De muerte a vida

 
Sermón dominical. Nov.11.13

De muerte a vida
(Ezequiel 37:1-14)

Introducción: 
Ezequiel recibe su primer visión en el año 593 a.C., que era el 5º año de la deportación de Joaquin (el hijo de Joacim y nieto de Josías, en el 597. Es en esta misma deportación del 597 que Ezequiel ha sido llevado a Babilonia con otros 10,000 judíos), estando él en Babilonia, con 30 años de edad. Sólo 7 años antes que Jerusalén fuera finalmente destruida por Nabucodonosor en el año 586. Así que él profetiza en los años previos a la caída final de Jerusalén. 
Puede decirse que Israel, el pueblo de Dios había muerto tanto espiritualmente como políticamente. La primer muerte le llevó a la 2ª. Su desobediencia al Pacto con Dios había producido su separación de su Dios, tenía enemistad contra este gran Dios. Los profetas, como Isaías y Jeremías les habían advertido, les habían exhortado a volverse a Dios, pero ellos habían sido rebeldes hasta que la muerte política se concretó con la conquista primero de la nación norteña por los asirios y luego de la nación sureña por los babilonios. 
Una continuada desobediencia a Dios conduce al desastre espiritual, pero también al desastre total de la vida, las relaciones, la familia, la economía, el trabajo, los estudios, etc... Puede suceder que nosotros también como individuos y como iglesia podamos llegar a un estado de decadencia espiritual, un estado de continuada desobediencia a Dios. Aún cuando nos llamemos cristianos, aún cuando practiquemos los ritos propios de nuestra fe, podríamos estar moribundos espiritualmente, viviendo una vida de espaldas a Dios, manifestada en prácticas pecaminosas, una vida doble que es religiosa, eclesiástica, ritualista pero también inmoral, arrogante y licenciosa, descuidada, desordenada. La iglesia misma puede estar muerta, sin poder marcar una diferencia contra los patrones de conducta de nuestro mundo, una iglesia que no se compromete con los propósitos de Dios, una iglesia que abandona su papel de ser luz y sal, una iglesia que no da testimonio de su fe, una iglesia que se acomoda al mundo sin poder tener ninguna influencia sobre este, una iglesia engañada e ignorante de lo que significa ser el pueblo de Dios. ¿Cuál es la respuesta de Dios para una vida espiritual decadente, moribunda y muerta? ¿Cómo cambiar de un estado a muerte en nuestra relación con Dios a uno de vida y poder en el Señor?

