La protección de los santos. Apocalipsis 7



Introducción

Hemos venido mostrando cómo Apocalipsis poco a poco va desplegando ante nosotros el Gran Plan que Dios, como soberano absoluto de su creación y de la historia de esta, ejecuta a través de los tiempos. En el capítulo seis se nos ha mostrado la apertura progresiva de lo que podemos llamar “los sellos de juicio”. Recordemos que los sellos tienen la función de impedir el acceso al contenido del Libro del plan de Dios, que (recordemos) está en las manos del Cordero inmolado (5:7). Hemos mostrado que la apertura de los sellos implica diferentes juicios que Dios permite sobre la humanidad a través de la historia. Y hemos dicho que estos juicios, específicamente los descritos en los primeros 4 sellos, son en un sentido “preliminares”, son previos a los eventos finales que conducirán al fin de la historia actual. Es con el sexto sello que se describe el desenlace final, el juicio final (¿recuerdan el “gran terremoto” en 6:12-17?). Durante estos juicios, muchos creyentes han sufrido incluso el martirio por causa de su fe (5º sello, 6:9-11). A ellos se les ha dicho que deben esperar su reivindicación hasta que el número de ellos sea completado (6:11). La pregunta que debe surgir en nuestra cabeza podría ser: ¿y qué pasa con los creyentes que no son martirizados en este tiempo final de tribulación? ¿Podríamos estar ud. y yo entre ellos (¡ojalá!)? ¿Podemos afirmar en base a este libro que la iglesia estará en la tierra cuando estas cosas sucedan? La pista que debemos seguir, sugiero, está al final del capítulo 6, cuando el mundo hostil al evangelio, abrumado por la llegada del gran día de la ira de Dios pregunta: “¿…y quién podrá sostenerse en pie en este nefasto día?” Voy a sugerir, con muchos intérpretes (Ladd, Osborne, Aune, Keener, Stam, Mounce), que el capítulo siete nos da la respuesta a esa pregunta.  Debemos notar que el capítulo siete es una especie de interludio (un paréntesis, una pausa asombrosa de ánimo), ya que aún falta el último sello por abrir (el séptimo). Entre tanta catástrofe, se nos ofrece una “mirada adelantada” de lo que sucede a los creyentes, ya sea que estos estén sobre la tierra o en la misma presencia de Dios.

