Agentes del diablo I. Apocalipsis 13:1-10
Agentes del diablo I
(Ap.
13:1-10)
Introducción
El gran enemigo de Dios tiene como meta y
fin de su existencia usurpar el lugar a Dios. Él odia a todos los que aman y
siguen a Dios y a su Hijo, nuestro Señor. Él está plenamente activo, eso sí,
tras bambalinas. Él siempre ha usado personas de carne y hueso, pero inspiradas
por él mimo para afectar los propósitos de Dios, para destruir a los creyentes.
¿Cómo escapar a sus artimañas y engaños? Debemos saber cómo es su accionar en
el mundo y descubrir su presencia y manipulación en las personas y en los
sistemas que operan en el mundo. Intentémoslo esta mañana meditando en los
primeros 10 versículos del capítulo 13 de Apocalipsis. Veremos en 1er lugar
que…
I. El agente del diablo tiene su autoridad,
imita a Cristo y la gente les adora (vrs. 1-4).
A.
El agente del diablo es una bestia terrible y
poderosa que blasfema con poder diabólico (vrs. 1- 2ª)
1)
“y me paré sobre la arena del mar”: más bien es
“y se paró” (3ª ms. sig.) en referencia al Dragón que se ha dispuesto a hacer
guerra contra la descendencia de la mujer (12:17), es decir la iglesia (cp. BLA,
NVI, DHH, Keener, Mounce y todos). Es probable que la idea sea que el dragón se
ha parado a la orilla del mar “para convocar u ordenar la aparición de la
bestia que está a punto de emerger del mar (Aune, Osborne).
2)
“vi subir del mar una bestia”: el mundo antiguo
asociaba el mal con el mar (Morris), y en Apocalipsis simboliza el reino del
mal (Osborne). Hay que recordar que en 11:7, una bestia (quizá esta misma),
sale “del abismo” para hacer guerra contra “los dos testigos”, y en 9:2-3, las
langostas diabólicas de la 5ª trompeta salen del “pozo del abismo”. Se puede
decir que, para Juan, esta bestia sale del mismo infierno, el reino del diablo.
3)
“siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos
diez diademas”: interesantemente esta bestia tiene la misma descripción del
dragón (el diablo) como se detalló en 12:3, con la diferencia que el dragón
sólo tenía 7 diademas. Esto indicaría que esta bestia está unida al dragón,
identificada con él, son de la misma naturaleza (Osborne). Más adelante, en 17:3-10,
aparece otra bestia con 7 cabezas y 10 cuernos y se dice que los diez cuernos
representan a 10 reyes (vrs. 9-10). En Daniel 7:7 y 24 (el pasaje que sirve de
trasfondo) una 4ª bestia que aparece también tiene 10 cuernos y son
interpretados como 10 reyes. Los 10 cuernos serían una imitación de los 7
cuernos del Cordero en 5:6 (Keener). Los números 7 y 10, representan lo
completo y la plenitud de algo, en este caso, representarían “los poderes
terrenales … los números, las cabezas, los cuernos y las coronas (o diademas,
coronas de realeza) todos juntos ejemplifican una fuerza tremenda que nadie
debería tomar a la ligera. Satanás (parece que) utiliza los poderes del mundo
para hacer avanzar su causa en la tierra (Kistemaker, Aune). Para Juan y sus
lectores, esta bestia, sin duda, haría referencia al gran y poderoso enemigo de
Dios del momento, el imperio romano, pero la descripción que continúa va a
mostrar que esta bestia sobrepasa al poder temporal del momento (Ladd, Keener,
Mounce). Queda claro, que se trata un
tipo de encarnación de Satanás (Foulkes), el enemigo supremo de Dios y la
iglesia (Mounce).