I. Dios nos comisiona a proclamar a los muertos sus intenciones de darles  vida (vrs. 1-6)

A. Dios pone a Ezequiel en medio de un valle lleno de huesos bien secos (vrs. 1-3)
1. Dios actúa directamente sobre Ez. para mostrarle sus planes (1a)
a) “La mano del Señor vino sobre mi”: es la expresión usual de Ez. cuando experimenta una visión (cp. 1:3; 8:1). 
b) “Me sacó por/en El Espíritu de Yahweh”. 
c) Dios toma la iniciativa actuando sobre sus siervos (necesitamos que Dios haga esto hoy día con nosotros, mostrándonos sus intenciones)
2. En su visión es transportado a un valle lleno de huesos (1b-2) En Ezequiel probablemente la figura de un “valle” se pone en contraste con “el monte” (cp. 40:2). El valle es la tierra de muerte, de castigo y juicio, es la tierra de cautiverio, Babilonia. Pero la montaña o monte alto es la tierra de bendición donde Dios habita y donde se le adora, es Israel, la tierra de bendición a donde anhelan volver (Duguid).
a) Dios lo pone  en medio del valle lleno de huesos (1b)
b) Lo hace pasar en derredor (2): lit. “sobre ellos” (“pasearme entre ellos” NVI). Dios quiere que se dé cuenta de la condición de esos huesos: él nota que son muchos y que están muy secos. Estas observaciones indicarían que se trataba de la escena de un gran ejército que ha sido derrotado cuyos cuerpos se han dejado sin enterrar. Están “muy secos” debido a que tienen bastante tiempo de estar expuestos al sol. Es decir, estas personas hace mucho que han sido muertos. Es probable que Ez. recuerde las escenas de incursiones del ejército babilónico asediando a la ciudad: ¡Habría visto él campos llenos de cadáveres cuando era deportado a Babilonia con otros 10,000  compañeros?
3. Dios pregunta a Ez. si esos huesos pueden volver a vivir (vr. 3): 
a) “Hijo de hombre”: le recuerda a Ez. que él es un simple mortal (lit. hijo de Adam).
b) La pregunta es humanamente absurda: ¡cómo podrían revivir estas personas que han estado muertas por tanto tiempo! Ezequiel sabía las historias de resurrecciones en el libro de los Reyes, pero esto era algo mucho más grande. 
c) Ezquiel responde con humildad: “Señor, Dios, Tú lo sabes”: esta es una respuesta que Ezequiel no tiene, pero deja abierta la puerta para lo que Dios quiera hacer. La vida es asunto de Dios. Él deja mostrar su confianza en que Dios puede hacer lo imposible. 
B. Dios le ordena a Ezequiel que profetice a los huesos que él los revivirá (vrs. 4-6)
1. “Profetiza” (4): profetizar es definido aquí como “hacer oír, la palabra de Dios”, el mensaje de Dios. Profetizar consiste en transmitir, anunciar, declarar la palabra/mensaje de Dios. Es hablar bajo la influencia del Espíritu divino. En los más antiguos usos era hablar en estado extático, pero en los últimos era simplemente se refería a “dar instrucción divina”, ocasionalmente con predicciones (BDB, 612; Jenni, vol. II, 33). 
2. El contenido de la profecía o palabra del Señor es una promesa: “Yo los reviviré” (5-6ª): él promete: tendones, carne, piel (la parte física de una persona) y espíritu. Aquí se va a usar la palabra “espíritu” de varias maneras. En este primer caso se usa para el aliento que da vida al ser. 
3. El propósito de esta gran resurrección: “Y sabréis que Yo soy Yahweh”: estas personas que han muerto, no habían reconocido correctamente a Dios, pero cuando Él les devuelva la vida, entonces van a reconocer correctamente a su Dios. 
4. Una pregunta que surge en el texto es: ¿qué sentido tiene predicarle a los que están bien muertos? ¿A caso oyen los muertos? ¿Quiénes son estos muertos? ¿A caso son personas físicamente muertas o debemos entender este estado de muerte como algo diferente? Lo más probable es que no se nos esté hablando de muertos físicos, sino de personas muertas en su alma, en su espíritu. Ezequiel le profetiza a una nación castigada por su desobediencia a Dios, un pueblo que está bajo la disciplina de su Dios. Es un pueblo deportado a una tierra extraña. Quizá son personas en las cuales la esperanza ha muerto y sólo hay tristeza.

Aplicación: 1) Dios quiere usarnos para profetizarle a aquellos que están bien secos y muertos como estos huesos secos de Ezequiel. Son las personas abatidas por el dolor de su propio pecado y alejamiento de Dios. Son personas sin gozo y sin esperanza. El mensaje que Dios nos envía a darles es que Él va a darles vida, que él va a transformar su patética y triste realidad. 2) Pero para poder hacer este trabajo necesitamos que la manos de Dios venga sobre nosotros y su espíritu nos ponga en medio de ese valle de muertos. Mientras no seamos consientes de la tragedia del hombre sin Dios, mientras Dios no toque nuestra vida con su espíritu, jamás sentiremos la responsabilidad. Así que mi hermano, a veces nosotros mismos carecemos de ese toque de Dios, de su Espíritu, somos huesos secos también. Estamos muertos espiritualmente y no somos sensibles a la necesidad. Debemos rogar a Dios que sintamos la carga, que su Espíritu nos tome y nos ponga a profetizar, no importa lo muertos que parezcan las personas en el mundo… si Dios nos dice que les prediquemos, habrá que hacerlo… ¿sentirás hoy esa carga?

Pero… ¿obedecerá Ezequiel y profetizará a estos muertos? ¿qué sucederá si lo hace?