… Entonces, podemos decir que el capítulo siete nos enseña en primer lugar que…

I.     Dios protegerá al creyente durante los juicios que derramará sobre la tierra (vrs. 1-7).

A.   Las fuerzas destructivas de juicio son detenidas hasta que “los siervos de Dios” son sellados (vrs. 1-3).
1)   “Después de esto”: no debemos pensar que lo que Juan ve es cronológicamente posterior al “fin de la era” o el “juicio final”, que se nos ha narrado en el capítulo anterior (el sexto sello en 6:12-17). Más bien es la siguiente visión (notemos “vi”), que se le presenta a Juan (Keener, Mounce, Foulkes). “Si 6:12-17 representa el fin de la era, 7:1-8 debe preceder cronológicamente a este evento (vr. 3), quizá concurrente con el todo de 6:1-11” (Keener). O más bien, quizá concurrente con el sexto sello, los eventos que anuncian el juicio final.
2)   “Cuatro ángeles sobre los cuatro ángulos…”: es una manera de decir que estos 4 ángeles están sobre la totalidad de la tierra. Nada está más allá de su control. No significa que se pensara de la tierra literalmente como un rectángulo o cuadrado (Morris, Stam). No se debe perder de vista que en Apocalípsis y en la Biblia, los ángeles son agentes de Dios (Kistemaker).
3)   “Detenían los 4 vientos de la tierra…”: la función de estos ángeles es detener los vientos que afectan la tierra, y, como parte de esta, el mar y los árboles.  Pero, ¿qué significa esta retención de los vientos? ¿Por qué son detenidos? ¿Qué representan? El viento podía tener efectos positivos o negativos (Keener). Pero el hecho de estar deteniéndolos, presagia algo negativo.
4)   “Vi otro ángel… que tenía el sello del Dios vivo” (vr. 2a): Juan ve otro ángel “que subía de donde sale el sol”, es decir del oriente.  Oriente parece ser la fuente de bendición en la Biblia, allí estuvo el Edén (Gn. 2:8) y de allí venía la gloria de Dios al templo (Ez. 43:2). El sello era la impresión que dejaba un anillo hecho para este fin. Un oficial que deseara delegar su autoridad para cierta tarea, permitiría a un representante usar su anillo para sellar (Keener). El sello se usaba para autenticar y proteger documentos (Mounce). Pero también un sello era una marca de pertenencia y como resultado implicaba la protección de la cosa sellada (Keener, Morris). Recordemos que Dios protegió a su pueblo de las plagas con que castigó a Egipto (Ex. 9:4; 11:7). El sello que trae este Ángel no es de un alto oficial, sino ¡el sello del Dios vivo”. ¡¿Qué se propone con semejante instrumento?!
5)   “Clamó a gran voz a los 4 ángeles”. Este quinto que viene con el sello del Dios viviente, viene con un mensaje para los primeros 4 ángeles. Ya sabemos que estos 4 están deteniendo los 4 vientos de la tierra, lo cual apunta a “vientos destructivos”. Ahora se nos confirma, porque se agrega que estos 4 ángeles son aquellos a los que “se les había dado el poder de dañar a la tierra y al mar”. “Se les había dado el poder” (lit. “se les dio el dañar…” aor. pas. BLA), da a entender que es Dios quien les ha dado esa facultad (Aune: pasivo divino). En Zacarías 6:5 se habla de 4 carros tirados por caballos de diferentes colores y se relacionan con “los cuatro vientos del cielo”. De manera que es posible que estos cuatro ángeles son idénticos a los jinetes de los 1ros cuatro sellos, lo cual implica los juicios que trajeron los Jinetes del capítulo 6 corresponden cronológicamente a los juicios o vientos destructivos que estos cuatro ángeles están deteniendo (Morris, Mounce lo pone en duda). ¿Qué les tiene que decir este otro ángel?
6)   “No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles” (3ª): es una prohibición para no desatar aún su poder destructivo. La expresión (aoristo con negación) prohíbe una acción que aún no ha comenzado (Hanna, Ayuda Gramatical).  Pero esta prohibición tiene un límite.
7)   “Hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios” (3b): Entonces, los vientos destructivos, o juicios que vienen sobre la tierra, son detenidos hasta que estos, a quienes se les llama “los siervos de nuestro Dios” sean sellados. Debemos entender que el sello, implica la marca de propiedad y protección divina sobre los siervos de Dios” (Aune, Foulkes). Es bastante seguro que esta figura de los vientos y de personas siendo protegidas viene de Ezequiel 9:4-6, donde el juicio no comenzará hasta que fueran marcadas las frentes de los justos (Keener, Stam). La pregunta lógica es ¿quiénes son los aquí llamados “siervos de nuestro Dios” que serán sellados? Tenemos varias pistas:
a)    En 3:10, es a fieles creyentes de la iglesia de Filadelfia (sin duda mayoritariamente gentiles) a los que se les promete protección divina cuando llegue el tiempo de juicio sobre el mundo entero.
b)   En 9:4, el sello protege a los que lo llevan, de la plaga de langostas que viene con la 5ª trompeta (Ladd). No hay indicios de que sean judíos o gentiles, simplemente los sellados.
c)    El término “siervos” (gr. doulos) mayormente en Apocalipsis hace referencia o representan a todos los creyentes (1:1; 2:20; 6:11; 10:7; 11:18; 19:2, 5, 10; 22:3, 6, 9, con Keener y Stam). Nunca el término se refiere a los judíos (Stam).