4)
“sobre sus cabezas un nombre blasfemo”: sería un
nombre que es ofensivo y contrario a la naturaleza y poder de Dios (Friberg Lexicom). La bestia tiene
pretensiones de divinidad. Aquí, probablemente
tenemos también una referencia a Roma ya que sus emperadores llevaban títulos
como “divino”, “dios” (en las monedas de Asia), e “hijo de dios”. Domiciano
demandó el título de “Señor y Dios” (Keener, CCCBT, Aune, Mounce).
5)
“semejante a un leopardo, sus pies como de oso,
su boca como de león”: en la visión de Daniel 7 (que es el trasfondo de este
pasaje), Daniel ve 4 bestias con la apariencia de león, oso, y la 4ª con 10
cuernos. Estas representaban a 4 imperios hostiles al pueblo de Dios. En la
visión de Juan se combinan las características de aquellas bestias para
presentar “una super bestia” que reúne y resume el espíritu y poder de un súper
imperio que se opone a Dios y su pueblo (Kistemaker, Keener, Foulkes, Osborne).
La semejanza a león también sería una imitación de Cristo como “el león de la
tribu de Judá” en 5:5.
6)
“y el dragón le dio su poder, su trono y grande
autoridad”: se deja claro aquí que esta bestia es el agente, el representante
de Satanás, el dragón, el diablo. Se tiene una especie de entronización de la
bestia como el agente plenipotenciario de Satanás (Aune). Para Juan y los
creyentes este súper poder se concretaba en la Roma y los emperadores romanos que
les perseguían. El poder que estaba detrás de un imperio como el romano no era
nada menos que ¡Satanás mismo! (Aune, Mounce). Esta acción de dar poder a la
bestia es una especie de imitación de Dios por parte de Satanás, ya que, en el
libro, es Dios quien da poder para hacer cosas (Osborne). Veremos muchos
intentos parecidos en los siguientes capítulos.
B.
El agente del diablo es salvado de la muerte y consigue
seguidores (vr. 3)
1)
Juan ve una de las cabezas de la bestia “como
herida de muerte” que es luego sanada (3ª). En el vr. 14 se nos dirá que era
una herida de espada. Algunos estudiosos ven en este detalle una alusión al
emperador Nerón, uno de los más sanguinarios contra la iglesia. Este se suicidó
en el 68 d. C. después de ser depuesto del poder. Pero muchos creyeron que
Nerón regresaría para retomar el poder y ya en el año 80 era una leyenda
popular del “Nerón revivido”. No es que Juan creyera a leyenda de Nerón, pero
la usaría para afirmar la continuidad del malévolo imperio después del caos que
produjo la muerte de Nerón y que fue afirmado con Vespasiano (69-79 d. C,) (Keener,
Osborne, Aune). El agente de Satanás podría parecer acabado, ¡pero de ninguna
manera! ¡Éste siempre volverá! Otros, tienen razones para cuestionar una
referencia a Nerón, pero coinciden en que la herida mortal sanada de la bestia
representa la vitalidad del poder del mal que se levanta una y otra vez contra
los propósitos de Dios, especialmente expresado en los poderes políticos del
mundo (Mounce, Morris, Ladd, Kistemaker).
2)
Una observación importante aquí también, es que
estamos probablemente ante una parodia de Cristo por parte de la bestia. Ya que
se usa el mismo término usado en 5:6, cuando se habla del “Cordero inmolado”,
se ve una pseudo resurrección de la bestia (Morris, Keener, Osborne), una burda
imitación de Cristo.
3)
“Toda la tierra” se maravilla y sigue a la
bestia, la doran a ella y a su amo (3b-4).
a. “toda
la tierra”, se refiere a todas las personas del mundo” (Aune). Esto ya nos da
una pista que Juan no está pensando en un poder limitado a una zona geográfica,
sino a algo más grande.
b. “se maravilló”: la gente se traga el engaño
milagroso de la bestia (Osborne).
c. “en
pos de la bestia”: la NVI traduce aquí “el mundo entero fascinado iba tras la
bestia”. La expresión indica que las personas empezaron a seguir a la bestia
como sus adherente o discípulos (Osborne, Aune).
