Tal corazón, tal menejo financiero

Sermón Dominical, nov. 17, 2013

Tal corazón tal manejo financiero
Lucas 20:45-21:4

Introducción:
Esta semana hemos sido testigos de los últimos escándalos  relacionados con el           manejo del dinero por ex funcionarios públicos del país: el mal hecho (lesivo dicen los analistas) contrato CEL-ENEL donde se estaría privatizando la generación geotérmica de energía, la venta de medicamentos sin registro (el ex ministro de economía), malos manejos por una ex directora del ISSS, y ya no digamos el caso  tan famoso boulevard Diego de Olguín, entre otros. Lo que siempre está en juego es la forma cómo las personas conciben el dinero. Esta área de la vida, la de las finanzas, parece que siempre es un área difícil en la vida del ser humano. En la Biblia se habla mucho de este tema. De hecho hasta hay un evangelio donde el tema es bastante relevante. Al parecer el tema del manejo financiero está bastante conectado con la relación que una persona tiene con Dios. Se puede decir que tal cual es el corazón de alguien, así manejará esta área de su vida. Vamos a este evangelio que habla mucho de este tema y veamos que hay dos maneras muy diferentes de manejar este tema. Nosotros podemos vivir de acuerdo a una de estas maneras.  Abran sus Biblias en Lucas 20:45 y meditemos hasta el capítulo 21:4.
Como verán he dividido este párrafo, no de la manera tradicional que se divide en nuestras Biblias. Creo que hay buena base para estudiar esta sección de esta manera: el contraste entre los personajes (los pomposos y codiciosos escribas y las viudas pobres) y el tema mismo de las viudas que se toca en ambos lados. Vemos dos principios tocantes a nuestro carácter y su        relación con el manejo de nuestro dinero.

I.      Un corazón altanero y malvado  codiciará perversamente el dinero (20:45-47)
A.   Jesús advierte a sus discípulos a que no caigan en el mal ejemplo de los escribas (45-47ª)
1)  Toda la gente oye a Jesús, pero él se dirige especialmente a sus discípulos (45). La gente que escuchaba a Jesús, probablemente tenía en gran respeto y admiración a los escribas, por lo que debió haber sido chocante la declaración de Jesús.
2)  Los Escribas eran los maestros de la Biblia de aquellos días (46ª). Los que más sabían de Dios y su palabra. Eran líderes religiosos, muy respetados y admirados por la gente.
3)  Pero estos personajes tenían tres características de las que los discípulos deben cuidarse (46b-47ª)) (ya que ellos también se están convirtiendo en líderes espirituales)
a)    A ellos les gusta vestirse lujosa y llamativamente (46b): se trataba de una vestimenta especial que los identificaba, en este caso, con una larga túnica de lino blanco similar a la de los sacerdotes y funcionarios del templo. Según algunos, era “parte de un caro y lujoso guardarropas” (Bock). Esta túnica tenía un largo manto que llegaba hasta los pies y era decorado con un largo fleco. Pero Jesús condena este ostentoso estilo.
b)   Ellos también aman 3 cosas:
1)  Los saludos en las plazas: la gente saludaba a los maestros, con títulos honoríficos. Y las plazas llenas de gente proveían muchas oportunidades ´para esos reconocimientos.
2)    Los primeros asientos en las sinagogas y en los banquetes: el orden en que se ubicaba la gente indicaba su posición social. En la sinagoga, ellos amaban sentarse en asientos que se ubicaban frente a la congregación, de manera que gozaban de mucha visibilidad. En los banquetes los asientos consistían en cojines de piso donde se recostaban los más cercanos a los anfitriones. Pero tienen una característica  peor:
3)    Ellos devoran las casas de las viudas (47ª): en contraste con su auto-enfoque, ellos toman del grupo más necesitado de la sociedad y lo dejan devastado: Las viudas tenían pocos medios de sostenimiento, carecían de poder social y debían ser protegidas bajo la ley judía. Pero ellos se aprovechaban de la hospitalidad de las viudas. Probablemente les exigían honorarios por sus visitas. “Hacían largas oraciones por pretexto”: es decir, le ponían precio a sus servicios espirituales. Pero sus oraciones eran hipócritas. En lugar de proteger a los pobres, ellos se aprovechaban de su humildad e ignorancia. Ellos dan apariencia de piedad, pero no  son piadosos, sino al contrario, son corruptos pues tratan a otros tan cruelmente.