      [Así que los receptores del sello de protección de Dios más probablemente son los creyentes que enfrentan los poderes destructores que Dios trae como juicio sobre el mundo hostil y rebelde. Pero a continuación se sigue hablando de estos sellados como si se refiriera al Israel étnico]

B.   Los siervos de Dios sellados son censados en términos del Israel étnico (vrs. 4-8).

En los versículos 4-8 se nos dice que Juan oye el número exacto de los sellados: 144,000. También se nos dice que estos son tomados de “todas las tribus de los hijos de Israel”.  Esto ha hecho luchar a muchos respecto a la identidad de los 144,000 sellados, porque tras una lectura simple esta descripción apuntaría a judíos convertidos en el período final de tribulación. Y esto apoyaría la idea de que la iglesia ya no está en la tierra porque ha sido ya sacada de la tierra mediante el rapto. El problema es que en el libro de Apocalipsis no hay indicios de que la iglesia sea raptada de la tierra para no sufrir la tribulación. Más bien se la alaba por padecer con valentía la tribulación. De manera que es más seguro que esta manera de referirse a todos los sellados como miembros de las tribus de Israel, es una forma de hablar de la iglesia como el verdadero y actual pueblo de Dios. La forma de llamarlos desde las 12 tribus, como cuando se censaba al pueblo para reunir al ejército para las batallas, indicaría que se presenta a la iglesia como el ejército de Dios, que debe pelear contra las fuerzas que se oponen a Él (Osborne). A parte de las razones que adelanté arriba hay otras evidencias que apoyan esta postura:

1.      En Apocalipsis, casi con la única excepción de los precios del trigo y la cebada en 6:6, todos los números son simbólicos. Aquí, 12 señala al pueblo de Dios (las doce tribus); al cuadrado (12x12), implica muy completo; multiplicado por mil (144x1000= 144,000), significa inmenso, totalmente completo. 10 y 1000 (mil es 10 al cubo) en el hebreo incluye la idea de “muchísimos” o “gran multitud” y lo completo (Stam, Morris, Osborne), el ideal, la perfección (Kistemaker). Agreguemos que los números 12,000 y 144 son mencionados en 21:16-17 como las medidas de la Nueva Jerusalén, la ciudad de la comunidad redimida, por lo tanto, los 144,000 representarían a todos los destinados a la Nueva Jerusalén (Keener).
2.      El sello es para protección, no para salvación, es decir, no se puede referir al remanente salvado de Israel en la gran tribulación (Ladd).
3.      La lista de las tribus es bastante irregular como para referirse al Israel Étnico. No coincide con ninguna de las listas conocidas en la Biblia, ni siquiera con la de Ez. 48, que se refiere a la salvación futura de Israel escatológico (Ladd). En esta misma línea, “los 144,000 no encajan con la descripción del Israel literal. Ya en el tiempo de Juan, la mayoría de las tribus estaban dispersas (Keener).
4.      El sello en la frente los conecta con todos los creyentes (3:12; 22:4) y los diferencia de todos los seguidores de la bestia (13:16-17; 14:9, 11; 16:2; 19:20; 20:4).
5.      En el NT a la iglesia o a los creyentes se les identifica con el verdadero Israel, el Israel espiritual (Ladd, Morris, Osborne): los que son de Cristo son hijos de Abraham (Gal. 3:29); Abraham es el padre de todos los creyentes (Ro. 4:11); el verdadero judío y la verdadera circuncisión no son cosas externas, sino internas (Ro. 2:28-29, 9:6); La expresión de Pablo “el Israel de Dios”, en Gal. 6:16 se refiere con mucha seguridad a la iglesia (Osborne, Ladd). Pedro llama a la iglesia con los términos con que se llamaba a Israel en el AT en 1 Pe. 2:9. “Las doce tribus en la dispersión”, de Santiago 1:1 pueden ser entendido como una referencia a cristianos.  Importante es señalar que Juan distinguía entre el Israel literal (étnico) y el Israel espiritual (el verdadero pueblo de Dios, la iglesia), cuando se refirió a las sinagogas de Esmirna y Filadelfia como “sinagoga de Satanás” acusando a sus miembros de ser falsos judíos (2:9 y 3:9) (Morris, Ladd, Foulkes). Después de Cristo el pueblo de Dios lo constituyen todos los que creen en él, sean judíos o gentiles.
6.      Es la manera más natural en que los lectores originales de Apocalipsis entenderían esta descripción, se verían incluidos en ese número y tendría sentido de gran ánimo para ellos (Osborne, Fee).
7.      Finalmente, en el libro, la centralidad de la iglesia es el tema que domina. No hay ninguna mención de judíos creyentes aparte de la iglesia gentil. Por ejemplo, 21:12-14, los nombres de las 12 tribus están sobre las puertas de la Nueva Jerusalén y los nombres de los 12 apóstoles están sobre sus cimientos. Esto indica la unidad del pueblo de Dios del AT y del NT. El Énfasis es en un grupo, los fieles vencedores, y ellos son inextricablemente ligados con los creyentes de las 7 iglesias de los capítulos 2-3, compuestas de cristianos gentiles (quizá en su mayoría) y judíos (Osborne).
8.      Conclusión: Los “siervos de nuestro Dios” sellados y representados en las tribus de Israel, enfatizan lo completo del pueblo de Dios, integrado por creyentes gentiles y judíos, y visto como el ejército mesiánico del León de Judá. Ellos son sellados por Dios para ser protegidos de su ira por derramarse. Pero como este pasaje y el capítulo 6 muestran, el fin no viene sino hasta que cada santo sea sellado y hasta que el número de mártires sea completado. El sello significa que los creyentes somos y seremos guardados de la ira de Dios, los efectos de los sellos, las copas y las trompetas (no estamos puestos para ira sino para salvación, 1 Tes. 5:9). Pero esta protección no nos libra de la persecución que el mundo hostil a Cristo y al final el anticristo y sus seguidores harán contra la Iglesia (Osborne).