d. “y adoraron al dragón… y a la bestia”: para
Juan y sus lectores esta adoración se hacía evidente en el culto imperial que
fue ya exigido por Caligula, Nerón y especialmente Domiciano (Osborne). Pero
Juan principalmente vería especialmente el poder real y director que estaba
detrás de estos poderes políticos. Como dice Mounce: “la deificación del poder secular
es en realidad una forma de adorar a satanás”. La cita de los adoradores de la
bestia y su amo el dragón (“¿quién como la bestia y quien podrá luchar contra
ella?”) es también una imitación parodiada de la adoración que se da a solo
Dios (Ex. 8:10; 15:11; Sal. 71:19; Is. 44:7, etc…). El lector de Apocalipsis
sabe la respuesta a la pregunta de estos adoradores: por 12:7 sabemos que las
fuerzas de Dios son capaces de pelear y derrotar no sólo al agente del dragón,
sino al dragón mismo!! ¡¡También saben, por 12:11, que los creyentes han
derrotado al dragón por medio de la sangre del Cordero!! (Osborne) Pero la
gente aquí, se ve seducida por el poder engañoso del diablo y su agente, se
rinde a ellos.
Aplicación: 1) El propósito final
del diablo es desviar a las personas de la adoración a Dios hacia la adoración
de él y de sus agentes. Cuando ponemos nuestra admiración (¿¡quien como…!?) y
nos rendimos ante el atractivo ya sea político, religioso o popular (artistas,
deportistas) de las personas, probablemente estemos cayendo en la adoración de
los anticristos, muy bien disfrazados. Por favor, no adoremos a nadie, no nos
rindamos fanáticamente ante nadie, no nos rindamos ante nadie, llámese, pastor,
o apóstol o santo, o candidato político o artista, que no sea el Señor
Jesucristo. No sea que estemos dejando de seguir a Cristo y hayamos empezado a
seguir a la bestia y si jefe disfrazados.
II. Al agente del diablo se le permite oponerse
temporalmente a Dios y recibir adoración mundial (vrs. 5-8).
A.
El emisario del diablo recibe una boca blasfema
y autoridad temporal (vrs. 5-6).
1)
“Se le dio boca…”: este verbo “dar” (gr. didomi, aor. pas.) se va repetir 4 veces
en estos versículos (2 en vr. 5 y 2 en vr. 7). Muestra que esta bestia no tiene
poder por sí misma, sino que está subordinada. Ya sabemos por el vr. 2 que el
dragón le ha dado su autoridad. Por eso muchos piensan que aquí también es el dragón
quien da estas cosas a la bestia (Ladd). Sin embargo, por la forma en que
aparece aquí (aor, pas y sin sujeto), es más probable que se refiera a Dios,
quien ejerce control sobre todas las cosas incluyendo las fuerzas del mal
(Morris, Kistemaker, Mounce, Aune, Keener). La implicación aquí es que se le da
permiso a la bestia para hablar “grandes cosas y blasfemias”. Es decir,
palabras jactanciosas u orgullosas y blasfemas contra Dios (por el trasfondo de
Dn. 7:8, 20, con respecto al “cuerno pequeño” que es una profecía sobre Antíoco
IV Epífanes, cuyo mismo título era una Blasfemia). Aquí, “grandes cosas” son
definidas por “blasfemias”. Es decir, las grandes cosas son las blasfemias (kai epexegético, Mounce, Osborne).
“Blasfemias” se refieren a la pretensión de la bestia de reclamar el nombre de
Dios para sí misma y demandar la adoración (Osborne, Mounce). Aquí,
probablemente se hace referencia al culto imperial ya demandado en esta época
(Keener, Ladd).
2)
“se le dio autoridad para actuar 42 meses”: De
nuevo, “la autoridad” es algo que se le da. Es Dios quien le permite actuar.