II. Dios hace vivir a los muertos por la Palabra predicada y la acción de Su Espíritu (vrs. 7-10)

A. Ezequiel obedece y profetiza a los huesos y estos se vuelven cuerpos completos pero sin vida (vrs. 7-8)
1. “Profeticé como me fue mandado” (vr. 7): Ezequiel no se niega al mandato, por absurdo que parezca (¡predicarle a un montón de huesos!), si Dios lo manda se hace. Recordemos el contenido del sermón o profecía está en el vr. 5-6.
2. Los resultados de la prédica de Ez. son inmediatos, (aún antes que él termine) pero incompletos (vr. 8):  
a) “Un ruido”: probablemente producido por el juntarse de tatos huesos o quizá como en otros lugares, es el ruido de la presencia de Dios llegando.
b) “Un temblor” o terremoto: es característico de la llegada de Dios (cp. 1 R. 19:11-12)
c) Tendones, carne y piel, pero sin “espíritu”: ¡Falta algo!, Aquí está esta multitud de personas, con sus cuerpos, pero inertes, no tienen espíritu o aliento de vida. Ni siquiera se mueven, no se levantan están todos tirados en el polvo. Aparentemente están vivos, pero no, aún están muertos [igualmente muchas personas tienen apariencia de vida, pero en realidad están muertos]. ¿Fallará la palabra de Dios? Ezequiel nota lo incompleto de la acción de Dios 
B. Dios ordena a Ezequiel que ahora profetice al espíritu para que sople sobre los muertos (vrs. 9)
1. “Profetiza al espíritu”: la palabra hoy es dirigida al espíritu: aquí “espíritu” es el aliento de vida. Nos hace recordar la creación del primer hombre, donde primero se forma la parte material, pero necesita el soplo divino para vivir (Gn. 2:7). Igual aquí, es el soplo de Dios el que da vida a los seres humanos. 
2. El contenido de la palabra: “Así dice el Señor: ven de los 4 vientos…”: la palabra profética es una orden de parte de Dios al espíritu. El punto es que es Dios quien tiene la facultad de ordenar que la vida, el aliento de vida se infunda en la criatura. 
C. Ezequiel vuelve a obedecer y el espíritu hace revivir los cuerpos (vr. 10)
1. “Profeticé como él me había ordenado”: de nuevo Ez. obedece y predica, ahora al espíritu. 
2. El resultado: el espíritu entra en los cuerpos, estos reviven, se ponen en pie, convirtiéndose en un gran ejército. Aquí uno se confunde ¿Qué es este espíritu que infunde vida?, ¿es simplemente el aliento de vida? Pero en Génesis, es el aliento de Dios. ¿A caso no es otra cosa que el Espírtiu mismo de Dios? 

Aplicaciones: 1) ¿Cuáles son los instrumentos que Dios usa para dar vida a los muertos? Primero hermano, Dios usa a hombres y mujeres que comuniquen su palabra a los que están muertos en vida. Como a Ez. Dios nos comisiona ahora a nosotros, su nuevo pueblo. Tú y yo somos los profetas de este tiempo. Dios nos ordena que profeticemos a los muertos. Él tiene el propósito de restaurar la vida de todos estos muertos que caminan. La pregunta es, ¿obedeceremos como Ezequiel? ¿Estamos cumpliendo esta tarea profética de buenas noticias de lo que Dios quiere hacer? Segundo, la herramienta que el profeta tiene no es otra cosa que la Palabra de Dios: el contenido de nuestro mensaje es la Palabra, es lo que Dios ha dicho. No es una filosofía humana, no es positivismo humanista. Hermano, Dios nos ordena que profeticemos su Palabra, pero ¿cómo si ni la conoces? ¡Cuánto desdén hay hoy por la Palabra! ¡Cuánta apatía! ¡Qué menosprecio y falta de amor hay hoy en la iglesia por la Palabra! ¿Cómo predicaremos a los muertos si no conocemos el mensaje? Lo que más desprecio tiene en las celebraciones cristianas hoy día es la palabra. En lo personal me choca cuando me invitan a predicar a una boda o lo que sea y me advierte con mucha insistencia: “Carlos, sólo tenemos 15 minutos para la reflexión” ¡Por favor!, mejor díganme que el sermón es solo una excusa, algo que ni modo hay que ponerlo en el programa. Pero hermano, ¡es la Palabra lo que trae vida al ser humano! ¿Vas a transmitir el mensaje de Dios como profeta? ¿Vas a darte a la tarea de conocer lo mejor que puedas la Palabra de Dios? 2) Otra cosa mis hermanos, a veces podemos tener apariencia de vivos, pero estar muertos. Aún como supuestos creyentes. Como veremos estos muertos representaban al pueblo de Dios en cautiverio, resultado de su rompimiento con Dios. Cuando nuestra vida no da los frutos que Dios espera, cuando la iglesia no cumple su papel en el mundo, probablemente es porque hemos caído en una muerte espiritual. Lo que cambiará ese estado es la predicación de la palabra. Necesitamos ser hombres y mujeres que usamos la Palabra de Dios para traer restauración a los que se han apartado de Dios. 
Hemos visto que Dios comisiona a Ezequiel para predicar su mensaje a un ejército de muertos. Ezequiel ha obedecido y Dios ha hecho revivir a los muertos, pero, ¿quiénes son estos muertos vueltos a la vida? Terminemos viendo la interpretación que Dios mismo le da a la visión…