Aplicaciones: 1) Dios gobierna su creación, él ordena los fenómenos de la naturaleza. El pasaje nos enseña que él puede proteger a su pueblo de las consecuencias que de los juicios que envía para llamar la atención del mundo (piénsese del huracán Matthew que acaba de arrasar el caribe y Florida). ¡El Señor guarda a los que llevan su sello mis hermanos! Por eso no nos alarmamos como el mundo: mientras los de la costa de Florida estaban alarmados por la llegada de Matthew, ¡la familia cristiana de 5 niños hacía sopa y jugaban cartas, jajaja! 2) El hecho que los 144,000 representen a todos los creyentes, a la iglesia, no debe hacernos olvidar nuestra herencia espiritual en la fe judía. Más bien, hemos sido injertados en la herencia de Israel, junto con los judíos cristianos (Ro. 11). 3) Ser sellados por Dios, nos marca como su propiedad, pero hay otra marca en Apocalipsis, la de la Bestia, la del diablo mismo. Esta marca, también habla de los que pertenecen al enemigo ¿con cuál marca nos identificamos nosotros? 4) Dios muchas veces protege a sus hijos de maneras milagrosas, pero no siempre lo hace. Cuando esto pasa, debemos recordad que “ni un solo cabello nuestro cae al suelo sin que lo sepa nuestro Padre (Mt. 10:29-31). Hemos de seguir confiando que sus planes y designios siempre tienen un propósito bueno y loable. 4) Como el actual ejército del Rey, somos llamados no solo a defender nuestro terreno evangélico, nuestra posición. Dios también nos ha dado armas ofensivas (su Palabra, la espada del Espírtu). Por tanto, nuestro papel no es solo defensivo, somos llamados a salir de la comodidad de las 4 paredes de nuestros templos y dejar de esperar que los no creyentes vengan a escucharnos. Más bien debemos salir y atacar ofensivamente a nuestro mundo con su rebeldía y estar dispuestos al vituperio y aún a la muerte por nuestro Rey. 5) ¿Significa el ser sellado inmunidad a los juicios? Creo el pasaje enseña que Dios protegerá de los juicios venideros a sus hijos, como nos protege a menudo hoy día. Pero no implica inmunidad absoluta. Jesucristo advirtió a los discípulos que sufrirían tribulación y aún el martirio por su causa (Mt. 24:9). De hecho, los creyentes sufrirán los embates de Satanás y sus representantes (Kestemaker). Es probable que lo que estaría en juego aquí, es más una preservación más profunda que la física, una preservación eterna del juicio de Dios y la victoria final sobre todas las fuerzas del mal, de Satanás y sus seguidores (Ladd). En la teología del libro, si alguien vive o muere físicamente no es el punto de importancia, el punto clave es si él adorará a Cristo o al anti Cristo (Ladd).