Por otro lado, se aclara que este permiso “divino” es limitado a un período de
tiempo. Este es el período es el mismo en que la ciudad santa es hoyada (11:2),
también es el tiempo en que “los dos testigos” profetizan (11:3), también es el
período en que la mujer de 12:6 es sustentada y librada del dragón (12:14). En
conclusión, es claro que, este período representa el tiempo en que se les
permite a las fuerzas del mal atentar contra el pueblo de Dios, pero
particularmente el período final de este tiempo, la gran tribulación (Ladd,
Osborne, Kistemaker).
3)
“y abrió su boca en blasfemia…” (vr. 6): Su
blasfemia no sólo es contra Dios, sino también contra el “tabernáculo” (gr. tienda) de Dios y contra los “moran en
el cielo”. Las dos expresiones se refieren a lo mismo, es decir, el tabernáculo
de Dios se refiere a los que moran en el cielo. La traducción más apropiada
sería “contra el tabernáculo de Dios, es decir, los que moran en el cielo”
(RVA, BLA, Mounce, Osborne). Entonces, “los que moran en el cielo” se puede
referir a los seres angélicos o a la iglesia vista de una manera ideal, sentada
en los lugares celestiales (Ef. 2:6; Col. 3:1. Mounce. Ladd: “los ciudadanos
del cielo, Fil.3:20. También Osborne y Keener). Este ser, blasfema contra Dios,
su nombre (su carácter, Mounce, todo lo que él es y proclama) y contra su
pueblo.
El carácter blasfemo de esta “bestia” ha permitido
conectar a este ser con aquel personaje al que Pablo llama “hombre de pecado”,
hijo de perdición”, “inicuo” en 2 Tes. 2:3-9: “el cual se opone y se exalta
sobre todo lo que se llama Dios… presentándose como si fuera Dios… cuyo
advenimiento es por obra de Satanás…” Mismo que Juan llama “anticristo” en sus
cartas (1 Jn. 2:18, 22; 4:3). La Bestia es, con mucha certeza, el mismo
Anticristo.
B.
El emisario del diablo es autorizado para
perseguir exitosamente a los santos con autoridad mundial (vr. 7).
1)
“Se le permitió”, nuevamente, el término es “se
le dio”. Es decir, Dios está en control. Lo que se le permite es “hacer guerra
contra los santos y vencerlos”. El principal objetivo de la ira de la bestia
son los santos, que han sido definidos en 12:17). La derrota de los santos se refiere
al éxito que la bestia tiene en perseguir y matar a los creyentes, no a una
apostasía de su parte. Pero es una derrota en apariencia, porque su misma
muerte por la causa de Cristo es su triunfo sobre el dragón, como se ha dicho
12:11 y se dirá en 15:2 (Ladd, Osborne, Kistemaker). Esto constituye también
una réplica del triunfo de Cristo sobre Satanás, quien cuando entró en Judas
para llevar al Señor a la cruz, él estaba sellando su propio destino: cuando el
pensaba estar conquistando a Cristo, en realidad estaba siendo conquistado por
Cristo (Osborne), ¡Aleluya!
2)
“se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo,
lengua y nación”: finalmente, lo que se le da es autoridad universal a la
bestia. Esto nos permite ver que Juan está visualizando mucho más allá que la
opresión histórica del imperio romano. Las persecuciones romanas eran limitadas
geográficamente y numéricamente. Juan mira un tiempo cuando un Anticristo
gobernante ejercerá soberanía mundial (Ladd, Morris).
C.
Los no creyentes adorarán al emisario satánico
(vr. 8).