B.    Jesús advierte que estas personas recibirán mayor condenación (47b)

Aplicación: un corazón perverso se deja ver en que le gusta ser el centro de la fiesta. Ama ser reconocido por los demás, le gusta lucir lujos para ser notado. Pero lo más grave es que puede ser un religioso, un maestro de la Biblia que se aprovecha de su posición religiosa para obtener ganancias deshonestas de sus hermanos. Ellos “devoran” en lugar de dar y bendecir al pobre. También aman el dinero fácil.  Un corazón perverso no da, devora a los demás. Jesús dirige esta sección especialmente a sus discípulos (20:45). Ellos están en el proceso de   convertirse en los líderes de la futura iglesia. Ocuparán puestos de autoridad y serán los nuevos maestros del pueblo de Dios. Pero ellos no deben tener estas motivaciones y el carácter perverso de estos líderes actuales. En el liderazgo de Jesús no hay cabida para la ostentación, ni para la búsqueda y amor por el reconocimiento personal, mucho menos para el  aprovechameniento perverso de la posición para obtener ganancias económicas. El Señor     nos guarde a los que le servimos en la iglesia de compartir estas perversiones de aquellos antiguos maestros.

Pero veamos que Jesús nos va a mostrar en 2º. lugar que cuando el corazón es correcto, también se usan correctamente los recursos …

II.    Un corazón humilde y piadoso dará a Dios aún desde su pobreza (21:1-4)
A.  Jesús nota dos tipos de ofrendantes que depositan sus ofrendas en el templo (vrs. 1-2)
1)    Jesús nota a los ricos dando sus ofrendas (vr. 1): Marcos (12: 41) dice que eran muchos ricos echando mucho dinero. Es interesante que Jesús nota cómo damos nuestras ofrendas. Una tradición dice que había 13 receptáculos en forma de trompetas para ofrendas para la tesorería del templo en el patio de las mujeres. Se usaba para sostener la adoración del templo (Keener).
2)  Jesús también nota a una viuda (de las que los religiosos devoran) que deposita “dos blancas”:
a)    Note que era una viuda “muy pobre”, como lo notó Jesús.
b)  Las dos monedas que ella ofrendó eran de cobre y eran las de menor valor en circulación. Era la octava parte de un centavo. Se calcula que esto equivaldría a un 1% de un denario, de manera que sería el 1% del salario diario de un jornalero. Una muy pequeña suma!!! Pero ¿qué dirá Jesús al respecto de estos dos ofrendantes?
B.    Jesús alaba a la viuda por su más devota y sacrificial ofrenda que la gran, pero miserable,  ofrenda de los ricos (vrs. 3-4)
1)    Para Jesús la viuda muy pobre dio más que los ricos (vr. 3)
2)    Los ricos dieron de sus sobras: esto no representaba en absoluto la bendición que poseían. Ellos debían dar mucho más por el grado de la bendición que tenían. Pero el porcentaje de lo dado era paupérrimo. Esto mostraba su corazón para Dios. A Dios hay que darle lo que sobra. NO hay nada de amor por Dios en esto, no hay nada de sacrificio.
3)    La viuda dio porcentualmente más que aquellos, porque ella no dio ni siquiera el diezmo (10%), tampoco el 50%, ella dio el 100%. Su corazón amaba así a Dios y confiaba así en la provisión de Dios. “Su sustento”, era lo que ella tenía para su alimentación diaria. No tenía más. Pero quizá aquí, entre los ricos, estaba un escriba con su lujosa ropa, pero dando de sus sobras a Dios.

Aplicación: No es la cantidad lo que cuenta para Dios, es el corazón con que se da. Es el amor con que se da. Es el sacrificio con que se da. A veces tú puedes decir que no tienes para dar al Señor o que “para dar tan poco mejor no das nada”. La viuda de este pasaje derrumba ese    pensamiento. A Dios no le importa “cuánto” sino “cómo”. Esto me gusta porque desarma el   legalismo del diezmo. Interesante que la viuda no ofrendó el diezmo, ella dio todo. Tú no       necesitas dar el diezmo si das con sacrificio “menos” del diezmo y si tuvieras fe como la de la viuda podrías darlo y aún más. Pero tampoco, si eres bendecido, deberías aferrarte al             diezmo. Deberías dar más que el diezmo, hasta el punto que sientas que estás arriesgando tu sustento por la obra de Dios. Otra cosa interesante es que a Jesús no le importó que               probablemente el dinero no se administraba  tan sanamente en el templo. Él alabó a esta    mujer que devotamente, por amor a Dios, contribuía aún en su pobreza para la obra de Dios.

I/C: Un mal corazón tomará  aún corruptamente  el dinero, pero un corazón piadoso ofrecerá a Dios aún en la necesidad.

Conclusión:

¿Con cuál personaje nos queremos identificar en cuanto al uso de nuestros recursos? ¿Seremos religiosos que nos gusta ser ostentosos, que en lugar de dar, le robamos a aquellos   que deberíamos ayudar. O seremos de los que aún en pobreza tenemos suficiente devoción y amor por  Dios para dar?

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