto podemos decir que estos tres elementos combinados o no, eran símbolos de juicio en el AT y en la antigüedad en general (Osborne, Aune). Esta escena visionaria, podría materializarse (para algunos estudiosos) en las tormentas de polvo rojizo del Sahara en algunas regiones del Mediterraneo o en las conocidas erupciones volcánicas de las islas del mar Egeo en el 1er siglo, las cuales ponían rojo el cielo (Osborne). Así que los lectores podrían tener en mente esas imágenes. Pero, ¿cuál es el efecto de este juicio?
2)       “Se quemó la tercera parte de la tierra, … de los árboles y toda la hierba verde” (7b. la RV60 no menciona la 3ª parte de la tierra, pero el Gr. sí). Hay que notar que la destrucción es parcial, sólo la tercera parte de la tierra y los árboles. Pero hay un aumento en la afectación con relación a los resultados del 4º sello donde se afecta sólo a la 4ª parte de la tierra. Esta plaga resulta en la destrucción de una parte importante de los recursos naturales necesarios para la vida. Significa la escases de frutos y alimentos básicos, como las aceitunas, los higos, las uvas y probablemente el vino. La destrucción de la hierba verde implicaría la muerte de ovejas, cabras y ganado en general, como el suministro de carne, leche y queso (Keener). Uno puede imaginarse el desastre que implicaría que se quemara la tercera parte de los grandes bosques del mundo, como el Amazonas, el Congo o Yellowstone (Osborne)
B.   El toque de la segunda trompeta  afecta la vida marítima biológica y comercial (vrs. 8-9).
1)       “Una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar” (8ª). Esta visión no parece tener paralelos en la Biblia. Pero, sin duda, es otro símbolo apocalíptico de juicio (Keener, CBANVI) Se piensa que los lectores de Juan habrían pensado en la reciente catástrofe ocurrida en el año 79 con la erupción del Vesubio en Italia, que destruyó Pompeya y Herculano (Aune, Fee, dice que la lava se precipitó considerablemente en el mar. Aunque Aune niega este hecho). Pero, como bien dice Ladd, lo que Juan vio no fue un volcán en erupción, sino una masa ardiente precipitarse en el mar, lo cual es difícil de concebir. Lo que debemos entender es que es una visitación divina donde el preciso agente no es lo importante (Morris).
2)       “…la 3ª parte del mar se convirtió en sangre” (8b):  Sin duda, el resultado de este juicio tiene su antecedente en la 1er plaga contra Egipto (Ex. 7:14-21) , cuando todo el Nilo es convertido en sangre, ¡pero aquí el efecto es aumentado exponencialmente a la 3ª parte del mar! Hay que notar que la destrucción, como en el caso anterior es aún parcial. Lo que estaría detrás de esta parcialidad es la oportunidad para el arrepentimiento de la gente.
3)       “Murió la tercera parte de los seres vivientes… en el mar y la 3ª parte de las naves fue destruida” (vr. 9): de nuevo, el juicio afecta sólo una 3ª parte. Si el Nilo era fundamental era la vida de los egipcios, las aguas del mar los eran para los contemporáneos de Juan y para los habitantes de la tierra en cualquier época. El imperio romano dependía grandemente del comercio marítimo y la pesca (Stam). La parcialidad del juicio, de nuevo, tiene el propósito de producir arrepentimiento. Si las naciones entendieran el mensaje y se volvieran de sus dioses terrenales al Dios viviente y verdadero, todavía habría tiempo para arrepentirse (Mounce, Osborne). 
C.   El toque de la 3er trompeta afecta la 3ª parte del agua potable, lo cual hace morir a muchos (vrs. 10-11)
1)   “…una estrella ardiendo… y cayó” (10ª): Si la 2ª trompeta afectó el agua del mar, la 3era. afecta el agua de los ríos. Ambos juicios se relacionan con el Éxodo, con la 1er plaga y con el milagro de Mara (Ex. 15:23-25), pero revertido, esta última (Stam). Lo que Juan observa parece ser algo como un meteorito incandescente que cae (Mounce, Osborne). Las estrellas fugaces eran presagios de juicios divinos, y obviamente no se trata de un hecho literal (Aune). Más bien, igual que con el caso de la tormenta de granizo y la montaña ardiente (1ª y 2ª plaga), esta es un símbolo de la visitación de Dios que se mueve en juicio (Mounce), en este caso afectando las aguas dulces.
2)   “sobre la tercera parte de los ríos y sobre las fuentes de las aguas” (10b): estamos frente a la afectación del agua bebible. Estas eran consideradas como fuente de vida, que ahora se convierten en aguas de muerte (Osboren). Esto sería reconocido como un terrible juicio de Dios por los antiguos (Keener, CBANVI).
3)   “Ajenjo”: era una planta, que si bien no venenosa, era conocida por su amargura (Mounce).
4)   “la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo” (11ª): de nuevo se acentúa la idea de que el juicio es parcial. Hay oportunidad para arrepentirse. Es probable que con estos elementos se apunte a los espíritus sobrenaturales que la gente vinculaba a los ríos y manantiales (Mounce). Lo que tenemos es una escena de aguas contaminadas o envenenadas.  Otro recurso natural vital para la subsistencia humana. En el AT, aguas venenosas siempre eran relacionadas con el juicio de Dios por el pecado y la rebelión (Osborne).
5)   “muchos hombres murieron”: el resultado de injerir aguas contaminadas fue la muerte.
D.   El toque de la 4ª trompeta produce un daño sobre las lumbreras (vr. 12). Este juicio es comparable con la 9ª plaga de Egipto, cuando la tierra fue envuelta en tinieblas (Ladd).
1)    “la tercera parte”: de nuevo el juicio no es completo, pues afecta sólo una tercera parte de la luz de los cuerpos celestes.
2)    En el AT, la profecía sobre el juicio final de sobre el mundo impenitente Dios (que se le lama el día del Señor en varios pasajes) se describe como un día de oscuridad (Mounce: Amos 5:18; Joel 2:2; Is. 13:9-10, citado por Jesús en Mr. 13:24). Así que tinieblas y eclipses frecuentemente retratan los juicios escatológicos en la Biblia, pero también caracterizan el mundo del mal (Job 12:22; Jn. 3:18-21, Osborne). Por supuesto, no se nos explica una causa natural de las tinieblas, se trata de la acción directa de Dios sobre las lumbreras.
3)    Tanto en el AT, como en la literatura apocalíptica judía, en Qumran y luego en el NT las tinieblas son presentadas como personificación del mal y como juicio (Osborne). Seguramente, las tinieblas anticipan la transición de las advertencias de Dios a los tormentos que directamente infligen los demonios (Mounce).
4)    Hasta aquí, hemos visto que los juicios de los sellos son el resultado del pecado humano, y estos primeros 4 juicios de las trompetas ya involucran la mano directa de Dios, sobre los recursos naturales que permiten la vida (1ª: tierra, árboles y hierba verde; 2ª: mar, lo que vive en el mar, barcos; 3ª: ríos, manantiales, aguas; 4ª: sol, luna, estrellas, luz). Pero no hemos visto la acción demoníaca contra la gente misma. ¡Eso es lo que falta!