1)
“y la adoraron todos los moradores de la
tierra”: Ya hemos dicho que “habitantes de la tierra”, en este libro siempre
hace referencia a la gente que rechaza a Cristo, los no creyentes. Así debemos
entenderlo aquí. También es importante señalar que de las 12 veces que se
mencionan a los habitantes de la tierra, es la única en la que se agrega
“todos”. Es decir, se habla de población universal. También, hay aquí un cambio
importante en el tiempo del verbo (aunque la RV60 no hace el cambio). No dice
“adoraron” en pasado, sino “dorarán” en futuro (cp. RVA, BLA, NVI). Todo esto
nos muestra que Juan está hablando del futuro escatológico, cuando el reinado
de la bestia incluya el mundo entero conocido (Aune, Osborne). Una adoración
universal nunca fue cumplida en el culto imperial de los días de Juan, por eso
el cambio a futuro. A los judíos, por ejemplo, no se les exigía la adoración al
emperador (Aune, Osborne, Ladd). Al final de los tiempos, sólo los auténticos
creyentes no adorarán a la bestia.
2) “cuyos nombres no estaban escritos en el libro
de la vida del Cordero que fue inmolado”: La expresión “libro de la vida del
Cordero” aparece 6 veces en Apocalipsis, y se refiera a un registro de los
nombres de todos los que pertenecen a Dios, los creyentes verdaderos que ha
sido salvados por fe en el Cordero (Mounce, Osborne, Ladd). Los adoradores de
la bestia son los que no están registrados en el libro del Cordero, los que no
le creyeron, que no le reconocieron como su Señor. La expresión “desde la fundación
del mundo” puede relacionarse con las personas que no estaban escritas en el
libro del Cordero” (BLA, Morris, Ladd y Aune, por el pensamiento similar en
17:8, Keener) lo cual implicaría la no predestinación de los no creyentes, o
pueden relacionarse con “el Cordero que fue inmolado” (RVA, NVI). Esta última
opción es apoyada por el orden de las palabras y pasajes como Hechos 2:23 y 1
Pedro 1:19-20 y hablaría del plan redentor de Dios que fue establecido desde la
fundación del mundo (Osborne, Mounce). Ambas opciones son posibles.
Aplicación: 1) Si bien Juan ve un
Anticristo final al término de los tiempos, también entendía la presencia de
este ya en la persona del emperador romano y en el poder del imperio. El culto
imperial que demandaba adoración y sumisión bajo pena de muerte, tenía a
Satanás como su instigador. Hoy día también los poderes políticos nos tientan a
adorar a sus líderes llevándonos aun tipo de fanatismo casi religioso por algún
líder del momento. Debemos ser muy cuidadosos, no sea que nos hallemos en un
tipo de adoración a un emisario del mismo diablo. Todo líder que se auto
proclama con arrogancia, sin una pisca de humildad y que con sus hechos y su
discurso se opone a Cristo tiene el espíritu del Anticristo. Debemos ser muy
cuidadosos y sabios. 2) Toda afrenta que suframos por nuestra condición de
seguidores de Jesús, aunque no llegue a la muerte, nos debe recordar que es una
expresión de la autoridad que se le ha permitido tener a la bestia. Nuestro
papel debe ser resistirle, pues sólo los incrédulos se rinden en adoración a
ella. El creyente muere si es necesario, pero no se rinde al enemigo.
III. Los creyentes somos animados a resistir aún la muerte en paciencia y
fe (vrs. 9-10).
A.
Se les llama la atención solemnemente (vr. 9)
La frase “si
alguno tiene oído, oiga”, es una formula de proclamación que llama al lector a
poner atención a lo que se dice en el vr. 10 como la clave para entender lo que
se ha dicho en los primeros 8 versículos (Aune, Mounce). Lo que viene a
continuación indicará cómo los cristianos deberán enfrentar la amenaza de la
bestia (Aune). Algo digno de notar es que esta frase es la misma que Juan le
dirigió a las 7 iglesias al principio del libro, lo cual indica que Juan no
está hablando sólo para los santos del último período de la historia, sino
también a los creyentes de sus días, y sin duda a los creyentes de todos los
tiempos (Osborne).
B.
Se les anima a resistir hasta la muerte en
paciencia y fe (vr. 10)
1)
Las dos frases son tomadas de Jeremías 15:2, donde
lo que se tiene es un mensaje de Juicio para la rebelde Judá, destinada a
muerte, espada, hambre y cautividad. Pero aquí, Juan lo usa, al parecer en
forma inversa, el sufrimiento como consecuencia de la fidelidad a Cristo (Aune,
Osborne).