[Pero ¿cuál es el consuelo o el ánimo que Dios nos ofrece para transitar durante nuestro duro peregrinaje mientras él regresa? Veamos en segundo y último lugar que…]

II.   Finalmente, todos los creyentes gozaremos la dicha eternal en la presencia de Dios (vrs. 9-17).

Cuando llegamos al versículo 9 y se nos habla de una nueva visión donde Juan observa una incontable multitud, la pregunta natural que surge es ¿qué relación tiene esta innumerable multitud con los 144,000 sellados que acabamos de dejar? Son las mismas personas o son grupos diferentes o los 144,000 están incluidos en esta gran multitud. Con muchos intérpretes (Osborne, Ladd, Stam, Kistemaker, Morris, Keener, Mounce), yo sugeriré que se trata de los mismos grupos enfocados desde dos puntos de vista, los 144,000 sellados representan a la iglesia como ejército de Dios combatiendo en la tierra (en los términos de las guerras santas del AT) mientras se enfrenta a las tribulaciones producto del mundo hostil y la actividad satánica, especialmente antes de entrar a la etapa final de la historia, es la “iglesia militante”. En tanto que la gran multitud incontable de estos siguientes versículos representa a la iglesia después de esa batalla, en el cielo, gozando de la dicha eternal, “la iglesia triunfante”. Ahora iremos al texto y las respuestas irán surgiendo.  Veamos entonces que…