Aplicaciones: 1) Estas primeras 4 trompetas que se remontan a las plagas del Éxodo, nos recuerdan que las obras de Dios en el pasado son nuestra más firme certeza para el futuro. Si Dios juzgo al mundo antiguo por medio de la naturaleza (en Egipto), sin duda lo hará de nuevo. Ya para nosotros es un hecho que la predicción que Apocaipsis hace sobre la caída del imperio romano que oprimió a la iglesia en sus primeros siglos fue cumplida, así que, sin lugar a duda, Dios lo hará de nuevo con los poderes que hoy tratan de aplastar a su pueblo (Keener). ¡Cristo triunfará al final hermano! No claudiquemos ante tanta maldad y oposición. 2) Aunque esperemos que estos juicios contra los recursos naturales serán intensificados en los días finales, es evidente que ya podemos notar cuán frágil es la naturaleza: grandes fenómenos atmosféricos que destruyen los cultivos, tala de árboles indiscriminada, escases de agua por falta de lluvia y la contaminación de los ríos (El Salvador es un gran ejemplo). Todo esto debe recordarnos que los juicios de Dios pretenden llamar nuestra atención hacia él. Dios es soberano sobre su creación y juzga el pecado humano afectando la creación misma que le permite la vida. ¡El Dios nuestro, mis amados, es un Dios que no se queda pasivo ante la maldad humana! Esto debería recordarnos lo peligroso que es jugar con él como si fuera un diosito creado, un simple ídolo. 3) Los cuatro juicios en conjunto, nos advierten que aquellos que viven sólo para este mundo, aquellos que centran su vida en el mundo material y natural dejando a Dios de lado, escogen muy insensatamente, muy tontamente. Estas cosas no son seguras, pertenecen a Dios y son controladas por él. Sólo en Dios está la vida verdadera, las cosas terrenales se vuelven contra nosotros y no queremos depender de ellas.

I/C: La oración del pueblo de Dios avanza su plan que incluye juicio del que se puede escapar si se atiende a su advertencia.

Conclusión

               Apocalípsis es un libro que nos va mostrando que el Dios de la Biblia es el Dios de la historia. Nuestro Dios tiene pleno control de lo que sucede. Pero Dios permite a sus santos tener parte en ese avance cósmico de su plan. Nuestras sencillas oraciones son escuchadas clara y deleitosamente delante de su trono y presencia, especialmente cuando clamamos que él traiga su reino a un mundo de caos y confusión. Que venga su reino contra tanta burla y ataques contra su Cristo y su pueblo. El mundo será rebelde contra Dios, pero en medio de este hay un pueblo que le ama y le sirve, que le cree y le espera, que sabe que él ganará y juzgará toda la hostilidad de la raza humana. Este pueblo disfruta del mundo natural que este Dios ha creado, pero no lo endiosa y adora porque sabe que es al creador al que se ama y adora, no al mar, no los ríos, no las plantas ni a los animales, no los hermosos astros, no, a su creador. Eso atacaba el vidente Juan en el primer siglo, pero todo esto será juzgado, les dijo. Mis hermanos, centremos nuestra esperanza, la alegría y meta de nuestras vidas en el Señor nuestro Dios, en Jesús. Es en él que nuestra vida tiene la total seguridad. A él sea toda gloria y loor!!





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