2)
Hay hasta cuatro maneras de entender estas
frases: a) ambas pueden hacer referencia a los seguidores de la bestia que
persiguen a los creyentes, en cuyo caso se estaría diciendo que los que lleven
cautivos o maten a los creyentes recibirán igual consecuencia (Keener, RVA). b)
La primera frase se puede referir a los creyentes que y la segunda también a
los creyentes, pero advirtiéndoles a no tomar venganza (Morris). c) La primera
frase se refiere a los creyentes que aceptan la persecución y la segunda a los
perseguidores que serán retribuidos (Ladd). d) Creo que mejor opción sería
entender que ambas frases se refieren a los creyentes que tendrán que sufrir la
persecución de la bestia, pudiendo resultar en cautividad o incluso muerte.
Esta lectura encaja con el tono del libro y con la frase final que viene a
continuación (Mounce, Osborne, Aune, NVI, BLA).
3)
“Aquí está la paciencia y la fe de los santos”:
la frase afirma que las enigmáticas freses anteriores se refieren a los santos,
los creyentes que perseveran en medio de la persecución y la muerte.
“Cautividad y muerte ha sido la parcela de los creyentes, y en los días
finales, bajo la influencia del Anticristo, esto llegará a ser una la
experiencia universal de la iglesia” (Osborne). Por esto, el punto de vista de
que Dios apartará a su pueblo del sufrimiento de aquellos días, crea una expectativa
incorrecta que no ayuda al desarrollo de una paciente resistencia y fidelidad
(Mounce). “Paciencia” significa “resistencia”, habla de soportar el
sufrimiento. “Fe”, por su parte habla de fidelidad a Jesús, mantenerse fiel a
él.
Aplicación: 1) Quizá no nos ha
tocado sufrir ni muerte ni persecución por ser seguidores de Jesús, pero
¿estaríamos preparados si este fuera el caso? A veces uno se sorprende de cuán
rápido algunos “creyentes” quieren retroceder por trivialidades y simplezas:
una mediana ofensa de otro creyente, una afrenta de tipo social (algún desafío
intelectual, algún tipo de rechazo). ¡Si Cristo esperaba resistencia y fe a la
hora de la amenaza de la vida misma, cuanto más esperará eso mismo de los que
no enfrentamos ese enorme desafío! ¿Resistirás en fe hermano? 2) Estos
versículos también nos demandan una resistencia pacífica, nunca una resistencia
armada. Los teólogos de la liberación justificaron indebidamente la
participación de la iglesia en los procesos revolucionarios de América Latina y
muchos sucumbieron. Según Juan, la única acción permitida a los creyentes en el
libro es fiel testimonio y perseverancia en seguir a Cristo. La derrota final
de la bestia es asunto del Señor (Osborne).
I/C: El agente del diablo usurpa la
adoración de Dios y persigue al creyente, pero estos resisten hasta la muerte
con su fe.
Conclusión
El Anticristo ha sido, es, y será. Ha habido
muchos a lo largo de la historia. Se ha manifestado en aquellos que han
perseguido sanguinariamente al pueblo de Dios. Se ha dejado sentir y se deja
sentir en los sistemas de pensamiento que blasfeman contra Dios y el Señor
Jesucristo. Pero se manifestará finalmente en un personaje con gran poder
mundial al que se rendirá todo el mundo. Los creyentes estamos llamados a
resistir con paciencia y fe ya sea a los anticristos (con “a” minúscula) de
nuestros días, como al Anticristo final. Debemos ser cuidadosos de no caer en
la trampa sutil de la adoración a lo que no es Dios. Porque siempre que nos
rindamos en alguna especie de culto que no sea Dios, estaremos en realidad
rindiéndonos al mismo diablo.
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