A.   Juan ve la gran compañía celestial que exalta jubilosa a Dios con gran júbilo (vrs. 9-12)
1)    Gran multitud de todas las naciones exalta a Dios y al Cordero por su gran obra de salvación (vrs. 9-10).
a)    “Después de esto miré”: puede indicar una nueva visión, pero también, como en 15:5, puede presentar la segunda parte de una misma visión (Osborne).
b)   “la cual nadie podía contar”: a diferencia de los 144,000, esta multitud es incontable. Ya hemos dicho que el número 144,000 representa un número completo. Pero en el caso de que el número fuera literal, esta gran multitud incluiría a estos 144,000. Lo incontable de esta multitud, entonces indica que aquí están todos los fieles de todas las eras, quizá incluye creyentes del AT como del NT. Muchos de ellos han dado sus vidas como mártires (Mounce). Más probablemente se refiere a todos los cristianos, porque han lavado sus ropas en la sangre del Cordero (vr. 14).
c)    “de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas”: habla de los internacional y universal de esta multitud. No solo judíos, sino de todos los pueblos. Esta descripción apunta al cumplimiento a la promesa hecha a Abraham que su descendencia sería innumerable y que sería de bendición a todos los pueblos (Stam, Keener). Esto debía animar a la iglesia del 1er siglo que no era muy numerosa. ¡El testimonio por el que padecían triunfaría al final! Ellos están “delante del trono y en la presencia del Cordero”. La escena es en el mismo salón del trono de Dios que ya Juan nos ha descrito antes. ¡Esta es la gran multitud de los salvados! “Una de las descripciones más exaltadas del estado celestial que tenemos en las Escrituras” (Mounce). Aquí se responde a la pregunta con la que termina el capítulo 6: ¿Quiénes pueden estar de pie ante el Dios que juzga a la humanidad pecadora? La respuesta es, ¡esta multitud de salvados que han sido sellados con el sello de Dios y ahora están de pie ante el trono de Dios!
d)   “vestidos de ropas blancas y con palmas en las manos”: La ropa blanca, como en otros textos del libro, la llevan los creyentes vencedores (3:5, 18; en 6:11 los mártires) y es la ropa de la pureza, adecuada para el salón del trono donde se adora a Dios (Keener, Osborne). Las palmas en las manos recuerdan a la fiesta de los tabernáculos que conmemoraba la liberación de la esclavitud de Egipto. Pero también puede reflejar el triunfo militar o esa expectativa de triunfo como en la entrada triunfal del Señor (Keener, Aune). ¡Sin duda que los mártires que recibieron vestiduras blancas en 6:11, están aquí!
e)   “Aclamaban a gran voz”: lo que esta multitud hace delante del trono de Dios y del Cordero es aclamar con voz fuerte a Dios y al Cordero por la salvación que han hecho posible. Sin duda es una nota de alabanza jubilosa por la salvación (Ladd). El término “salvación” probablemente aquí tiene más la connotación de “liberación” o “victoria” sobre las persecuciones y tribulaciones (Aune, Stam). Es la respuesta a la demanda de los mártires de 6:10, que también clamaron en alta voz. Notemos que esta salvación pertenece, o ha sido lograda tanto por Dios como por el Cordero, su Hijo que fue inmolado. Si en al AT, la salvación pertenecía a Yahvé, en el NT pertenece también al Cordero.
2)    Todos los ángeles adoran a Dios por sus grandes atributos (vrs. 11-12).
a)    “Todos los ángeles” (11ª): si en 5:11 los ángeles son descritos como “miríadas de miríadas y millares de millares” (BLA, RVA), aquí se dice que son ¡“todos” en absoluto! Ellos están de pie ante el trono y de los ancianos (24) y de los seres vivientes (notemos que los ángeles son agrupados con los ancianos y los seres viviente, en distinción de los redimidos, Ladd). Lo que tenemos es la compañía angelical en su totalidad, pero también la gran compañía de los redimidos. La multitud angelical tiene una reacción espectacular ante la alabaza de los redimidos:
b)   “se postraron sobre sus rostros… y adoraron a Dios” (11b): es la cuarta vez que los seres celestiales se postran en gozosa adoración al Señor (4:10; 5:8 y 14), pero aquí el detalle es más fuerte porque ellos “caen sobre sus rostros” (BLA).
c)    “…diciendo amén…”: este amén introductorio funciona como una respuesta litúrgica de asentimiento al canto de victoria de los redimidos (Aune, Morris). Pero también tienen palabras para expresar su alabanza a Dios, ofreciéndole una séptuple doxología de atributos que pertenecen a Dios:
1)   “la alabanza” (o bendición): en 1 Pedro 1:12, dice que los ángeles anhelan mirar la culminación del plan salvífico de Dios. En esta escena ellos ven la realización final de nuestra salvación y naturalmente irrumpen en alabanza (Osborne). También, Lucas 15:10 dice que “hay gozo en el cielo cuando un pecador se arrepiente”, “Cuán increíblemente grandiosa será la adoración de las huestes celestiales cuando todos los redimidos estén delante de su Dios” (Mounce).
2)   “la gloria”: es el esplendor del ser divino (Mounce), la majestad de Dios revelado en su victoria final, es la meta del plan de Dios realizada que muestra el honor de Dios (Osborne).
3)   “la sabiduría”: es la sabiduría divina que formó este mundo y ahora lo ha traído a su final redención (Osborne, Stam: “sobre todo respecto a nuestra salvación”).
4)   “la acción de gracias”: es la respuesta apropiada por su salvación (Mounce) y es la misma idea que “alabanza”. “Nuestra respuesta a la gracia de Dios” (Stam).
5)   “la honra” u “honor”: es paralelo a la idea de “gloria”: por lo que ha hecho trayendo a la realización su gran plan redentor, él es digno de todo honor por parte de toda su creación (Osborne). Es el reconocimiento público de su grandeza y gloria (Stam, Mounce).
6)   “el poder”: es la omnipotencia de Dios que ha producido esta victoria sobre las fuerzas del mal (Osborne)
7)   y “la fortaleza”: es la aplicación del poder de Dios en su plan redentor (Osborne).
8)   Todas las atribuciones llevan el artículo en el griego, por lo tanto, la referencia es a la máxima expresión de cada atributo. No es “una bendición”, es la máxima, más excelente o suprema de las bendiciones o alabanza que debe darse a él (Morris, Stam).

Aplicación: ¡Qué coro más increíble de adoradores! ¡Qué contenido más profundo en la adoración tanto de los redimidos como de los seres celestiales! ¡Qué expresión tanto verbal como corporal! ¡Qué emoción y gozo! Los salvados reconociendo la obra salvífica de su Dios y del Cordero, los ángeles respondiendo con el más poderoso amén jamás expresado en el universo, cayendo sobre sus rostros ante semejante Dios, pero atribuyéndoles con gran fluidez de palabra y corazón una séptuple alabanza. ¡Ese es el tipo de adoración que Dios merece! ¡Que adore así su iglesia por favor! Que dejemos de pretender adorar al ídolo que hemos fabricado que, al parecer, para algunos, no merece ni siquiera nuestra atención (porque estamos viendo FB a la hora de adorar) o que siquiera abramos un poco nuestra boca para emitir casi obligados una mísera palabra para él. Ese no es el Dios de Juan y de Apocalipsis, ese es el ídolo que nosotros pensamos que es nuestro Dios. El Dios de Juan y Apocalipsis y de los ángeles y de la multitud de redimidos e unos que despierta y provoca “caer de cara ante él”, es uno que provoca abrir la boca con alabanzas. Me aflijo cuando veo un creyente que no encuentra significado en la adoración… que no adora, que no sabe qué decir a su Dios, que no tiene qué decirle, que no se emociona por él…