III. Dios promete restaurar la bendición de sus hijos que sufren su disciplina (vrs. 11-14)

A. Dios le revela a Ezequiel la identidad de los huesos secos (vr. 11)
1. Se trata del pueblo de Dios: la casa de Israel, que ha sido llevada al exilio. Recordemos que Ezequiel mismo es un exilado, junto con muchos compatriotas. 
2. Ellos están como muertos porque están sin esperanza, completamente derrotados. Ellos mismos confirman su condición de “huesos secos”. Ellos se ven lejos de su tierra, la tierra de su bendición. Ahora son sólo esclavos en una tierra desconocida. 
B. Dios le vuelve a ordenar a Ezequiel que profetice, ahora a su pueblo (vrs. 12-14)
1. Los huesos secos en realidad son el pueblo de Dios: note el énfasis en “pueblo mío” (12ª). Este pueblo desesperanzado y triste, recibe la promesa de restauración. Ellos son muertos como nación, sin esperanza, pero también espiritualmente habían muerto por su desobediencia. Pero Dios quiere restaurarlos nacional y espiritualmente. 
2. “Los llevaré a la tierra de Israel” (12b): en otras palabras, les restauraré a un estado de bendición.
3. El propósito de la restauración (vr. 13): que ellos reconozcan, entiendan que quién es él y por supuesto se humillen y le teman de nuevo.
4. “Pondré mi Espíritu” (vr. 14): ahora se nos dice de qué espíritu se nos ha hablado: este espíritu que viene y da vida a los muertos físicos o espirituales no es un simple aliento de vida misma, es el Espíritu de Dios. Este es el que restaura la vida.

Aplicación: sucede que a veces es el pueblo mismo de Dios el que ha caído en juicio y muerte espiritual. Nuestras vidas pueden volverse religiosas y rituales, pero sin verdadera relación con Dios. Cuando representamos mal a Dios, como lo hizo Israel, cuando nos conformamos a la vida religiosa, activista, pero perdemos el gozo del amor por Dios, cuando vivimos practicando los estilos de vida del mundo, conformándonos a sus ideas y pensamientos, cuando tenemos estilos de vida pecaminosos, cuando perdemos el amor por Dios, cuando no le apreciamos, cuando no tenemos tiempo para él, cuando ya no gozamos el servicio, sino que se vuelve una carga pesada y obligatoria, cuando hemos perdido la sensibilidad a la voz de Dios y cosas tan básicas de su voluntad las dejamos de percibir, cuando no compartimos el mensaje de salvación con nadie, niños interesa hacerlo… todo esto es señal clara de una muerte espiritual… ¿has caído tú en este lamentable estado? Quiero decirte que Dios te envía este mensaje: él va a darte vida de nuevo, su Espíritu vendrá a tu vida y te convertirá en un gran guerreo. Pero debes recibir su Palabra y permitir que su Espíritu llene tu vida de nuevo. 

I/C: Dios quiere usarnos para restaurar las vidas de las personas por medio de la predicación de su palabra y la acción de su Espíritu, pero nosotros mismos podemos necesitar su restauración.

Conclusión: 
1. ¿Dejarás que Dios te use para restaurar la vida de las personas que están muertas espiritualmente?
2. ¿Usarás la palabra de Dios para cumplir tu papel como profeta?
3. ¿Permitirás que Dios traiga restauración espiritual a tu vida? 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sardis: apariencia de vivo, pero muerto (Apocalipsis 3:1-6)

Ánimo que viene de lo alto. Hageo 2:1-9

Las marcas de los redimidos (Apocalipsis 14:1-5)