Sardis: apariencia de vivo, pero muerto (Apocalipsis 3:1-6)
Introducción En cierta ocasión cuando era niño, mi padre descubrió uno de esos animalitos peludos y feos que sueles salir a cazar por las noches, especialmente a las gallinas… ¿Saben de qué animal hablo? ¡Exacto: era un tacuazín! Mi padre golpeó varias veces con un algo al desagradable animalito hasta dejarlo aparentemente bien muerto… creo que hasta la lengua tenía por fuera… Todos nos fuimos a la cama, y mi papá dijo: “mañana enterraremos al tacuazín”. Pero a la mañana siguiente, para sorpresa de todos, ¡el vapuleado animal había desaparecido! ¡Ese pícaro animal se había hecho el muerto… pero vaya que estaba bien vivo! Con las iglesias y con los cristianos a veces sucede, pero el caso contrario que con el tacuazín. A veces los cristianos y las iglesias podemos aparentar una gran vitalidad, siendo muy activos y exhibiendo grandes obras y grandes capacidades, “gran trabajo”, y aún así a los...
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