[Ahora bien, ya hemos dicho quienes pensamos que son los de la gran multitud: la iglesia redimida, ¡Ud. y yo por cierto!  Pero dejemos que el texto nos ayude en esa interpretación y nos diga un poco más de lo que les sucede a ellos…]

B.   La gran multitud es identificada como los redimidos que gozan la dicha eternal (vrs. 13-17)
1)    Uno de los ancianos revela a Juan que la gran multitud la compone todos los redimidos que han salido de la gran tribulación (vrs. 13-14).
a)    Unos de los (24) ancianos pregunta a Juan dos cosas tocantes a la multitud: ¿quiénes son? y ¿de dónde han venido? (vr. 13) Es obvio que la intención del anciano es darle la respuesta a un desinformado o ignorante Juan (Keener), que, en su respuesta, implícitamente devuelve la pregunta al anciano: “Señor, tú lo sabes”, es decir, yo no sé, pero tú sí (14ª, Osborne).
b)   “estos son los que han salido de la gran tribulación” (vr. 14b: aunque el verbo salir es un ptc. presente, que podría indicar la idea de “estar saliendo actualmente”, es un ptc. sustantivo cuya idea temporal la toma de los verbos finitos que lo acompañan, y que están en aoristo, Osborne). Se trata de un evento ya ocurrido. La pregunta aquí es, si “la gran tribulación” aquí se refiere técnicamente a ese período de gran tribulación sin igual que sucederá previo a la venida del Señor (Mat. 24:21, 29; Mr. 13:19, 24) o en general al completo período de sufrimiento y persecución que los creyentes enfrentarán en todo el período de la iglesia. Hay buena evidencia para entender esta “gran tribulación” como una referencia al total período de tiempo entre las dos venidas, donde la iglesia sufrirá los embates de un mundo bajo el dominio del mal: 1) no es un término técnico en Apocalipsis, sino que se usa para los sufrimientos de los santos en cualquier época (Osborne, aunque él cree, con base en el artículo definido, que sí se refiere a la guerra final del dragón contra los santos (cap. 12). 2) Por el contexto (vr. 9), aquí se representa, a toda la multitud de los redimidos, pero esa “gran tribulación” final no la enfrentarán todos los redimidos (Morris y Kistemaker). 3) Para los lectores de Juan, sería de gran ánimo en su situación actual de gran prueba que estaban pasando, si no se refiere a algún evento futuro, sino a uno que ya está en marcha y del ellos son parte (Fee). 4) El término, Juan lo usa para referirse a sufrimientos actuales o futuros de sus lectores y no usa la terminología de los sinópticos (Stam).  Más bien, “estos que han salido de la gran tribulación” son todos los cristianos que han experimentado opresión y persecución en cualquier parte a lo largo de la historia. Es una expresión universal y colectiva que abarca a todos los santos de todas las épocas (Kistemaker). Ellos han hecho una cosa importantísima para estar entre esa multitud:
c)    “han lavado sus ropas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”: esto habla de su fe en y su seguimiento de Cristo. Ellos están en ese lugar celestial no por méritos propios, sino porque se han apropiado de la obra redentora hecha por el Cordero mediante su sacrificio en la cruz (Stam), y han sido limpiados de sus pecados (Aune). Es el Cordero inmolado el que los ha redimido (5:9) y la salvación pertenece a Dios y al Cordero, como han dicho arriba (vr. 10). Pero, ¿en qué consiste la bendición de estar entre este grupo de salvados, aparte de estar delante del trono de Dios? ¿Cuál es la calidad de vida que el Cordero ha logrado para todos aquellos que lo han seguido a pesar de las tribulaciones?
2)    El anciano declara a Juan todas las recompensas eternas que los redimidos disfrutarán en la presencia de Dios (vrs. 15-17).
a)    “Por esto”, expresa la razón o base de todas las bendiciones que los salvados disfrutarán. Es decir, por haber lavado sus ropas en la sangre del Cordero pueden gozar la dicha celestial y eterna Es el sacrificio de Cristo y no su esfuerzo o dignidad personal lo que logra estas cosas para los que se adhieren a él. Esto incluye que …:
b)    “están delante del trono de Dios y le sirven día y noche en su templo” (15ª). Tienen acceso directo a Dios. Y no que haya un templo construido en el cielo, más bien, en Apocalipsis el cielo mismo es el santuario de Dios donde todos son sacerdotes que le sirven (Mounce, Morris), lo cual puede significar aquí, la adoración como servicio a Dios (Osborne).
c)    “… extenderá su tabernáculo sobre ellos” (15b): el verbo significa “vivir o acampar en una tienda”, de allí, “acampará sobre ellos”. El concepto viene de la idea de Dios morando en medio de su pueblo en al AT y, de donde surge el concepto de Shekina, la presencia guiadora y protectora de Dios sobre su pueblo. En la eternidad los santos literalmente experimentarán la Shekinah, la presencia de Dios (Osborne).
d)   Será removido todo sufrimiento y privación (vr. 16): toda privación corporal (hambre y sed), las inclemencias duras del tiempo no los afectarán más. Quizá hay una referencia al hambre y sed espiritual que será completamente saciada  (Mounce, Stam, Osborne) ¿La razón?
e)   “El Cordero los pastoreará y los guiará a fuente de aguas de vida” (17ª): en el AT era Jehová quien pastorearía a su pueblo restaurado (Is. 49:10-15), pero aquí es el Cordero quien asumirá ese papel (Keener). ¡Qué mejor pastor que el Señor Jesús tendremos en la eternidad!
f)     “Dios enjugará toda lagrima de ellos” (17b): habla del total y completo consuelo que Dios proveerá.

