Dios no admite competencia (Ezequiel 8)
Introducción:
Una de las más sonadas noticias en nuestro querido El
Salvador en los últimos días es la aclamada y vitoreada "beatificación" de Monseñor
Romero. Pero la pregunta es si los salvadoreños entienden lo que eso significa:
"beatificar". Bueno, basta con ir al diccionario de la Real Academia
Española para tener una idea clara de lo que se está hablando:
"Beatificar: Declarar que un difunto, cuyas virtudes han sido
previamente certificadas, puede ser honrado con culto". La expresión que más popularmente se usa es
"llevar a los altares". Al entender de lo que se trata esta próxima
beatificación de Romero, los que creyentes evangélicos que tenemos la Biblia
como única norme de fe y conducta, lejos de celebrar o alegrarnos deberíamos
hacer luto, llorar y porqué no rasgar nuestras vestiduras, puesto que con lo ya
hundido que esta nuestro país con tanta idolatría y problemas sociales
profundos, ¿¡qué necesidad tenemos de que a nuestra ya tergiversada
espiritualidad y religiosidad se le agregue lo que para mí es "un velo más
de oscuridad que separa al salvadoreño de conocer de manera personal y real al
Dios de la Bibia¡?
Por eso quisiera
que este día recordáramos que Dios no admite ninguna competencia, cuando se
trata de honrar o reconocer a alguien con la dignidad de recibir adoración.
En el tiempo de
Ezequiel, los que habían quedado en la tierra, sin ir al exilio en Babilonia,
aún no aprendían la lección a pesar de ver el juicio de Dios sobre ellos. Ellos
continuaban poniendo competencia a Dios. Vamos al capítulo 8 de Ezequiel y veamos
en primer lugar que…
I. Poner competencia a Dios es provocarlo a
celos lo cual él no admite (vrs. 1-6)
Ø La imagen del celo: no se sabe con certeza en
qué consistía esta imagen. Pero por el término usado para "imagen",
es muy probable que se trate de la misma imagen de Asera, un dios cananeo que
Manases había colocado en el templo (2 Re. 21:17) y que Josías posteriormente
había quitado (2 Re. 23:6).
Ø Es incongruente que esté lado a lado la imagen
del celo con la gloria de Dios (3 y 4)
Ø El 2º mandamiento dice que cualquier imagen que
fuera objeto de culto provocaría los celos de Yahweh
Ø Dios no admite competencia en su santuario, él
prefiere apartarse (vr. 6)
Ø Ahora el templo es nuestro cuerpo, nosotros mismos
(1 Cor. 6:19)
Ø La imagen del celo sería influencia del culto
cananeo
II. Poner competencia a Dios es haber equivocado
el concepto de Dios (vrs. 7-13)
Ø Se trata de grabados en relieve de figuras de
animales, lo cual probablemente esté relacionado con las prácticas mortuorias
egipcias. Ellos usaban este tipo de ritos con figuras de animales para espantar
diversas criaturas de las tumbas de sus antepasados. El incienso era parte de
esos ritos.
Ø 70 varones de los ancianos: eran los líderes del
pueblo, indica que mucho líderes estaban involucrados (11)
Ø Jaazanías: su padre Zafán fue el alto
funcionario que participó en la reforma de Josías (2 R. 22:3-14). Sus hermanos
Ahicam (Jr. 26:24), Gemarías (Jr. 36:11-16, 25) y probablemente también Elasa
(Jr. 29:3) apoyaban a Jeremías.
Ø Pero aún en esta familia piadosa uno de los
hijos participaba en la idolatría.
Ø Era una adoración secreta: en las cámaras de los
ancianos en el templo de Yahweh.
Ø Ellos lo hacían porque su concepto de Dios se
había erosionado: ellos creían:
Ø Que Yahweh no les castigaría porque ni les
veía!!!!!
Ø Que él era un Dios distante, poco involucrado en
dar bendiciones o maldiciones a su pueblo.
Ø Buscaban entonces, dioses más prestos a
responder a ellos favorablemente.
III. Poner competencia a Dios es pensar que él
no es capaz (vrs. 14-15)
Ø Tamuz: era un semi-dios sumerio (de Mesopotamia)
de la fertilidad. Según su mito, este había muerto y descendido al mundo de los
difuntos. Aparentemente se le lloraba para buscar su resurrección y, como
consecuencia la fertilidad. Este rito mesopotámico imploraba a los dioses que
restauraran a Tamuz y la fertilidad de la tierra. Incluía una serie de
lamentos. Las mujeres lloraban a gritos y derramaban lágrimas.
Ø Es probable que se había adoptado a este dios de
la fertilidad como un sustituto para Yahwhe, o que estaban usando la liturgia
del lamento por Tamuz para llorar a Yahweh como un dios de la fertilidad que
muere y resucita. Esto agrega una herejía mesopotámica a las herejías de estilo
cananeo y egipcio de las escenas anteriores.
IV. Poner competencia a Dios es ponerlo al nivel
de otros dioses/poderes (vr. 16-17)
Ø Ya que están entre la entrada y el altar (en el
atrio interior), deben ser sacerdotes estos adoradores del sol.
Ø Según Joel 2:17, en este lugar deben estar
clamando para que Dios perdone a su pueblo, pero ellos están aquí adorando al
sol!!!
Ø Tanto Canaan, como Egipto y Mesopotamia tenían
sus respectivos dioses solares (Amón Ra, Semes y Samás).
Ø Es probable que se trata de una adoración
sincrética de Yahweh como un "dios sol"
Ø "Poner el ramo en sus narices" (vr.
17b): probablemente fue un dicho popular que indicaba que sus acciones fueron
un insulto a Dios (NAC). Según NIV AC, en general debe ser entendido ya sea
como algún tipo de un gesto o acción insultante o como un acto final de
desafiente idolatría.
V. La respuesta de Dios a la competencia es su
ira y su silencio (vr.18)
Ø Llega el momento cuando la ira de Dios es
inevitable. Para Israel esta advertencia resultó en la caída y saqueo de
Jerusalén por Nabucodonos en el año 586 a. C.
Ø Cuando llegara este momento de ira, ningún
clamor sería tomado en cuenta por Dios. La paciencia de Dios, después de tantos
llamados al arrepentimiento, llega a su límite y la disciplina divina es
inevitable.
Conclusión:
La reacción de verdaderos hombres de Dios como Pablo y
Bernabé cuando quisieron "llevarlos a los altares" está en Hechos
14:12-15 Su reacción es de rotundo
rechazo y dolor. La reacción de los ángeles de Dios cuando se les trató de
llevar a los altares fue igual en Apocalipsis 19:10 y 22:8 y 9. No permitamos
que una religiosidad errada por siglos, pero aceptada en la conciencia de
muchos compatriotas nos arrastre a nosotros a ponerle competencia al Dios de la
Biblia. Por otro lado, no idolatremos a los líderes y hombres de Dios que viven
hoy por hoy, sin importar la fama o grandeza ministerial que puedan haber
alcanzado. Porque, son hombres, simplemente hombres pecadores que pueden fallar
rotundamente si abandonan su búsqueda personal de Dios. La idolatría todavía es
una abominación a Dios, y 1a Timoteo 2:5 todavía es una verdad para hoy: “Porque hay un solo Dios, y
un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. Adoremos y sirvamos con exclusiva y sin igual
devoción al único digno de toda nuestra devoción y servicio: nuestro gran
Salvador y Señor Jesucristo. Amén.
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