Aplicaciones: 1) Nuestro tiempo mientras esperamos el retorno del Señor, es presentado en este libro como uno de tribulación, de sufrimiento por causa de la fe. Esto será lo normal para el creyente. Muchos incluso perderán su vida por Cristo. No debe por tanto extrañarnos que suceda. Más bien debemos sentirnos felices cuando encajemos en esta descripción, cuando nuestra fe nos cause algún tipo de padecimiento, de eso se trata ser creyente en Jesús. O, como dice alguien (Keener): los héroes en Apocalipsis no son según los valores de este mundo… son un ejército de mártires.  2) La razón de la victoria y gozo final de los redimidos no son sus esfuerzos personales sino la muerte de nuestro Señor en quien hemos confiado para la limpieza de nuestros pecados ¿has confiado ya en Jesús como el que limpia los pecados que nos manchan y nos separan de Dios? 3) Si esto descrito es el destino final de los fieles, ¿acaso no vale la pena entregarnos por completo al Señor sin importar cualquier precio?

I/C: Dios asegura la preservación de su pueblo mientras juzga al mundo y aunque puedan padecer, finalmente gozaran la sin igual dicha celestial por la eternidad.


Conclusión


               Este capítulo de Apocalipsis nos anima a no desmayar mientras transitamos en el mundo hostil. El Señor promete preservarnos hasta el final. Quizá tengamos que padecer por su causa, sin duda así lo será. Aún quizá podríamos morir por él, pero nunca pereceremos. Por un lado, el Señor protegerá a su pueblo de sufrir las consecuencias catastróficas de los juicios que él derramará sobre el mundo rebelde a su llamado salvífico. Si bien la oposición de este mundo producirá una cada vez mayor hostilidad contra el pueblo del Señor.  Esta es la vida de la iglesia militante como ejército con vocación de mártires. Finalmente, todo afán, sufrimiento y dolor será sobrepasado por la eterna y consoladora presencia de nuestro Dios y su Hijo, el Cordero, nuestro Señor y Salvador. Este es el glorioso y victorioso final del pueblo del Señor, la iglesia triunfante

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